Si bien hasta ahora casi todas las historias que le contábamos a nuestro alumnado estaban en formato álbum o libro ilustrado porque creíamos que a estas edades hay que proveerles la imaginación con muchas y variadas representaciones plásticas del relato, ahora llegó el momento que ya tienen bagaje suficiente como para prescindir de ese apoyo visual, echando mano de su imaginario para ir recreando lo que escuchan.
Creamos una ambientación adecuada y los preparamos para esta nueva experiencia, explicándole la razón del título de la colección, Cuentos al amor de la lumbre. Le relatamos lo que hacía la gente cuando no había televisión, ni ordenadores, ni iPAD, ni luz; de cómo pasaban el tiempo y disfrutaban del placer de escuchar cuentos maravillosos de princesas o príncipes encantados, de niños valientes, de seres mitológicos, etc. Les dejamos elegir entre las distintas categorías en las que el autor organizó esta antología, de tal modo que también aprovechamos para saber cuál es la función del índice de los libros. A punto estuvimos de cambiar su decisión, ya que el elegido nos pareció un poco truculento de más, pero seguimos para delante.
En pocas ocasiones logramos tanta atención por tan prolongado tiempo. Y lo mejor de la experiencia fue cuando al terminar, seguían hablando por pequeños grupos de los personajes, de cómo los imaginaban, así como de los escenarios en los que sucedían. Las posteriores representaciones fueron de las más ricas en detalles que llevan realizado hasta ahora; también cierto que llenas de estereotipias sobre los protagonistas en función del rol que asumían.
El folclorista Antonio R. Almodovar, certeramente llamado por Ana Mª Matute "el tercer hermano Grimm", experto en semiótica estructural, lleva parte de su vida profesional dedicado a la recuperación de los cuentos tradicionales hispanos, terreno sobre el el cual se había investigado muy poco y por el que también había mucho desapego. No hay más que preguntarle a cualquier persona de a pie por los cuentos populares españoles que conoce, para descubrir lo poco sabemos de este rico patrimonio inmaterial.
Almodovar, premio nacional de LIJ en el 2005, es una persona muy polifacética; escuchar sus conferencias es una delicia -es un contador de cuentos, en el más extenso y rico sentido de la palabra-, logra hechizar al público con su discurso. En la web del Centro Virtual Cervantes, se puede acceder a su
biografía, obra, colaboraciones en la televisión y artículos, de entre los los cuales reseñamos
Cuentos populares perfectamente incorrectos, y
No toquéis a Blancanieves. En
Google Books pueden encontrarse vistas previas o completas de muchas de sus obras.
En esta colección hace una compilación de "arquetipos". El arquetipo de un cuento popular es la versión resultante que se obtiene al comparar muchas versiones particulares de un mismo cuento hasta conseguir que al leerlo se parezca el más posible a la versión dominante en la única etapa en la que aun podemos tener acceso. En una
guía complementaria que los acompaña se puede encontrar más información.
Así tenemos 135 cuentos populares españoles divididos en dos volúmenes, y agrupado por temas como: cuentos maravillosos, de princesas encantadas, de príncipes, de niños en peligro, de pícaros, de pobres y ricos, de mujeres difíciles, de miedo, de tontos, de animales, o acumulativos y disparatados. En ambos tomos se acompaña con una amena explicación del autor sobre cada una de las categorías establecidas, de sus orígenes, de la intencionalidad, y de los vínculos con otros presentes en la tradición europea.
Desde hace muchos años somos devotas de sus versiones de cuentos populares recogidos en la colección "
La media lunita", -actualmente también disponibles en gallego-, dedicadas a un público infantil. Ahora, en este caso, aconsejamos a los docentes una lectura previa, ya que, estos cuentos que se contaban al lado del fuego iban dirigidos a personas adultas, pese a que los niños también asistiesen a la narración.
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