Jorge Alcázar
¿Cuáles son las causas que impulsan a un país a tirar por la borda una de sus inversiones más enérgica y contundente? Este podría ser el comienzo de una buena novela del género negro, mas no se trata de ninguna ficción, si no de una realidad lacerante que acontece hoy día en nuestro país.
Pertenezco a una generación que, a diferencia de las anteriores generaciones en España, ha podido disfrutar de una educación pública, accesible y, en mayor o menor medida, de calidad. Ahora que tan en boga se ha puesto el acoso y derribo del modelo educativo público, sus carencias y defectos y su utilidad y viabilidad, entiendo que debiéramos, como ciudadanos, reflexionar acerca de este mismo modelo que ha posibilitado la formación en muchos aspectos de millones de españoles en los últimos treinta años.
Actualmente, decenas de miles de jóvenes de este país tienen que hacer las maletas para buscar trabajo y futuro en el extranjero. Jóvenes que, en la inmensa mayoría de casos, deben acreditar una formación superior para poder optar a un puesto de trabajo y un porvenir que se les niegan en España, y que han sido formados de acuerdo a este modelo educativo tan públicamente ultrajado. Nuestros inmigrantes-quién iba decir hasta hace poco que volveríamos a hacer las maletas- no son como aquellos del “vente pa’ Alemania Pepe”; pertenecen a eso que se llama mano de obra cualificada, habiendo sido formados al abrigo de un sistema educativo público y universal.
La inversión en materia educativa es cuestión obligada en cualquier país que pretenda desarrollarse en todos los ámbitos, desde el económico al social, pasando por cualquier otro intermedio. Y España, durante estos últimos treinta años hizo la suya, con todas las objeciones que se le puedan y deban poner. Mas es un hecho el señalado arriba. Exportamos esa mano de obra cualificada. No es una cuestión baladí hablar en estos términos, pues lo que a lo mejor descuidamos son los términos económicos en los que dicha inversión ha sido efectuada.