miércoles, 26 de agosto de 2020

MareaVerde



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Educación afirma que no está valorando ningún cambio sobre las fechas del nuevo curso (ELDIARIO.ES)

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El Ministerio de Educación ha asegurado este lunes que no está valorando "ninguna modificación" respecto a que el curso escolar arranque en las fechas habituales del mes de septiembre y con la presencialidad como principio general, tal y como se acordó el pasado junio con las comunidades.

Además de recordar que fijar la fecha concreta de inicio de curso es competencia de las comunidades, el departamento dirigido por Isabel Celaá ha negado en una nota "las informaciones publicadas en los últimos días que aseguran que el Ministerio se está planteando un retraso del inicio de curso".

Ha aclarado que "sigue vigente" el acuerdo suscrito en junio por el Ministerio y las comunidades (todas menos Madrid y País Vasco), que establece que el curso comenzará "en las fechas habituales del mes de septiembre y con la presencialidad como principio general".

El curso no comienza el mismo día en todo el territorio, ni este curso ni ningún otro, ha recalcado.

Ha explicado asimismo que las comunidades, que tienen plenas competencias de gestión educativa, "están trabajando en protocolos para la vuelta a la actividad presencial desde junio siguiendo las recomendaciones elaboradas por los Ministerios de Sanidad y Educación".

En su nota, Educación ha recordado que el Gobierno ha destinado 2.000 millones de euros del fondo Covid para Educación y otros 40 millones para el programa PROA de refuerzo educativo, además de los casi 260 para el Plan Educa en Digital, entre otras inversiones adicionales.

Este jueves está prevista una Conferencia Sectorial presidida por los ministro de Educación y Sanidad con las comunidades para a continuación comparecer Celaá en el Congreso para explicar el inicio del curso.

El disparo de los contagios y la falta de medidas ponen en peligro la vuelta a las aulas a dos semanas de que empiece el curso (Daniel Sánchez Caballero para ELDIARIO.ES)

Posted: 24 Aug 2020 07:32 AM PDT


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Se venía anunciando desde mayo y ha acabado pasando. La vuelta al colegio se ha convertido en un caos en el que, a falta de dos semanas para que los primeros alumnos entren en las aulas, ni siquiera está garantizado que las clases vayan a empezar cuando está previsto ni si serán presenciales, online o una mezcla. Más de ocho millones de alumnos y otro medio millón largo de profesores se disponen a volver a unas aulas masificadas (salvo alguna excepción, como la Comunidad Valenciana o Andalucía de manera selectiva, ningún Gobierno regional ha bajado las ratios) con las mascarillas como único elemento de seguridad mientras se preguntan qué han hecho las administraciones todos estos meses.

Porque quedan menos de 14 días para el inicio teórico del curso y hay comunidades que aún están presentando medidas o decidiendo cuál de los escenarios que han planteado –con mayor o menor presencialidad en función de la evolución de la pandemia– van a poner en marcha. Las previsiones de retorno a los colegios fueron optimistas en su mayoría y planteaban que el escenario principal sería una vuelta sin apenas coronavirus que no requiriera grandes cambios, pero la realidad ha sido todo lo contrario. Los contagios se multiplican, la curva crece y lo que valía ayer, hoy es antiguo: la "irrenunciable" presencialidad a la que aludía la ministra Isabel Celaá antes del verano está en el aire, los grupos de 15 son historia y el trabajo de los docentes midiendo aulas para asegurar primero esos dos metros de distancia de seguridad (luego bajó a uno y medio) fue en balde: con carácter general, los grupos tendrán el mismo tamaño que tenían en febrero.

