GSIA, Infancia y Adolescencia |
Posted: 01 Nov 2021 04:28 PM PDT Como seres humanos que somos, nuestras relaciones sociales son sumamente importantes. Cuando estos lazos afectivos se pierden por la muerte de nuestros seres queridos, se desencadena un estado afectivo al que conocemos como duelo. Si el duelo es duro para un adulto, aún resulta más difícil para un niño. Para empezar porque su sensación de seguridad se tambalea. La pérdida repentina sobre todo genera una sensación de falta de control y de seguridad que puede llegar a ser muy abrumadora. Por ello, el objetivo transversal será proveer a este niño o a esta niña de esa sensación de seguridad, ayudándole en su proceso de reestructuración. La actual pandemia por la COVID-19 nos hace estar en continuo contacto con el duelo. No solo por la pérdida de seres queridos que mencionábamos antes, sino también de personas importantes para otros. Pero si entendemos como duelo el proceso de adaptación emocional ante cualquier "pérdida", también podríamos considerar que vivimos el "duelo" de no ver a nuestros familiares, amigos y amigas. Incluso de no poder ir al colegio ni al trabajo, ni tampoco al parque. Aunque las siguientes pautas están orientadas a gestionar la pérdida de un ser querido, podría adaptarse a cualquier otro tipo de duelo. Nuestra misión es compartir el conocimiento y enriquecer el debate. 1. ¿Cuándo debemos decírselo? Conviene comunicarlo lo antes posible. Buscar un lugar adecuado y un momento adecuado para explicar pronto, con un lenguaje fácil y sencillo, lo que ha sucedido. Mejor sin utilizar eufemismos que generan mucha confusión como "se ha ido", "se fue al cielo", "se ha quedado dormido para siempre"… Si es una muerte que se preveía, es mejor ir preparando al niño poco a poco y con antelación. Poder visitar al enfermo al hospital ayuda a poder procesar lo que está sucediendo y entender mejor por qué la persona que queremos no está donde suele estar. 2. ¿Pero por qué? Conviene tener en cuenta las características individuales y de la edad que tenga el niño o la niña a la hora de explicarle lo sucedido. Adaptaremos el lenguaje, la forma de explicarlo, el momento… Por ejemplo, puede ayudarnos un cuento sobre duelo, relacionar con otras pérdidas conocidas para ellos y ellas como, por ejemplo, la muerte de un animal, de alguna planta, o quizás poner un ejemplo de una película. Es importante que respondamos a sus preguntas por muy alocadas que sean: esto les dará seguridad. Y si desconocemos la respuesta, debemos ser capaces de admitir que no lo sabemos y que para nosotros tampoco es fácil entenderlo. 3. ¿Cómo acompañarles en su expresión? Cada niño y niña va a tener su forma de expresión de lo que siente, es importante mostrarse atentos y ayudarles a que se den cuenta de que esa expresión de rabia quizás es dolor, es tristeza… Es consecuencia de cómo se sienten en relación a la pérdida que acaban de experimentar. Que quizás el haberse hecho pipí esta noche tiene que ver con lo que siente y no con que vuelve a ser pequeño o pequeña. Algunos no se muestran tristes y se sienten culpables por ello. No conviene juzgarles, respetando siempre sus ritmos. En algunos críos puede surgir el miedo a perder a otras personas y otros pueden tener conductas regresivas (necesitar más atención, más contacto, succión del pulgar). Además, puede que resurja de nuevo el miedo a la oscuridad, que se muestren más irritables o que se sientan culpables, o tal vez desmotivados. Sin olvidarnos del cuerpo, ya que algunos niños y niñas pueden somatizar sintiendo dolor de barriga, de cabeza, dolor en el pecho… 4. ¿Seguimos con las rutinas? Mantener las rutinas les aportará seguridad. Quizás podemos explicar lo que pasará de aquí en adelante, quizás algunas cosas cambien pero otras seguirán igual y esto les vendrá bien saberlo. 5. ¿Qué repercusiones está teniendo la pérdida en su vida? Conviene estar atentos para ver si está afectando a algunas áreas de su vida. Cuando la parte emocional no está bien no podemos concentrarnos ni memorizar, nos cuesta más estar con los otros… Es importante tener en cuenta que los resultados académicos pueden verse afectados en un proceso de duelo y quizás también las relaciones con los demás. 