jueves, 9 de septiembre de 2010

HAY MUCHOS TIPOS DE ASOCIACIONES Y ONGS.

180 grados en Anesvad: comunicar para cambiar
Por: jmherranz el 06/09/10 11:37
Tiempo estimado de lectura : 3 minuto
Ocho años después de abandonar la CONGDE por su publicidad, Anesvad ha ganado un premio por su último spot y cierra el círculo que la llevó a una espiral de descrédito y desconfianza. Cuando la comunicación sirve a intereses puramente comerciales, corre peligro la transparencia y la credibilidad.

Hace ocho años, Anesvad abandonaba la Coordinadora de ONG para el Desarrollo porque vulneraba con su publicidad el código de conducta pactado por todos sus miembros, debido a sus agresivos anuncios sobre la lepra o la prostitución infantil en el sudeste asiático.






En ese momento la organización contaba con 145.00 socios, y llegó a alcanzar los 160.000 cuando en marzo de 2007, su presidente, José Luis Gamarra, era detenido por presunta apropiación indebida de cerca de 1,2 millones de euros procedentes de donantes y entidades. Esta crisis le costó a la organización cerca de 64.000 bajas, y el hecho de que paralelamente Intervida fuera intervenida también judicialmente, supuso ampliar el descrédito y la desconfianza hacia todo el tercer sector.

En octubre de 2008, Bernardo García Izquierdo era nombrado director general de Anesvad por los administradores judiciales y la organización volvía a firmar el código de conducta de la Coordinador de ONG para el Desarrollo de España (CONGDE). Ocho años después, Anesvad ha ganado dos premios en las categorías spot de televisión y mejor web social en el PubliFestival de Málaga por su última campaña institucional y con ello ha cerrado el círculo que la llevó por un camino que se ha visto con el paso del tiempo que no era el más acertado para ganar socios y donantes, y sí el más peligroso para perder legitimidad, confianza, transparencia y fallar en el desarrollo de su misión y objetivos.

Este hecho nos tiene que hacer reflexionar sobre la relevancia que dan las organizaciones sociales a la comunicación, entendida como proceso de relación con los ciudadanos, y el carácter estratétigo de la misma. En muchas ocasiones, no está muy claro si las organizaciones sociales buscan voluntarios-colaboradores que legitimen sus ideas y refuercen su masa social de personas o si buscan donantes-consumidores con causa que sufraguen los proyectos de la organización con el simple hecho de comprar un pañal (UNICEF-Dodot), un yogurt (Danone-Cruz Roja) o un colchón (Pikolín-Asociación Española Contra el Cáncer), con las consecuencias nefastas que esto supone para encontrar soluciones.

Algunas organizaciones sociales se están convirtiendo en las nuevas órdenes mendicantes del siglo XXI, saltando a la televisión y a las calles para buscar donaciones y fondos frente a la necesidad cada día mayor de mostrar su trabajo. Y de esta manera, convierten la gestión de la comunicación en un elemento puramente marketiniano que busca aumentar los fondos.

La gestión de la comunicación en las organizaciones sociales debe convertirse en un elemento estratégico que abarque tanto el plano interno como el externo de la organización. En el espacio interno, la comunicación ayuda a generar confianza y un sentimiento de pertenencia a la entidad, mientras que en el espacio externo proporciona visibilidad, notoriedad, confianza, credibilidad y reputación.

El reto de las organizaciones sociales es ir ganando y estando en los espacios públicos de la ciudadanía donde se puedan plantear los problemas reales de la sociedad y se puedan afrontar con soluciones enriquecidas en un espacio de diálogo. Este esfuerzo comunicativo supone el compromiso de las organizaciones sociales con los ciudadanos y su entorno. No debemos olvidar que las organizaciones sociales son entidades que proponen modelos alternativos de sociedad, fomentan el debate social, adelantan propuestas innovadoras, suplen carencias sociales, protegen la calidad de vida, aportan voces diferentes, actúan como grupos de presión; son un termómetro social que mide la adecuación o la inadecuación de las políticas impulsadas por los gobiernos, las organizaciones supranacionales o las empresas.
Y si estamos de acuerdo con todo esto, entonces gestionar la comunicación puede ser una pieza estratégica. Anesvad lo ha comprendido, al igual que otras organizaciones sociales, y hay que felicitarles por haber abierto otro círculo que les lleve por el camino de la credibilidad, la legitimidad, la confianza y la transparencia
FUENTE CANALSOLIDARIO

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