UniDiversidad. El blog de José R. Alonso. |
Posted: 05 Jun 2019 01:30 AM PDT
![]() Las neuronas ganglionares de la retina mandan sus axones a través de los nervios ópticos hasta el quiasma óptico, donde parte de ellos cruza al otro hemisferio y alcanzan el núcleo geniculado lateral. Desde este núcleo, la información sensorial sigue hasta la corteza visual primaria donde se sigue procesando. La ceguera hace que el sistema visual se quede sin información sensorial. Con el «apagón» retiniano, la corteza visual queda inactiva. ![]() La corteza cerebral es un bien escaso. La evolución ha hecho trucos asombrosos para aumentar la cantidad de corteza disponible tales como plegarla, con lo que consigue más superficie en el mismo volumen, y colocar cosas diferentes en el hemisferio izquierdo y el derecho en vez de tenerlo todo duplicado, con lo que amplía su capacidad de alojar funciones específicas tales como hablar, leer o hacer operaciones aritméticas o rotaciones geométricas. Si una persona nace ciega o se queda ciega ¿qué pasa con la corteza visual? Ahora sabemos la respuesta: parte de la red neuronal de la corteza visual es reclutada para las matemáticas. ![]() El propósito de su investigación era comprobar si el procesamiento numérico, que activa los lóbulos frontal y parietal, estaba condicionado por la experiencia visual. Sabemos que estas dos zonas, así como el surco intraparietal, están implicadas en la resolución de tareas matemáticas. ![]() Podríamos plantearnos que para muchos aspectos relacionados con procesos matemáticos el sentido de la vista tiene una importancia crucial. Por ejemplo, pensemos en resolver ecuaciones, en imaginar números con su grafía característica –esos símbolos árabes–. Para operar con ellos, hacer geometría, leer el enunciado de un problema, representar puntos en ejes cartesianos o incluso en atrevernos con cuestiones de matemática superior parece necesario ver. Todo parece muy visual pero no es así, la vista no es un sentido que condicione el razonamiento matemático. ¿Se puede ser ciego y un gran matemático? La respuesta es sí. Uno de los más grandes matemáticos de todos los tiempos, Leonhard Euler (1707-1783) fue ciego los últimos diecisiete años de su vida. Euler fue uno de los matemáticos más prolíficos de todos los tiempos y se calcula que publicó unos 850 trabajos. ![]() Volvamos a los resultados de la reciente investigación sobre ceguera y matemáticas. En esta investigación que puso en evidencia el reciclaje para las matemáticas de la corteza visual se realizó un experimento con 17 personas con ceguera congénita y 19 personas sin problemas visuales, a los que se puso una venda en los ojos para que estuvieran en igualdad de condiciones. La prueba consistió en la resolución de ecuaciones con diferentes niveles de dificultad planteadas por vía auditiva, es decir, escuchando el enunciado. Se observó con métodos de neuroimagen que las zonas cerebrales sensibles a estas pruebas numéricas eran las mismas en ambos grupos, la corteza frontal, la parietal y el surco intraparietal. Por lo tanto, la experiencia visual no influye en el pensamiento matemático. Esta conclusión por sí misma habría sido motivo de un buen artículo, pero no fue el único hallazgo novedoso en el estudio. La gran sorpresa fue que en las personas ciegas, pero no en los controles, se activaba también parte de la corteza visual durante la resolución de ecuaciones «a ciegas». ![]() Esta conclusión inesperada, la activación para tareas matemáticas de una parte de la red neuronal visual en personas ciegas, nos lleva a reflexionar sobre el canal de entrada de información. Pensando en la naturaleza abstracta de las matemáticas es fácil deducir que no es relevante una percepción directa de lo que queremos conocer, es decir, que para apreciar los detalles de un picasso sería necesario verlo y para apropiarnos de toda la información del concepto manzana sería oportuno verla, olerla, tocarla e incluso saborearla. Así, sea cual sea el sentido que utilicemos para dar entrada a la información matemática, este no condiciona el procesamiento posterior de esa información. Se puede utilizar el sentido de la vista, pero también son válidos el sentido del oído o el del tacto. Es cierto que la modalidad sensorial implica diferencias ya que, por ejemplo, a través de la vista podemos percibir rápidamente un gran número de objetos simultáneamente, al menos cien, en un segundo, mientras que el número de objetos que se pueden percibir a través