6. ¿Debemos compartir lo que sentimos u ocultarlo? Sin duda, no hay que tener miedo a compartir la tristeza, la rabia, la impotencia delante de los niños, siempre siendo seguros para ellos y ellas. Puede que pensemos que tenemos que proteger al niño o niña de nuestras lágrimas, o que no queremos que sufran más de la cuenta. Pero si les mostramos de vez en cuando que los adultos también lloramos por la pérdida de una persona que queremos, ayudaremos a normalizar la expresión de la tristeza de manera sana para cuando ellos sean adultos. Si escondemos nuestras emociones y les mostramos que "todo va bien", ellos aprenderán a congelar sus emociones y el daño puede ser mayor. Somos modelos de imitación para ellos, así que mostrando nuestras emociones les estamos enseñando a poder expresar las suyas de manera sana. 7. ¿Y si no queremos verles sufrir? En ocasiones nos asusta ver el dolor de los otros, pero es inevitable y estará bien que podamos acogerlo y no minimizar lo que sienten. Lo importante es que noten nuestra presencia y nuestro acogimiento. Es más, conviene animarles a expresar lo que sienten. A veces se nos escapa un "no llores", "no estés triste", "tienes que ser valiente", "no está bien enfadarse así"… Mensajes como estos coartan la libre expresión e impedirán el procesamiento de la pérdida. Aunque no podemos proteger a los niños/as de la muerte, sí que podemos ayudarles en su proceso de duelo, validando lo que sienten y ayudándoles a expresarlo con palabras. 8. ¿Existen las palabras mágicas? No, pero podemos acompañar diciendo cosas como: "Entiendo que te sientas así, duele mucho perder a alguien", "Entiendo que ahora no te apetezca hablar de ello pero podemos estar en silencio abrazándonos", "Es terrible lo que ha pasado, cuando lo necesites puedes decirme cómo te sientes", "No tengo palabras pero podemos compartir el silencio" , "A mi también me entran muchas ganas de llorar cuando pienso en él/ella", etc. 9. ¿Nos despedimos para siempre? La realidad es que nos despedimos de una parte, pero quedan recuerdos, imágenes, sensaciones… El amor es para siempre. Esas sensaciones no se olvidarán y estará bien tenerlas en cuenta y ponerle palabras. Frases como "papá murió pero siempre seguirá dentro de nuestros corazones" o "le queremos mucho y le seguiremos queriendo mucho, aunque ahora ya no lo podremos ver o abrazar". 10. ¿Conviene realizar un ritual? Sí. Y es importante hacerles partícipes del ritual de despedida siempre que quieran. En la medida de lo posible, es conveniente que los niños puedan asistir al tanatorio y al funeral, para así poder empezar a digerir lo que ha sucedido y empezar a elaborar el duelo adecuadamente. Si el niño no desea ver al cadáver o participar en el ritual de despedida, será necesario escuchar su deseo y respetarlo. Es importante poderle explicar que el cuerpo del difunto no siente nada y que ya no sufre. En estos días, para muchos es imposible ir al tanatorio o al cementerio como tradicionalmente se hace, pero podemos hacer otro tipo de rituales "caseros". Por ejemplo podríamos buscar un lugar cómodo y tranquilo, evocar a la persona que perdimos y expresar las sensaciones que surjan. A partir de ahí, nombramos los recuerdos sobre la persona perdida, recordaremos momentos hermosos, quizás podemos dirigirnos a esta persona para expresarle lo que se nos quedó por decir, quizás queremos pedirle perdón o decirle que le perdonamos y agradecerle todo lo que nos aportó. Podemos utilizar fotos para ello, también crear una caja de recuerdos, dedicarle un dibujo o una canción. Todo vale. *Zenaida Aguilar: Profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC y Psicóloga infantil en el Instituto Carl Rogers, UOC - Universitat Oberta de Catalunya. -------------------------------- COLABORA CON NOSOTROS. GSIA es una asociación sin ánimo de lucro, de carácter independiente, que fue creada hace 10 años por un pequeño pero apasionado grupo de profesionales de diferentes especialidades. Su finalidad principal es la de contribuir al reconocimiento de los derechos humanos en la infancia y la adolescencia, a través del estudio, la formación, la sensibilización y la difusión de los mismos. ¡AYÚDANOS A MANTENER Y AMPLIAR NUESTROS PROYECTOS!. Dona a la Asociación GSIA desde aquí. https://grupodeinfancia.org/donaciones/ | ||
