A finales del curso pasado, le habíamos dedicado una semana al trabajo con las plantas aromáticas y sus usos en la cocina, en la cosmética o en el hogar (ver AromatizArte
I,
II,
III, IV e
V). Ahora quisimos conocer las propiedades curativas de algunas. Dado que estamos en pleno inverno, momento de catarros, bronquitis, toses, gripes, etc, descubrimos un árbol que es el mayoritario en el bosque que vemos a través del ventanal de clase: el
eucalipto. Sabían de los caramelos de eucalipto, de que los hay en Australia en los que viven los koalas, y algunos niños, incluso habían visto a familiares haciendo vahos de eucalipto.
Vimos las diferenzas entre las hojas de los eucaliptos más jóvenes y los más añosos; cuáles son las que concentran más aroma; los efectos de la contaminación en las hojas; identificaron el difícil color verde de las hojas (diferente por el derecho y por el envés). Pero, y sobre todo, quisimos centrarnos en sus usos como remedio casero.
Decidimos que se enviaría un puñado de hojas para ser empleadas en las casas con los familiares que lo necesiten, y se acompañó de un prospecto; un texto instrutivo con unas características, una estructura y elementos fijos que lo diferencian de cualquier outro texto: composición, propiedades, indicaciones, contraindicacións, forma de uso y precauciones.
Como portada del prospecto, se inspiraron con una representación muy primitiva y elemental de un eucalipto realizada por los
aborígenes de Australia.
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