Un paso más en la implantación de la pedagogía tóxica
El diario 20 minutos recogía el pasado miércoles los planes de la Consejería de Educación para extender la demencial y antieducativa prueba de 6º a 2º de primaria (una medida anunciada por la Condesa en su último debate de la región). Sin embargo las razones para criticar esta nueva prueba son levemente diferentes de las que se han formulado para la de 6º.
En primer lugar una tremenda ignorancia sobre cómo mejorar la enseñanza. Parece que La Comunidad de Madrid ha decidido seguir la vía contraria a la establecida por las investigaciones científicas y el análisis de los sistemas que mejor funcionan. Claramente, lo suyo es una apuesta por el pasado.
En segundo lugar una desautorización profesional del profesorado. La Consejería intenta convertir al profesorado en un aplicador pásivo de programas, muy lejos del carácter investigador que nuestra profesión tiene. De este modo el objetivo no es principalmente medir a los alumnos o "detectar alumnos rezagados" sino condicionar el trabajo del profesorado. En Reino Unido los profesores se han plantado ante pretensiones similares.
En tercer lugar potenciará el fracaso escolar de aquellos niños con contextos personales o socieconómicos "difíciles", o de aquellos más inmaduros. Como han mostrado investigaciones en Francia e Inglaterra (o como confirma el análisis que el Ministerio de Educación hace de los datos de la prueba de 4º) los niños nacidos en el cuarto trimestre del año tienen peores resultados y más probabilidades de repetir cuando se enfrentan a sistemas rígidos de enseñanza. Un efecto que no se minimiza hasta los 12 años y que, con seguridad, estará más presente en 2º. Introducir examenes precoces, aumentará las exigencias minando la autoestima de muchos niños y llevándo a muchos de ellos a una de las medidas más inútiles con las que nuestro sistema responde a las dificultades de aprendizaje: la repetición.
Debemos ser conscientes de que se esta empujanado a lo niños madrileños a la mediocridad y al fracaso a la misma edad que los niños finlandeses finalizan su primer y liviano curso de la enseñanza obligatoria y reciben de forma masiva apoyo de los Equipos de Bienestar Escolar. ¡No queda más que rebelarse, familias y profesorado!
El diario 20 minutos recogía el pasado miércoles los planes de la Consejería de Educación para extender la demencial y antieducativa prueba de 6º a 2º de primaria (una medida anunciada por la Condesa en su último debate de la región). Sin embargo las razones para criticar esta nueva prueba son levemente diferentes de las que se han formulado para la de 6º.
En primer lugar una tremenda ignorancia sobre cómo mejorar la enseñanza. Parece que La Comunidad de Madrid ha decidido seguir la vía contraria a la establecida por las investigaciones científicas y el análisis de los sistemas que mejor funcionan. Claramente, lo suyo es una apuesta por el pasado.
En segundo lugar una desautorización profesional del profesorado. La Consejería intenta convertir al profesorado en un aplicador pásivo de programas, muy lejos del carácter investigador que nuestra profesión tiene. De este modo el objetivo no es principalmente medir a los alumnos o "detectar alumnos rezagados" sino condicionar el trabajo del profesorado. En Reino Unido los profesores se han plantado ante pretensiones similares.
En tercer lugar potenciará el fracaso escolar de aquellos niños con contextos personales o socieconómicos "difíciles", o de aquellos más inmaduros. Como han mostrado investigaciones en Francia e Inglaterra (o como confirma el análisis que el Ministerio de Educación hace de los datos de la prueba de 4º) los niños nacidos en el cuarto trimestre del año tienen peores resultados y más probabilidades de repetir cuando se enfrentan a sistemas rígidos de enseñanza. Un efecto que no se minimiza hasta los 12 años y que, con seguridad, estará más presente en 2º. Introducir examenes precoces, aumentará las exigencias minando la autoestima de muchos niños y llevándo a muchos de ellos a una de las medidas más inútiles con las que nuestro sistema responde a las dificultades de aprendizaje: la repetición.
Debemos ser conscientes de que se esta empujanado a lo niños madrileños a la mediocridad y al fracaso a la misma edad que los niños finlandeses finalizan su primer y liviano curso de la enseñanza obligatoria y reciben de forma masiva apoyo de los Equipos de Bienestar Escolar. ¡No queda más que rebelarse, familias y profesorado!
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