Tras este cartel, habría que preguntarse por qué se permite alterar genéticamente a los alimentos y todavía en muchos países no se permite modificar genéticamente aquellos genes que transmiten enfermedades raras y cuya esperanza de vida es limitada y sobre todo el sufrimiento que trasmite el que un hijo o hija padezca tal enfermedad.
Por otro lado tampoco esta muy claro que los alimentos alterados genéticamente no sean los causantes de muchas alteraciones, infecciones o enfermedades.
Tal vez estemos dando palos de ciego pero habría que pararse detenidamente y analizar todos estos productos, que ya llevamos décadas consumiendo y que gracias a muchas multinacionales ni lo sabemos, ya que se niegan a poner en su etiquetado que dichos productos están alterados genéticamente, por algo será.
No me gustan los alimentos modificados genéticamente, ni los quiero consumir, pero mi voz no se oye, y seguramente que ya he comido unos cuantos y YO SIN SABERLO!!!!!!!
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Ambroise Paré nació en Bourg-Heret, en la región francesa del Maine en 1510. Su padre era un lacayo y su madre una prostituta con lo que era de la extracción social más baja imaginable. Un clérigo le enseñó las primeras letras aunque nunca supo latín ni griego, por lo que tuvo que redactar sus obras en francés lo que —no hay mal que por bien no venga— las daría mucha mayor popularidad. 
