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UniDiversidad. El blog de José R. Alonso. |
Posted: 11 Apr 2019 01:13 AM PDT
![]() ![]() Los huevos del parásito salen al exterior con los excrementos de las aves. Los caracoles marinos (Cerithideopsis californica) consumen esas deposiciones y el parásito, en respuesta, castra a los caracoles y los convierte en estériles. ![]() Dentro del caracol los parásitos viven un par de generaciones y entonces las cercarias (las larvas en forma de disco con cola de estos trematodos) salen y nadan libremente en la marisma. Las cercarias tienen fototactismo positivo (nadan hacia la luz) y geotactismo negativo (se alejan del centro de gravedad, del centro de la Tierra) con lo que nadan preferentemente hacia la zona superior del agua, que es donde están mayoritariamente los peces pelágicos. ![]() ![]() Y entonces el comportamiento del pez cambia. A pesar de tener miles de cistos en sus cerebros, los killifish infectados nadan con tanto vigor como los peces sin parásitos, consiguen tanta comida como los peces sanos y se reproducen normalmente. Pero los killifish infectados comienzan a hacer cosas raras: nadan contoneándose, se giran y muestran sus brillantes y coloridas escamas de los costados, hacen movimientos súbitos, se asoman a la superficie e incluso saltan fuera del agua. Una danza muy peligrosa. Este comportamiento extemporáneo y llamativo hace que un killifish con parásitos tenga una probabilidad treinta veces mayor que un pez igual sin parásitos de ser capturado y comido por un ave. ![]() ¿Y cómo consigue la cercaria que el pez cambie su comportamiento? Jenny Shaw, que entonces trabajaba en la Universidad de California Santa Barbara y su grupo de investigación, vieron que la cercaria libera sustancias químicas que afectan al sistema nervioso central del pez. Dopamina y serotonina son dos monoaminas, dos neurotransmisores que controlan la locomoción y el comportamiento social del pez. El análisis bioquímico de estos peces muestra que hay una disminución asociada a la densidad de parásitos en la actividad serotonérgica en el hipocampo de los peces afectados así como una disminución de la actividad dopaminérgica en los núcleos del rafe. ![]() A menudo vemos los parásitos como influencias siempre negativas y dañinas pero es posible que no sea así o, mejor, que la realidad sea más rica y compleja. La presencia del trematodo hace que las aves tengan más facilidad para capturar peces por el comportamiento anómalo de estos. De hecho la susceptibilidad del killifish infectado para ser capturado por sus aves predadoras ha hecho que a lo largo de esa costa haya un ecosistema muy rico con una gran abundancia y diversidad de aves piscívoras. Los parásitos también ayudan a hacer un control de poblaciones. Buck y su grupo estudiaron las diferencias entre caracoles con parásitos y sin parásitos. Los que estaban libres de trematodos ponían más huevos y la densidad de población era mucho mayor y, de hecho, la población de caracoles en un ambiente natural se duplica frente a la que existe normalmente con la presencia del parásito, de Euhaplorchis californiensis. Por tanto, la presencia de parásitos hace que el ecosistema sea más biodiverso y añada nuevos elementos de regulación. Para leer más:
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