Habíamos acordado que cuando llegase el buen tiempo, ya cerca del verano, haríamos helados. La climatología no ayudó pero ellos nos recuerdan que lo prometido es deuda.
Días atrás nos pusimos manos a la obra. Queríamos mostrarles cómo hacer un apetitoso postre a partir del zumo de frutas naturales, aprovechando además para distinguir los sabores -dulce, ácido o amargo- y los cambios de estado de los líquidos a sólido.
Además nos supuso un interesante trabajo de estimaciones y cálculos matemáticos, ya que había que saber la cantidad de líquido que necesitaríamos según los recipientes que empleamos.
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