Estudio sobre la Situación de la Infancia y de la Adolescencia en Rivas Vaciamadrid Posted: 01 Nov 2021 03:26 AM PDT
El martes 5 de octubre se presentó públicamente el Estudio sobre la Situación de la Infancia y de la Adolescencia en Rivas Vaciamadrid, un iniciativa enmarcada en la elaboración del nuevo Plan de Infancia y Adolescencia de la ciudad, diseñado para acercarse y conocer la situación de este sector de la población. A continuación se exponen las principales conclusiones del estudio, recogidas en el resumen ejecutivo 'Pienso, luego opino', elaborado por Enclave de Evaluación y consultado por Diario de Rivas. El estudio ha sido desarrollado a través de la asociación Enclave de Evaluación, junto al Ayuntamiento de la ciudad, entre los meses de febrero y agosto de 2021. En él han participado 709 niñas, niños y adolescentes residentes en Rivas Vaciamadrid, de entre 10 y 17 años, distribuidos en función del barrio de residencia (barrio Oeste, barrio Centro y barrio Este), donde el barrio Centro representa con un 42,5% el grupo más numeroso de la muestra. Respecto a su perfil socioeconómico, uno de los datos más llamativos, según afirma el estudio, es que el 76,1% de los participantes en la encuesta cuenta con un teléfono móvil propio y de uso exclusivo. Otro dato relevante es que a dos de cada tres les preocupa que sus progenitores no tengan trabajo o puedan quedarse en el paro. Temas que más les preocupan y su satisfacción con la vida La familia, con un 44,3%, y las amistades, con un 22,7%, son las principales prioridades entre chicos y chicas, ambos sexos por igual. Sin embargo, existen matices entre los dos géneros, siendo la igualdad y la no discriminación los temas más presentes en las chicas, mientras que en los chicos son más recurrentes el bienestar o las actividades de ocio. En relación a esta cuestión, también muestran niveles de satisfacción elevados con la mayoría de los aspectos de su vida, sobre todo en lo referido a familia y amistades, aunque con diferencias al hablar de su tiempo libre, su aspecto o sus relaciones en el colegio, según afirma el estudio. No obstante, a medida que este sector de población infantil va creciendo, el nivel de satisfacción vital disminuye en todos los aspectos, considerablemente en el ámbito escolar. Por otro lado, aunque por lo general la mayoría de los niños, niñas y adolescentes de Rivas se sientan libres de expresar sus opiniones y decir lo que piensan, en la población de origen migrante este aspecto se destaca en menor medida. Su casa y su familia Más de nueve de cada diez participantes en la muestra sienten que las personas que les cuidan en casa les tratan bien y les ayudan en la toma de sus decisiones, aunque el 7,1% asegura no contar con la posibilidad de hablar con su familia cuando lo necesitan. Cuando se les pregunta si son objeto de algún tipo de castigo o violencia física y verbal, casi ocho de cada diez, es decir, el 77,6% de la muestra, los que declaran que durante el último curso escolar han sido castigados alguna vez por las personas con las que viven, la mayoría de manera «no frecuente». Un 11,2% refiere esta situación «muchas veces» o «todos los días». Por otra parte, a casi seis de cada diez les han gritado o insultado, con un 51,6% que refieren que ocurre «de vez en cuando» y un 6,5% «de forma constante». Además, el castigo físico también está presente en algunos hogares, ya que más de un 30% dice haber recibido alguna vez una bofetada o algún golpe por parte de las personas que les cuidan en los últimos meses, y un 2% indica que ocurre «con mucha