miércoles, 8 de julio de 2009

PRECAUCIONES

Cómo evitar la deshidratación de tu bebé
Durante el verano los lactantes están especialmente expuestos a sufrir golpes de calor por lo que resulta fundamental que estén bien hidratados. Te contamos cómo conseguirlo a través de unos consejos muy sencillos.
En el caso de la lactancia con biberón, se recomienda reforzar el aporte de líquidos con biberones de agua mineral. Con la llegada del verano, y la consiguiente subida de las temperaturas, los bebés se ven especialmente expuestos a sufrir golpes de calor y deshidratación. Es importante tener presente que ellos no son conscientes de sus necesidades y que, además, les es imposible transmitirlas. De ahí que debamos estar especialmente pendientes con el fin de que nuestro bebé permanezca bien hidratado en todo momento. Estos son algunos consejos que la empresa Suavinex (firma especializada en productos de lactancia, alimentación y cosmética infantil) nos ofrece en este sentido:
  1. Las madres que opten por la lactancia materna deberán ofrecer a sus bebés el pecho a demanda en momentos de calor extremo, ya que les aporta el agua, las sales y los nutrientes necesarios para evitar la deshidratación.
  2. En el caso de la lactancia con biberón se recomienda reforzar el aporte de líquidos con biberones de agua mineral, aunque no hay que obligarles a ingerir líquidos.
  3. Cuidar la correcta preparación de los biberones de leche adaptada, dado que una concentración excesiva limita la correcta aportación de líquidos y sales minerales que debe ingerir el lactante.
  4. Vigilar las señales que pueden indicar la deshidratación del bebé: ausencia de lágrimas; sequedad en piel, boca y lengua; disminución en la secreción de orina o deposiciones menos blandas. Debido a la inmadurez de su sistema inmunitario, los bebés presentan más problemas gastrointestinales, otra fuente importante de pérdida de líquido para el lactante. En este caso, al igual que en el momento que se localicen señales de deshidratación en el bebé, es importante comenzar inmediatamente a rehidratarle, si fuera necesario con suero oral.
  5. Es importante mantener hidratada la piel del bebé para evitar una mayor pérdida de agua, debido a que su función barrera no está aún madura.
    Los lactantes son propensos a sufrir golpes de calor, por lo que además de asegurar la ingesta de líquidos necesaria, es importante evitar la exposición prolongada al sol, las horas centrales del día.
  6. Es importante no someterlo a cambios bruscos de temperatura ni ofrecerles líquidos fríos.
    Los bebés tienen una mayor relación superficie cutánea/ peso corporal que un adulto. Por esta razón eliminan más líquidos. De ahí que sea especialmente importante vestirles con ropa ligera cuando suben las temperaturas.

Para los expertos el mejor tratamiento para evitar la deshidratación es la prevención: ofrecer al bebé el líquido necesario, evitar su exposición al calor y acudir al pediatra si pierde más liquido del normal.

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