del oído o del tacto se limita a diez o menos en ese mismo espacio de tiempo. Entrenando el sentido del oído se pueden procesar cantidades de datos importantes, pero requieren una presentación secuencial. Aún así, las zonas cerebrales implicadas en las matemáticas son iguales independientemente de la modalidad sensorial que da acceso a la información. Más aún, hay quien piensa que las personas ciegas pueden tener una capacidad sobresaliente para algunos tipos de matemáticas, como por ejemplo la geometría. ![]() Y retomando el hecho de reclutar neuronas corticales visuales para aspectos matemáticos en personas ciegas, ¿supondrá alguna ventaja esta ampliación conectiva? No hay ninguna evidencia de que sea así, pero sí se observa que esta zona de expansión cortical tiene mayor actividad cuanto más compleja sea la tarea matemática que se está realizando. ![]() Se sabía que parte de esta corteza visual se destina en personas ciegas a dar respuesta a estímulos auditivos y táctiles, pero el alcance de la reorganización funcional sigue siendo objeto de estudio. Por un lado, algunos ejemplos de plasticidad de la corteza visual conservan aspectos de las funciones visuales originales. Un ejemplo es que el área cortical de respuesta a lo que percibe una persona vidente cuando ve un objeto en movimiento se corresponde con la respuesta de personas invidentes cuando algo que emite un sonido determinado se mueve. Del mismo modo, se activa la misma red neuronal cuando una persona busca algo con la vista que cuando una persona invidente trata de localizar un sonido específico (Poirier et al., 2006). Por otro lado, la corteza visual de las personas ciegas participa en las tareas de lenguaje de alto nivel como recordar palabras y comprender enunciados (Lane et al., 2105). Se encontró también que estas respuestas de la corteza visual al lenguaje coexisten con las respuestas numéricas, por lo tanto, los resultados obtenidos por Kanjlia y colaboradores sugieren que la plasticidad observada previamente para el lenguaje es parte de un patrón más amplio que se apropia de una parte del sistema visual de las personas con ceguera para realizar funciones cognitivas superiores tanto del lenguaje como de matemáticas. Lo mismo ocurre con el tacto ya que Cohen et al. (1997) observaron que estas zonas corticales visuales mostraban actividad sináptica cuando personas ciegas leían Braille, pero no cuando lo hacían personas videntes. Se activan las mismas zonas cerebrales implicadas en discriminación táctil en los dos grupos pero además se utiliza el córtex visual en personas ciegas; es decir, en realidad los videntes solo tocamos el Braille pero las personas ciegas también lo «ven». Hay una serie de procesadores neuronales vacantes y se repescan para afrontar tareas complejas. Es muy tentador asignar una faceta pluripotente a la corteza visual en personas ciegas y otorgarle una función de procesamiento extra, pero no hay estudios que demuestren de forma rigurosa esta especie de superpoderes. Lo que sabemos es que la plasticidad del cerebro vuelve a ponerse de manifiesto. Podemos aprender durante toda la vida y la conectividad neuronal busca caminos insospechados para ello. ![]() Morin cree que hay dos tipos de imaginación matemática. Una que él llama cuasitemporal, que trata de información que avanza por una serie de pasos, lo que permite, por ejemplo, el procesamiento de una computación. Él indica que nunca fue bueno en computación y que su ceguera hizo más profundo este déficit. ![]() Cuando no se conoce demasiado el mundo de las matemáticas existe la idea generalizada de que la notación de esta disciplina es muy técnica y podría pensarse que creará una barrera insuperable para las personas ciegas. Pero la verdad es que ese bosque de grafos, símbolos, matrices y demás espesuras es un terreno más accesible que otros, en algunos aspectos, para personas ciegas. Una razón es que en las matemáticas se lee menos porque esta escritura es compacta. Según Norberto Salinas, otro matemático ciego, «en matemáticas, lees un par de páginas y tienes un montón de comida para tu pensamiento». Además, las personas ciegas tienen a menudo una imaginación entrenada, útil y facilitadora de muchas tareas, entre ellas las matemáticas. Al final, la idea es recalcar el concepto de neurodiversidad y sus derivadas. En este texto hemos visto que la ausencia de un sentido reestructura la conectividad neuronal. ![]() Referencias:
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