UniDiversidad. El blog de José R. Alonso. |
Posted: 03 Jun 2019 05:52 AM PDT
![]() ![]() La microbiota es fácilmente alterable mediante dietas, trasplantes fecales, antibióticos, probióticos. Al alterar su composición se modifica también su función y, en ocasiones, el comportamiento de la persona que hace de huésped a esa numerosa población de microbios. La reconfiguración del microbioma tanto en el individuo que lo alberga como en su descendencia puede hacer aparecer los síntomas que presentan algunos de los individuos que tienen un riesgo genético de TEA. Alternativamente se cree que puede haber microbiotas que tengan un perfil patogénico y que sean suficientes para iniciar los síntomas en los que, atendiendo a otros indicadores, no serían considerados como individuos en riesgo. ![]() Hay evidencias de que la microbiota intestinal está también implicada en los TEA. Además, intervenciones basadas en los microbios incluyendo trasplantes fecales, antibióticos y probióticos han presentado resultados prometedores en un número limitado hasta el momento de ensayos clínicos realizados en seres humanos para el autismo. ![]() Las comunidades bacterianas del intestino son diferentes entre personas con TEA y controles normotípicos, así como en modelos murinos de TEA. Los perfiles del microbiota fecal son más divergentes en las personas con TEA que sufren además de disfunción gastrointestinal, una comorbilidad común en el autismo. No obstante es necesario ser prudente y no debemos establecer de forma apresurada una relación causa-efecto. No sabemos si los cambios en el microbiota intestinal causan el TEA o en cambio son una consecuencia de este trastorno y la diferencia se debe a la propia genética, dieta o síntomas gastrointestinales de las personas afectadas. No obstante, el grupo de Sharon ha colonizado ratones de tipo salvaje libres de gérmenes (su intestino no tiene microbiota) con microbiota fecal proveniente de individuos con TEA. Eso era suficiente para que las crías de esos ratones (ratones cTEA) mostrasen síntomas característicos de autismo en su comportamiento, algo que no sucedía en ratones similares colonizados con microbiota fecal procedente de personas normotípicas (ratones cNT). ![]() Los autores plantean un mecanismo de acción por el que los microbios intestinales producirían metabolitos que afectarían al funcionamiento cerebral y regularían el comportamiento. Cambios en la microbiota generan frecuentemente perfiles metabólicos alterados, diferencias en la concentración de moléculas que impactan sobre la disponibilidad y diversidad de nutrientes y de metabolitos microbianos en el ecosistema gastrointestinal. Los análisis metabolómicos de suero, heces y orina de personas con TEA han descubierto diferencias en la concentración de varias moléculas en comparación con personas normotípicas y muchos de los compuestos que se ven desregulados tienen un origen microbiano. En particular el trasporte y degradación de aminoácidos difiere entre personas con y sin autismo. Es algo intrigante y sugerente porque los aminoácidos sirven como precursores para muchas moléculas neuroactivas, tales como neurotransmisores. El análisis del microbiota de ratones cTEA y cNT permitió comprobar que Bacteroides ovatus y Parabacteoidies merdae eran prevalentes en todas las muestras normotípicas y estaban ausentes en todas las muestras TEA. Al contrario, Eisenbergiela taya era prevalente en todos los ratones cTEA y ausente en los cNT. ![]() El siguiente aspecto importante es que el microbiota TEA genera un abundante «splicing» alternativo de genes relevantes para el TEA en el cerebro de los ratones cTEA. ![]() Numerosas regiones encefálicas influyen en el comportamiento social, incluyendo la corteza prefrontal y el estriado. Por poner un ejemplo, la disfunción sináptica y las trayectorias aberrantes del desarrollo en el estriado generan un incremento de los comportamientos repetitivos. El análisis comparado de ratones cTEA y cNT mostró unos pocos genes con expresión diferencial. ![]() El microbiota de ratones cTEA y cNT producía perfiles de metabolitos diferentes. La expresión génica, el «splicing» y la función neuronal puede regular selectivamente las concentraciones de metabolitos. El metaboloma es el conjunto completo de los metabolitos (tales como intermediarios metabólicos, hormonas y otras moléculas de señalización, y metabolitos secundarios) que se pueden encontrar en una muestra biológica, tal como un organismo.E n TEA se ha visto un metaboloma alterado y muchas pequeñas moléculas que son diferentes entre TEA y NT provienen del metabolismo microbiano. De 313 metabolitos analizados los autores encontraron 27 cuyas concentraciones en colon eran muy diferentes entre ratones cTEA y cNT. Los ratones cTEA presentaban concentraciones más altas de aminoácidos en particular y también se veían diferencias en varios agonistas y antagonistas de receptores de GABA y de glicina. Un par de ejemplos son el ácido 5-aminovalérico, un agonista débil del receptor GABAA, que presentaba una concentración significativamente menor en ratones cTEA y hay también menos en personas con TEA. El otro ejemplo es la taurina, también agonista débil del GABAA pero potente agonista del receptor de glicina que también presentaba niveles bajos en personas con TEA y que en los ratones cTEA presentaba una concentración un 50% menor que los ratones cNT. La taurina es esencial para el desarrollo cerebral y puede ser sintetizada tanto por neuronas como por astrocitos y también transportada a través de la barrera hematoencefálica mediante el transportador TauT. El ácido 5-aninovalérico actúa como un anticonvulsionante en ratones y hay que recordar que muchas personas con TEA presentan ataques epilépticos. El siguiente apartado del estudio es también llamativo. Los autores administraron los metabolitos que estaban en bajas concentraciones en los ratones cTEA. Algunos de esos metabolitos tendrían efectos protectores o patogénicos y estaban relacionados con comportamientos específicos asociados al TEA. Los síntomas de TEA mejoraron tras hacer estos tratamientos. Por ejemplo la administración de taurina o ácido 5 aminovalérico atenuaba las alteraciones del comportamiento características del autismo tales como las estereotipias y el aislamiento social. El TEA es una condición heterogénea donde las personas afectadas muestran un amplio espectro de niveles de gravedad, con distinta predisposición inherente y con una amplia variedad también de exposiciones ambientales. Explorando las microbiotas de distintas personas es posible que consigamos identificar distintos subtipos de TEA. Los estudios en gemelos eran una de las evidencias del componente genético de autismo pero es importante recordar que además de los genes humanos, los genes microbianos también se heredan verticalmente de una generación a la siguiente. La etiología del TEA puede residir en el genoma humano, pero también en el microbiota humano o en los dos vía las interacciones entre genes y ambiente. Es posible que en el futuro podremos editar el genoma humano utilizando técnicas como CRISPR/cas pero las intervenciones basadas en la microbiota pueden ser más fáciles, rápidas y eficaces y estar a la vuelta de la esquina para abordar los retos de por vida que todavía supone tener un TEA. Para leer más:
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