Invitamos a la poetisa
Rosalía Morlán a venir a la escuela para hablar con los admiradores de sus poemas, los niños y niñas. Aceptó de inmediato y nada más decírselo a nuestro alumnado, ya nos pusimos a pensar sobre lo qué le regalaríamos como agradecimiento por su atención. Como siempre son de lo más tajantes en sus decisiones, un poema es su sugerencia. Ellos no piensan en lo difícil que es hacer un poema para una persona que los escribe diariamente.
Tras muchas vueltas, acordamos hacer un poema acróstico con el nombre a apellidos de la autora. Pensando en cómo presentarlo, primero le hablamos de las
letras capitulares, ya que cada uno de ellos tendría que iniciar un verso con una letra de las que forman parte del nombre de Rosalía.
Resuelta la cuestión del regalo, preparamos algunas de las preguntas que le harán durante la visita, así como un cartel de bienvenida, lleno de estrellas de azúcar, junto con el poema acróstico.
Cuando llega la poetisa -supervisora de enfermería en el Hospital de Conxo-, ya los va a conocer al patio, allí es recibida como una estrella famosa conocida de siempre. Viene acompañada por su marido y por el vicepresidente de la
Fundación Xosé Neira Vilas, Luís Raimóndez. Los tres quedan gratamente sorprendidos de la vida de esta escuela dedicada por el arquitecto Pedro de Llano a la memoria de Don Gregorio, el inolvidable maestro de "La lengua de las mariposas".
Ya en el aula, le explican el cartel, y escuchan con atención las preguntas que les hace Rosalía. Finalmente les dice que trajo algunos obsequios:
-El primero, un poema especialmente escrito para ellos, pero se excusa, inacabado; deben buscarle un título y terminarlo. Con su ayuda lo hacen de inmediato.
-El segundo, como les había gustado tanto el poema
Rebumbio no galiñeiro, les trae como recuerdo una de las gallinas, advirtiéndolos de que es mágica, por lo que cada noche cambiará de sitio, por lo que deben poner mucho cuidado en cerrar puertas y ventanas pues puede escapar.
-Un tercero para la maestra, un marca páginas hecho por ella con hojas de árboles autóctonos y con el poema manuscrito
Unha aldea especial.
-Un cuarto para el centro, un ejemplar de "
Estrelas de azúcre" dedicado.
Los niños y niñas también le tienen hacen entrega de dos regalos:
-El kartonlibro con el poema acróstico.
Ver presentación.
-Una interpretación con música de
cuenco-cuchara.
Rosalía Morlán es una de esas personas que sus obras son un fiel reflejo de su personalidad. Al igual que sus poemas, es una mujer afable, divertida, cariñosa, doce, inteligente, sencilla y con muy buena química con los niños/as.
Vaya desde aquí nuestro agradecimiento, primero a quien nos la dio a conocer (la madre de la alumna que nos obsequió con sus libros), y la propia poetisa por ser tan cercana, así como a sus acompañantes por hacer de esta mañana una velada inolvidable.
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