Como adultas caímos rendidas ante el último albume ilustrado de
Raquel Díaz Reguera, "
Catálogo de besos", y de inmediato ya se nos dispararon las ideas para "versionearlo" en las aulas con nuestro alumnado.
De la librería pasamos a un bazar en el que compramos una gran variedad de barras de labios, incluso de colores de lo más inverosímil; no es fácil poner color a besos envenenados, a besos de pedir perdón, besos sacapenas, recompensa, rutinarios, besos de despertar, besos de buenas noches, besos de amor, besos de amistad, besos de despedida de despedida, besos de consuelo, besos de cortesía …
Con la experiencia que fuimos cogiendo como catadores y catalogadores de besos, fruto de nuestras lecturas, "Besos, besos" o "Mamá de qué color son los besos", decidimos hacer una actividad de recogida, catalogación y conservación de besos.
Cada niño/a, con la colaboración de sus familias, aporta besos, con su correspondiente nombre y posología. Como en el libro se conservan en botes de cristal, anunciando su existencia y disponibilidad en un cartel que tenemos en la puerta de clase, en el que también se invita a dejar un beso. Además, se elaboró un carta de besos en que tienen cabida los besos metralleta, besos tutifruti, besos sonoros, besos voladores..., y así hasta treinta variedades.
Las compañeras de
El Biblioabrazo, hicieron una excelente selección de imágenes de besos: en el arte, la fotografía, la danza o el cine, a la que nosotras añadimos el sofá
"Labios" diseñado por Dalí con Óscar Tusquets y el "
Beso de fuego" del mismo artista.
Dará para más …, ya que , cada beso es único e irrepetible e cada uno hace su clasificación, algunas inolvidables como la de la Nobel chilena Gabriela Mistral en el poema
"Besos".