Lo que ya parece una quimera es aquella idea de una vuelta presencial. Ministra y consejeros aseguraron que trabajaban para una vuelta a los colegios. El Ministerio de Educación recomendó en junio que se priorizara la de los menores de 14 en caso de tener que elegir. Los mayores de la ESO y el Bachillerato eran los alumnos mejor preparados para una enseñanza a distancia, se razonó. Los pequeños tenían que ir a clase sí o sí. Papel mojado. Murcia plantea ahora una vuelta semipresencial también para Infantil y Primaria, unas etapas que estaban blindadas a priori en todas las regiones contra la enseñanza a distancia. Catalunya abre la puerta al uso de mascarillas dentro de las aulas. Madrid anunció el miércoles que el próximo día 25 presentará un plan para una vuelta segura, a una semana del inicio del curso y después de que todos los centros de la región se pasaran julio planificando la vuelta. Este viernes el Gobierno regional ya ha afirmado que la vuelta no será 100% presencial. Andalucía también anuncia protocolos para la semana que viene, aunque sí pretende que todos los alumnos acudan a clase a diario. Galicia anuncia que contratará a 250 profesores y "otros tantos" cuando sepa las necesidades. No está claro qué tiene que pasar para que las conozcan, a diez días de la vuelta.

Pequeños anuncios –o no tan pequeños, pero no planes completos– a la espera de la reunión entre el Ejecutivo central y las comunidades el día 27 para hablar del tema, apenas cuatro días antes del teórico inicio de la actividad en los centros. Para algún momento próximo queda pendiente, también, la conferencia de presidentes de Pedro Sánchez con los líderes regionales en las próximas semanas con el mismo tema en la agenda. En esta reunión varios presidentes autonómicos, entre los que ya se han significado el gallego Alberto Núñez Feijóo, el andaluz Juan Manuel Moreno y la madrileña Isabel Díaz Ayuso, le van a pedir a Sánchez un protocolo y calendarios únicos en toda España. Ante la proximidad de estas reuniones, algunas comunidades esperan el liderazgo del Gobierno. Van anunciando medidas, como las relativas al uso de las mascarillas o sobre la vuelta presencial, pero casi ninguna ha salido a zanjar las dudas de profesores y familias.

Llama la atención el caso madrileño, que además de reclamar que le devolvieran las competencias durante el estado de alarma (competencias en Educación que nunca perdió), se desmarcó de prácticamente todos los acuerdos que se iban alcanzando en las conferencias sectoriales entre el Ministerio de Educación y las comunidades autónomas. Madrid fue, junto a Euskadi, la única comunidad que renegó del documento general que elaboró el Ministerio en junio y sobre el que se han basado, con más o menos seguimiento, el resto de regiones para elaborar sus protocolos. Pero ahora por un lado pide un plan único y por otro anuncia un plan para el día 25, dos antes de la reunión entre Gobierno central y comunidades autónomas de la que, se supone, deberían salir directrices. A ese nivel poco más puede hacer el Ministerio: legalmente, las competencias, y por tanto las decisiones y la normativa a desarrollar, son autonómicas. En manos de Celaá sí estaría bajar las ratios para todos –es normativa básica, y por tanto estatal–, pero Educación ha decidido no andar ese camino. Cada Gobierno regional podría también haber tomado esa decisión por su cuenta, pero eso significa contratar profesores y cuesta dinero.

La huelga que viene
Madrid es la comunidad autónoma donde más incierta es la situación, pero no es la única. En la región ha cristalizado finalmente el descontento en una convocatoria de huelga de docentes desde el primer día de clase. Ante las acusaciones de convocar una huelga "política", aseguran los responsables sindicales que la situación en la comunidad madrileña es sensiblemente peor que en otras y que la falta de planificación ante la COVID-19 se suma a años de recortes. En respuesta, el Gobierno regional –cuyo consejero de Sanidad deslizó este jueves que no ve segura una vuelta 100% presencial– se plantea retrasar hasta el 14 el comienzo de las clases y anuncia su plan, dejando descolocados a los docentes: ¿las propuestas de junio, los escenarios previstos, para qué eran entonces?, se preguntan. Canarias ya lo ha hecho: las clases vuelven una semana más tarde de la previsión inicial. En Andalucía, un grupo de AMPA amenaza con no llevar a sus hijos en las condiciones que propone la Junta. En Castilla y León, el Gobierno regional quería forzar a los interinos a firmar un documento declarando tener los medios propios necesarios para impartir docencia a distancia. El documento se retiró en cuanto se hizo público y se achacó a "un error".