frecuencia». Amistades, tiempo libre y vivencias en el contexto escolar Aunque más del 93% opina que sus amistades son amables con ellos, a partir de los 15 años, el porcentaje disminuye, especialmente en aquellos que viven en hogares de origen migrante. En cuanto a su tiempo libre, los deberes escolares o el uso de aparatos electrónicos son las actividades más frecuentes entre ellos. Sin embargo, tanto los chicos como las chicas a medida que crecen hacen un uso diario de los dispositivos electrónicos, pasando del 55% al 79% aproximadamente. Paralelamente, la frecuencia con la que realizan deporte (de un 61% a un 39%) y hacen las tareas escolares (del 91% al 68%) disminuye con la edad. Respecto al ámbito escolar, casi la mitad de los niños, niñas y adolescentes de 10 a 17 años de Rivas Vaciamadrid acude al colegio en vehículo privado (46,9%); cuatro de cada diez lo hacen andando y menos de uno de cada diez (9,8%) usa el transporte público. El estudio señala que cuando se les pregunta sobre la instrucción que reciben en sus centros escolares, a partir de los 13 años se muestran más críticos y desconfiados respecto a su utilidad. Menos del 60% del total de los encuestados opina que aprende en ellos las cosas que necesita en su vida. También se muestran descontentos con las tareas escolares que les manda el colegio fuera del horario escolar, considerándolas excesivas el 43% de los estudiantes que han contestado la encuesta, aproximadamente. Asimismo, aunque el 55% de los estudiantes ripenses de la muestra opina que la pandemia del Covid-19 no ha afectado a la didáctica y al nivel de aprendizaje en el colegio, uno de cada cuatro personas estudiantes encuestadas dice haber sentido la necesidad de recibir ayuda psicológica durante el último escolar, especialmente las chicas. Su salud y sus hábitos A la hora de preguntarles sobre la valoración de su estado de salud, el 77,3% de los encuestados declara haberse sentido feliz «muchas veces» o «todos los días», al mismo tiempo que más del 29% se ha sentido solo alguna vez. Otro dato relevante que confirma el estudio consultado es que el 58,8% ha experimentado sensación de estrés y preocupación, aunque el sentimiento más común ha sido el aburrimiento (66,5%). Los sentimientos más frecuentes y en aumento con la edad entre las chicas son la tristeza, soledad, miedo y estrés, además del impacto negativamente de la pandemia. Por su parte, en el barrio Este, con una muestra de mayor representación de origen migrante, se observa una elevada frecuencia de estados de ánimo negativos, siendo significativamente mayor en el caso de la soledad y la tristeza, según recoge el resumen ejecutivo del estudio. En cuanto a sus hábitos, los datos más significativos que señala el estudio es que el 17,1% de los adolescentes entre los 15 y los 17 años declara haber fumado tabaco en el último mes, siendo el 10% los que dicen hacerlo a diario. A su vez, el 30% ha bebido alcohol, la mayoría «de forma esporádica». Importancia se sentirse una persona segura y protegida El 93% de la muestra califica su casa como el espacio más seguro. Sin embargo, el colegio, el entorno donde transcurre la mayor parte de sus vidas, no es un espacio seguro para tres de cada diez niños y niñas ripenses, frente a siete de cada diez que opina que sí lo es. Asimismo, entre los espacios donde menos seguros se sienten se encuentra Internet, y en particular las redes sociales. Según revela el estudio, entre aquellos que las usan, aproximadamente una de cada cuatro personas ha recibido mensajes ofensivos o amenazantes alguna vez (20,3%) o muchas veces (3,8%). Además, el 8% declara haber quedado alguna vez en la calle con alguna persona desconocida con la que había contactado por Internet.... |
You are subscribed to email updates from Asociación GSIA: Hablando de Infancia y Adolescencia, Blog. To stop receiving these emails, you may unsubscribe now. | Email delivery powered by Google |
Google, 1600 Amphitheatre Parkway, Mountain View, CA 94043, United States |
No hay comentarios:
Publicar un comentario