Excusas, excusas y excusas.
Estaban deseando meterle mano a los docentes y por desgracia lo estamos consintiendo.
No es una cuestión laboral, como muchos pretextan. Si los profesionales de la pública dejan de ser libres y comienzan a estar sujetos a las arbitrariedades políticas, podemos encontrarnos con graves problemas en el futuro. Han empezado por los más débiles, los interin@s. La mayoría de las CCAA han optado por aplicar un ERE a est@s trabajado@s, por lo que much@s han ido a engrosar las listas de paro. La prensa se ha hecho eco de un dato y es que en España han descendido
un 20% de interinos
, 179.000 ocupados que han dejado de estarlo. Y es que esto es un ERE en toda regla, equiparable a los que tienen lugar en muchas empresas.
Pero de esto no se habla en los medios. Ni si quiera en los centros se nota ningún movimiento en defensa de los miembros de este colectivo que cubre bajas y puestos fijos, preparados y con muchas oposiciones a sus espaldas.
Creíamos que no se podía hacer más daño, pero no ha sido así. Hemos permitido que en Castilla la Mancha se contrate a docentes a coste cero a cambio de puntos para oposiciones; que se expulse a muchos como ya se ha comentado; que se convoquen oposiciones ridículas en nº; que se cambien baremos, temarios, fechas de examen... pero esto ya no debemos aceptarlo.
La educación va a recibir la última puñalada, la que va a acabar con ella definitivamente. Porque si pensamos que esto sólo afecta a los interin@s nos estaremos equivocando de plano. La Comunidad de Madrid, abanderada de la privatización, comienza a señalar el camino que han trazado para los profesionales de la pública. Numerosas voces han apuntado que los docentes españoles deben dejar de ser funcionarios, como si eso, en sí mismo, fuera algo negativo. Este será el primer paso, ir limpiando la lista de interinos para dejarla a cero y contratar a docentes por otros métodos; bueno, por el método del dedazo, a través de ETT. Los primeros en sufrir la precarización, los interinos, que han visto cómo eran enviados al paro de forma indiscriminada y disminuidos sus sueldos al ser despedidos en junio, volverán a sufrir en sus propias carnes el rodillo de aquellos que quieren terminar con lo público.