Andábamos dándole vueltas a lo que haríamos para cerrar el ciclo; queríamos algo colectivo en lo que todos participasen y que nos quedase como recuerdo del paso de este grupo por el centro. La solución nos vino vía una amiga de infantil que está en una plaza en Estados Unidos. Nos mandó un vídeo espectacular de una intervención del artista Holton Rower, conocido por sus obras de
tall painting, que a grandes rasgos, consisten en derramar pintura sobre una estructura, dando como resultado una pintura-escultura con efectos de color fascinantes.
Para nosotras era la manera perfecta de hacer algo lúdico, artístico y memorable, por lo que nos pusimos manos a la obra; hubo que recurrir a nuestros familiares para el montaje de la plataforma, que hicimos en tres formatos distintos y con materiales diferentes, dado que desconocíamos cuáles eran los empleados por el artista: chapa de madera laminada, conglomerada y aluminio lacado fueron la base para la pintura acrílica. Versiones a escala con témpera, elaboración de las mezclas de color, y ensayos para la intervención final, fueron los previos.
Imágenes casi hipnóticas, que para nosotras son como una metáfora del efecto de la educación sobre los niños y niñas. Capas y más capas que se superponen, trasladan, mueven las anteriores, empujan y dejan una huella más o menos visible pero presente que en un momento, en un escalón u otro se dejan ver; que se amplían, formando una hermosa composición, diferente según el ángulo de visión. También, como maestras, podemos entenderlo como la marca que nos van dejando cada uno de ellos en nuestra historia docente que se va configurando gracias a las promociones que pasan por nuestras manos.
En cualquier caso, una experiencia de trabajo comunitario para recordar.
He aquí los alucinantes resultados de las tres intervenciones en los centros de Sandra -CEIP O Coto, con 3 años-, Isabel -CEIP A Maía, con 4 años- y Ángeles, -EEI Milladoiro, con 5 años.
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