Buenas Noches a todos y todas.
Ayer tuve la oportunidad de ver el corto "María y Yo"
Como profesional de la educación , entendí perfectamente a los padres, y me encanto la serie de dibujos del papá protagonista ( que se puede decir que es un privilegíado, ya que descubrió por si mismo una forma de comunicación con su hija) nada nuevo para los profesionales pero si para un padre.
Como madre me parece muy bien y la acepto la decisión de llevar a María a un colegio de E. Especial, porque allí puede recibir mejor atención etc....etc...
Como presidenta de una asociación que aboga por una inclusión formal, no puedo estar de acuerdo en parte de lo que se dijo :
Mi hija iría a un colegio normalizado, es la sociedad la que tiene que normalizarse no YO,
Cuando me miran, y a mí también me miran por diferentes razones que a María, ya no me callo ni me dejo amedrentar, miro tan descaradamente como ellos, o con cara de pena, lástima socorro etc... y propugno mi derecho a que el autobús pare donde tiene que parar, para que yo pueda subir, y dentro del autobús grito y dejo en ridículo a los demás porque se callan como hipócritas , me quejo,presento mi reclamación, aunque con ella se laven "por donde empiezan los cestos".
No abandonare esta lucha ni para mi, ni para los niños que acuden a la asociación que yo presido. Se que me moriré antes y no lo veré pero dejare un poso que otros ya empiezan a recoger.
Como la mayoría de vosotros sabéis, yo sufro la condenación de determinadas enfermedades y mi hija también fué sometida a determinados escollos que la vida le brindo.
De diferente manera he vivido y vivo, la discriminación y la falsedad de una sociedad que en su mayoría obra sin corazón, porque carece de él.
Ahora ya podéis criticarme todo lo que querais.
Pilar Sánchez (Presidenta de GEA)