DEL BLOG "HACIA UNA ESCUELA INCLUSIVA"
Por muchos motivos, esta es la expresión que se me viene a la mente: AHORA MÁS QUE NUNCA. Justamente porque hay muchos motivos para plantearse que la escuela pública debe tender en este momento hacia la inclusión como primero de sus pilares. Cuando los cimientos del sistema se tambalean y se afianzan modelos que buscan la eficiencia por encima de la atención a las diferencias individuales, debemos tener claro que la escuela pública es la única que puede (y debe) garantizar, no sólo la igualdad de oportunidades, sino la calidad de dichas oportunidades.
En esta línea, os traslado una reflexión de hace sólo un ratito:
Hoy he asistido a una conferencia de Francesco Tonucci (bueno, sólo a un fragmento de la conferencia) y en ella he podido contemplar dos visiones bien distintas de la realidad.
Por un lado, dos representantes sindicales (a los que no identificaré ni por sus nombres ni por las organizaciones a las que representaban) han dado una imagen de la situación actual que, desde mi punto de vista podría traducirse en: "1. Esta no es la escuela que queremos. 2. Vivimos en una época representada por los recortes con independencia de quién los lleve a cabo. 3. Todo ello responde a un modelo neoliberal que únicamente pretende instaurar una estructura de poder". Desde luego es una perspectiva respetable, acertada en algunas cosas, pero no generalizable ni extensible a todas las visiones que, de la escuela pública se tienen en la actualidad en nuestro país. Estas ideas, por otra parte, podrían ser tomadas de "La cultura escolar en la sociedad neoliberal", una obra de referencia de Ángel Pérez Gómez de hace 14 años. Por lo tanto, desde mi punto de vista, no es un análisis creativo ni original del papel de la escuela en la coyuntura actual
Por otro lado, encontramos la visión del propio Tonucci quien comienza su intervención diciendo algo así como: "Llevo tres años trabajando en una mesa en la que se habla de la escuela que queremos, pero tengo una duda: no sé si la escuela que queremos es la escuela que ellos (refiriéndose a los niños y niñas) quieren. Mucho me temo que no coincidiría demasiado". Este es el punto de arranque para un alegato en favor de la escuela como servicio público en el que, todo el que desempeñe una labor, debe realizarla con el absoluto convencimiento del beneficio que su empeño, su esfuerzo, su dedicación, provocarán en la sociedad... Por lo tanto, con el absoluto convencimiento de los efectos que provocará la falta de estas cualidades. Tonucci se apoya en su alter ego, Frato, para mostrar una viñeta en la que un docente le pregunta a un niño "¿Cómo es la escuela que quieres?" y el niño contesta: "Te lo digo si no te enfadas". Yo me planteo: ¿para quién construimos la escuela? ¿los espacios, los horarios, los contenidos, las formas de enseñar, las actividades que seleccionamos...?
Toda esta recopilación de ideas inconexas vienen sólo a reforzar una idea esencial: AHORA MÁS QUE NUNCA es necesario que la escuela pública se transforme cualitativamente, que sea capaz de atender a las necesidades de todo el alumnado, que sea capaz de hacer que el alumnado (como dice @fgpaez) lleve, cuando salga del centro, una "mochilita para la vida", que responda a necesidades reales, que haga del alumnado no un vaso que se llena, sino una bombilla que se enciende (parafraseando a Plutarco); que, en definitiva, sea una escuela inclusiva.
Por eso, AHORA MÁS QUE NUNCA, hace falta en los centros educativos, al menos, un liderazgo efectivo, la transformación del currículo, la formación del profesorado y, sobre todo, un compromiso con el cambio: soluciones creativas a las necesidades de la educación. AHORA MÁS QUE NUNCA, la pelota está en el tejado de las y los profesionales de la educación. AHORA MÁS QUE NUNCA debemos demostrar que podemos hacer de nuestro sistema público de educación una auténtica herramienta de transformación.
¿Lo intentamos?
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