lunes, 19 de julio de 2010

DEL BAUL DE LOS RECUERDOS DE MANUEL

Hoy viajando destino a la duda y escuchando a Alberto Cortez me acordé de ti: de tu constante batallar por tu familia esencialmente y por ser utópicamente creyente en las cosas en las que crees y en las que inviertes parte de tu jornada emocional y humana, como hormiguita que lucha y mina la roca a pesar de su infinita posición de desventaja; sin apreciar con tus ojos cansados que el excesivo tamaño ni te limitará ni te coartara esa sensación de poner las cosas que aprecias, las que valoras y crees justa y sensata en el pedestal de la necesidad.
Hoy me sentí fortalecido recordándote en muchos momentos de un ayer muy cercano cómo animabas a la gente a emborracharse de un proyecto que lejos de ser tuyo, vuestro o nuestro es sin lugar a dudas justo y honesto y, aunque sigo opinando que la semilla la puso un gran hombre y maestro, debo confesarte que desde otra óptica y con las mismas ganas, dirección y optimismo la estás relanzando, con mucho tesón y esfuerzo: tú y quienes calladamente seguís minando esa roca institucional; ese túnel hacia una necesidad de esperanza futura por lo que depara a muchos niños y jóvenes; en muchas situaciones claramente abandonados y desterrados a un exilio de desidia y apatía.
Hoy también recordé de regreso a casa, tras mi parada necesaria, urgente y cansada a ese destino dubitativo y nada concreto, cómo ayer desvalida e inconcreta perdiste una vez más una batalla costosa cuando en la madrugada los dioses humanos te culparon por la estupidez de ciertas reglas humanas de quien no sabe atender las necesidades de unas manzanas que lejos de estar podridas sólo quisieron ser comidas y nada más: tu castigo como a Eva fue la hoguera y el retiro material por infringir normas sin sentido, por ese pecado injusto e ilógico que deja huella por desconocer tanta soledad incomprendida; tanta desidia intencionada; tanto desprecio a necesarios apoyos y en definitiva tanta miseria fagocitante por el dios Institución como para desabastecer a unos vástagos previamente castigados, incluso antes de ser concebidos.
Fue ayer cuando abrí un sobre triste y angustiado en forma de telaraña y remitido por una excepcional persona y mujer a la que nos unen sentimientos muy paralelos y ya casi cotidianos. Me habló de tu abatimiento y de tu castigo divino humano; de tu pago por tu osadía, que no es más que haber parido a un joven ya penado y condenado y por el que luchas para no ser ejecutado, que lejos de seguir protocolos establecidos tuvo apetito y no preguntó al divino si podía morder esa manzana que se convirtió en una injusta respuesta; en una carga desproporcionada y acabó en esa madrugada con un abrigo obligado, con una morada ya destrozada; al menos en su continente contenido.
Espero que los dioses humanos en forma de apoyos, comprensión y lógica social y humana antes o después puedan pagar esa deuda ética y moral que te deben; a ti al igual que a muchas madres y familias que pagamos las consecuencias de esa ira divina en forma de desidia institucional.
Como dice Benedetti cuenta conmigo. Desde mi cómoda pobreza cálida te invito a que me solicites algo que te pueda aportar; si está en mi mano cuenta con ello; sino habré conseguido acercarme a ti para poderte decir que no decaigas, que no renuncies a lo que crees y estimas justo y necesario; que no te rindas a pesar de lo abrupto del camino; que llores y mucho si hiciese falta para levantarte una vez más y que no estás sola: ni hoy ni jamás.
Ánimo Ana , estoy contigo; como lo está nuestra amiga divina que se quedó tímida al denominarse Luna. Un beso muy tierno. Ánimo AnA


Fuente vídeo: YouTube - Mercedes Sosa & Alberto Cortez - Distancia

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