Ni docentes ni expertos sanitarios –Fernando Simón entre ellos– entienden los criterios fijados por las administraciones para la vuelta al cole. Las disensiones entre los departamentos de Educación –que las mayores medidas de prevención que plantean son las mascarillas y empezar con la teledocencia si se descontrola la situación– y los de Salud –que piden que no haya aglomeraciones y bajar las ratios– empiezan a hacerse públicas. La estupefacción recorre grupos de Whatsapp de profesores y familias y las reuniones sindicales. "Si una de las medidas de salud pública es que los grupos por la calle no pueden ser de más de diez personas, tendríamos que intentar que en la escuela sean lo más pequeños posible", resumía Magda Campins, jefa de epidemiología del hospital Vall d'Hebron. En versión indignada de un docente: "No puedo ir a cenar con 10 amigos, pero me voy a meter en una clase con 30 alumnos sin distancia alguna de seguridad varias horas al día". No está de más en este punto recordar el estudio de la Universidad de Granada que calcula que un grupo de 20 alumnos se relaciona en total con unas 800 personas en dos días, cuestionando la utilidad de las famosas burbujas. Algunos sindicatos exigen también pruebas PCR para todo el que entre en un aula –no va a pasar con carácter general– y otros se preguntan de dónde van a sacar las obligatorias mascarillas esas familias a las que apenas les da para hacer tres comidas al día. Si las mascarillas quirúrgicas sirven para unas cuantas horas (como mucho un día lectivo de cinco o seis horas), van a hacer falta millones de ellas cada jornada. ¿Va a haber provisión para todos?

Al final, todas las peticiones de los docentes se reducen a eso: seguridad. Los profesores madrileños, atacados estos días por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso por convocar una huelga, tratan de hacer pedagogía y explicar que si no quieren volver en estas condiciones no es solo por ellos: es, también, por los alumnos y sus familias, explican.

Su receta para una vuelta segura es tan clara como poco probable que se cumpla: contratar más profesores, desdoblar aulas, menos alumnos por clase. Eso que ha hecho Italia, como recuerda José Ramón Merino, responsable de Política Educativa del sindicato Stes. El país transalpino ha contratado 84.000 docentes más para una población estudiantil algo inferior a la española. "Aquí no llegan a 25.000", lamenta Merino. Según datos oficiales, en España hay 28.816 centros educativos no universitarios. La cuenta es sencilla: menos de un profesor extra por centro. En un país con 17 realidades educativas una media no refleja la situación de cada territorio, pero los datos dan para hacerse una idea. Dentro de esto, la Comunidad Valenciana ha contratado más de 4.300 profesores (uno de cada seis del total de contrataciones en España, muy por encima de su peso en el sistema) y Madrid, ninguno de momento.

Por eso, entre otras razones, en Madrid se ha convocado una huelga y en otros territorios no, y no se plantea por ahora, aunque "tampoco se descarta", según Maribel Loranca, secretaria general de la federación de Educación de UGT. "La propia presidenta [Isabel Díaz Ayuso] admite ahora que no tiene un plan y va a presentar otro. La idea de Madrid era reabrir como si estuviéramos en febrero, sin invertir. Pero la realidad es tozuda", justifica la convocatoria.

España cuenta con una pequeña ventaja: las clases empiezan aquí más tarde que en el resto de Europa y podemos mirar otros países, qué están haciendo y cómo, para tratar de evitar posibles errores que estén cometiendo. La respuesta a nivel europeo es tan variada como lo son sus países. Alemania debate sobre el uso de las mascarillas, y la reapertura de centros ha venido acompañada de rebrotes que han obligado a cerrar algún colegio, al menos dos en la primera semana. Italia, que ha contratado 84.000 profesores más, también ha habilitado espacios como centros deportivos o incluso cuarteles para desdoblar las clases. Si se detecta algún positivo en el colegio, el protocolo es cerrarlo mientras se buscan más casos. Francia ha relajado los criterios respecto a mayo, cuando promovió una vuelta voluntaria. En Reino Unido se programa una vuelta sin apenas restricciones que se ha traducido en varios casos en Escocia y por lo menos un centro cerrado.

