jueves, 21 de mayo de 2009

OTRO FUTURO CIERTO

Víctimas de Somalia .

Entre la miseria, los piratas y los traficantes
Las ONG advierten sobre el empeoramiento de las condiciones de los refugiados somalíes que intentan llegar a Yemen a través del golfo de Adén


Kenia: refugiados somalíes viven hacinados en campos sin las condiciones mínimas Cada mes se estima que llegan 5.000 nuevos refugiados. Muchos están considerando regresar a la zona de guerra por falta de alimentos y de agua

Más de 270.000 refugiados que huyeron de la guerra en Somalia están enfrentándose a una escasez tan alarmante de alimentos, agua y abrigo adecuado hacinados en campos en el norte de Kenia que muchos están considerando regresar a la zona de guerra en Somalia de donde proceden. Se estima que cada mes llegan 5.000 nuevos refugiados a los campos de Dagahaley, Ifo, y Hagadera situados en la ciudad fronteriza de Dadaab, en Kenia, operados por el Alto Comisionado de NNUU para los Refugiados (ACNUR). Las encuestas de salud y nutricionales realizadas por MSF en abril en el campo de Dagahaley, donde la organización proporciona servicios médicos, revelaron elevados niveles de desnutrición aguda entre una población que está haciendo frente a raciones cada vez más reducidas de ayuda.
Imposible dar respuesta a tantas necesidades“La situación es sencillamente escandalosa” afirma Joke Van Peteghem, coordinador general de MSF en Kenia. “Estos refugiados lo han arriesgado todo para escapar de los enfrentamientos en Somalia. Ahora algunos nos dicen que puestos a elegir prefieren vivir arriesgando su vida en Mogadiscio que morir lentamente aquí. Las agencias de ayuda están presentes en los campos pero no pueden responder a las enormes y crecientes necesidades de esta población exhausta de tanta guerra”Como Kenia ha cerrado oficialmente sus fronteras con Somalia, el proceso de registro es un caos y demasiado lento, los exámenes médicos y la distribución de artículos de primera necesidad no funcionan adecuadamente.Una delegación del ACNUR está visitando los campos. MSF hace un llamamiento al ACNUR, a financiadores institucionales y al gobierno de Kenia para que responda de forma urgente a la falta de asistencia y protección que deberían dispensarse a los refugiados que llegan así como a las terribles condiciones de vida en los campos.

La gente lleva huyendo de Somalia desde hace 18 años asentándose en los campos de Dadaab. Desde principios de 2008, empujadas por unos intensos niveles de violencia en su país, más de 80.000 personas han ido llegando y sumándose a la población de los campos que actualmente se contabiliza en unas 270.000 personas. Cada campo tiene una capacidad de albergar a 30.000 personas pero acoge a un número tres veces superior.Sin lo mínimo“Los campos son bombas de relojería en lo que a salud pública se refiere,” declara Donna Canali, una enfermera que hace poco finalizó su misión como coordinadora de terreno de MSF en el campo de Dagahaley. “Los refugiados, muchos de los cuales ya padecen graves heridas de guerra o enfermedades, viven apelotonados sin lo mínimo para sobrevivir: agua, comida, abrigo y atención médica. Después de todo lo que esta gente ha tenido que pasar, ¿cómo pueden estar tan vergonzosamente desatendidas sus necesidades más básicas?”La reciente encuesta de MSF en el campo de Dagahaley reveló una prevalencia de desnutrición aguda del 22,3 por ciento, muy por encima de lo que se considera el umbral de la emergencia. El bajo nivel de los stocks de alimentos en un almacén del Programa para la Alimentación Mundial en Dadaab ha provocado, hasta hace poco, una reducción del 30 por ciento de las raciones en los campos. Se necesita de forma urgente más apoyo por parte de los financiadores para asegurar que esta situación no vuelva a repetirse. La escasez de servicios de agua y saneamiento en los campos también es alarmante. Algunos residentes del campo de Dagahaley sobreviven con apenas tres litros de agua al día. Hay que cavar más pozos de inmediato. Letrinas escasas y apenas mantenidas incrementan la amenaza de epidemias. Los refugios son también totalmente inadecuados. La gente se ve obligada a construir estructuras provisionales y algunas personas viven bajo los árboles. Aunque hay planes de construir un cuarto campo, se requiere mucho más espacio habitable para asegurar que las necesidades más básicas de estas personas están cubiertas. MSF en DagahaleyMSF empezó a trabajar en el campo de Dagahaley, Dadaab, en marzo de 2009, donde gestiona una clínica de atención primaria de salud para 25.000 personas que viven en dos bloques de un campo cuya población se estima en unas 91.000 personas. La organización realiza 150 consultas cada día y proporciona servicios de vacunación y apoyo nutricional a los niños con desnutrición severa y moderada.

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