Nos gusta contar en clase con la ayuda de personas "expertas" que ponen su conocimiento y habilidades al servicio de nuestras dudas o problemas. En esta ocasión recurrimos a la experiencia de la amiga
Amalia Costa Bouzas, una artista plástica que, entre otras muchas temáticas, tiene especial predilección por plasmar en sus obras fondos marinos, charcas y reflejos del agua.
A lo largo de este otoño, climatológicamente tan bondadoso, nuestro alumnado con sus familias aprovecharon para dar muchos paseos por la orilla del mar, de los que siempre nos traían tesoros (conchas, trozos de madera, piedras y arena) que queríamos tener presentes en el aula para rememorar esos momentos tan placenteros para ellos, así, me habían pedido que hiciese un cuadro con ellos. Realizamos una presentación que teníamos en un rincón del aula junto con otras colecciones de conchas, pero no acababa de ser totalmente de su agrado, ya que según me decían, no les recordaba el mar ni olía a mar..., lo que nos pedían era todo un reto.
Estábamos ante uno de nuestros "problemas" al que había que buscarle solución para lo que solicitamos la colaboración de Amalia. Llegó cargada de recursos: fotografías de pozas marinas que le sirven de inspiración, conchas, erizos, estrellas, trozos de madera y de cristal pulidos por el mar, corales y piedras.
Tras mostrarles todo esto y conversar sobre el objetivo que pretendían, se puso manos a a la obra: con un tablero de madera y pigmentos les dijo que recrearía un fondo marino. La sorpresa llegó cuando como utensilio para pintar sacó un secador de pelo. No daban crédito a lo que veían, pintar con un secador, esto incluso superaba todas nuestras anteriores extravagancias.
En verdad, tras todo un proceso en el que fue acomodando la pintura con el efecto del viento, el resultado es espectacular por los efectos creados así como por las texturas que fue dejando que se asemejan al agua en movimiento sobre la arena.
Tras el secado, no quedó más que añadir los elementos.
Ahora sí están satisfechos del resultado, esto sí que les recuerda una de esas charcas en las que ellos suelen jugar en los días de playa. Nosotras también lo estamos por todo el rico proceso que nos condujo a este resultado fruto de mucho debate y de mucho pensar para la resolución de un problema.
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