Ya hemos hablado en muchas ocasiones del etiquetaje, patologización y medicalización de la infancia, de hecho, creemos que es una de las manías de Innovarte, por ello queremos hacernos eco de un congreso que tendrá lugar en los próximos días en Buenos Aires.
En las conferencias y paneles de debate, tratarán muchas de las cuestiones que nos preocupan la mayor parte de los docentes que asistimos atónitos ante diagnósticos irresponsables que se acaban convirtiendo en profecías de autocumplimento. Entre otros temas, vemos
en el programa:
-la medicalización, las diferencias entre medicar y medicalizar
-autismo, la nueva epidemia?
-los niños que se portan mal
-políticas públicas y procesos de subjetivización
-a detección temprana y el
screening: alcances y riesgos
-los niños y adolescentes: el peligro de una sociedad que mira hacia el otro lado
-paradojas de la inclusión social
-patologías graves en la infancia
-violencias invisibles, diagnósticos encubridores
-patologización de la pobreza
-infancia clasificada
-discapacidad certificada
-educación inclusiva, docentes exclusivas
-intervenciones subjetivantes en salud mental, un desafío para nuestra época
No podemos ir a Buenos Aires, pero estaría bien que desde la formación del profesorado se empezaran a tomar en cuenta estas cuestiones que nos preocupan a los enseñantes y que nos ocupan mucho tiempo y esfuerzo en la escuela, ya que, más de las veces no entendemos en base a qué se hacen tantos diagnósticos precoces, arbitrarios y desatinados. No apuntamos hacia ningún lado pero, profesorado, orientadores, psicólogos, pedagogos, pediatras, paidopsiquiatras, otros profesionales (o no profesionales) y familias, tenemos todos nuestra parte de culpa en lo que está ocurriendo.
Ya vimos niños pastilleados por la mañana; ya vimos progenitores que van de un consultorio a otro hasta que en alguno le cuelgan una etiqueta a su hijo/la, así no piensan en qué están fallando como padres; ya vimos padres que quieren que se le haga una evaluación de discapacidad al hijo/a; ya vimos maestras que de los inquietos dicen que son hiperactivos; ya vimos pediatras que en cinco minutos de consulta determinan que el niño tiene TDAH; ya vimos cuáles son los motivos por los que se medicaliza a los críos; ya sabemos cuáles son los intereses de las industrias farmacéuticas; ya vimos suficiente, ahora lo que queremos ver es profesionalidad y responsabilidad para con la infancia.