En España, la realidad es que no hay un docente que sepa a ciencia cierta cómo va a arrancar el curso. Ni un político siquiera. "Hoy por hoy" es la expresión estrella de los consejeros de Educación. Algunos pueden tener alguna certeza más que otros, pero si realmente la aplicación de los protocolos está ligada a la situación epidemiológica, todo dependerá de la evolución de estas dos próximas semanas, advierten los expertos sanitarios. "La seguridad sanitaria de la comunidad educativa va a depender tanto de lo que se haga o deje de hacer en el interior de los centros de enseñanza como de lo que suceda fuera de ellos, es decir, en el barrio, la población o la comarca donde esos centros se encuentren", explican los expertos Daniel López-Acuña, José Martínez Olmos y Alberto Infante Campos en esta tribuna. "Cuanto menor sea la transmisión del virus, estimada por la incidencia acumulada de nuevos casos en los 14 días precedentes al inicio de la actividad escolar, mayor será la probabilidad de que las medidas adoptadas en el interior de un determinado centro de enseñanza en ese territorio resulten eficaces. Y viceversa". Si el curso empieza en las fechas previstas, los 14 días ya están contando. Y la curva solo sube.

Si de verdad importase la educación... (Antón Losada para ELDIARIO.ES)

Posted: 24 Aug 2020 07:25 AM PDT

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En plena pandemia abundaron los lamentos porque nos preocupaba más que se abrieran las terrazas de los bares que los colegios y los institutos. Era la versión 2.0 de la clásica elección imposible entre cañones y mantequilla. A un mes de cuando hubiera acabado un curso ordinario, elegir entre terrazas y colegios era más un debate para demostrarle al mundo cuánto nos importaba a todos la educación que una decisión que pudiéramos o debiéramos tomar porque fuera a tener consecuencias relevantes. El riesgo epidémico que suponía abrir de nuevo las aulas, a cambio del exiguo beneficio de dar dos o tres semanas de clase, era tan fácil de calcular que daba un poco de vergüenza que se plantease de manera tan oportunista el dilema entre bares o escuelas.

La hora de demostrar de manera fehaciente, con hechos y con políticas, cuánto nos preocupaba de verdad la educación era a lo largo y ancho de este verano. Y lo hemos hecho, hemos vuelto a demostrar que nos importa más bien poco. No es casualidad, ni una desgracia, ni un accidente que seamos el único país de la UE15 que ha salido de la Gran Recesión devolviendo su inversión en educación a los porcentajes del siglo pasado. Si a la educación pública española le dieran un euro por las veces que todos hemos proclamado en público lo mucho que nos importa, cómo es y debe ser la primera prioridad y que no hay futuro sin ella, estaríamos en las cifras de inversión de Alemania o Finlandia.

Tuvimos y tuvieron los gobiernos días y días durante el verano para preparar y contratar el personal educativo extra que vamos a necesitar, para entrenar al que ya tenemos en plantilla, para adaptar las instalaciones y preparar las aulas, los comedores o el transporte. Pero estábamos demasiado ocupados perdiendo el culo corriendo detrás de los turistas británicos y alemanes y sus gobiernos. Ahora llega septiembre y, de nuevo, España se llena de plañideras rasgándose las vestiduras por la educación, mientras en Italia se están gastando 3.000 millones de euros en reforzar su sistema educativo contratando a 140.000 personas. Todo se ha vuelto prisas, ocurrencias y protocolos para trasladar la responsabilidad a los educadores y a los propios chavales y sus mascarillas; todo condimentado con este cada día más irritante juego de señalamiento entre administraciones.

Se habilitó en mayo un fondo especial de 2.000 millones para educación. Creo que no es pedir demasiado demandar que se nos detalle, tanto en la pública como en la concertada, en qué se está gastando y, si no está siendo suficiente, que alguien nos explique cómo y cuándo lo van a completar para que colegios, institutos y universidades puedan funcionar en septiembre con las instalaciones, los recursos y el personal que merece un sistema educativo que lleva décadas compitiendo con los mejores desde la penuria y el racionamiento. Eso estaríamos discutiendo si la educación nos importase tanto.

Volver al cole en septiembre como si fuera otra vez marzo (Sarah Babiker para ELSALTODIARIO.COM)

Posted: 24 Aug 2020 07:26 AM PDT

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La primera semana de marzo la amenaza del coronavirus iba abriéndose espacio en la agenda mediática. Wuhan o Lombardía asomaban en las noticias como un piloto encendido mientras en conversaciones de oficina, debates en las redes, o charlas en grupos de amigos se intentaba dimensionar la gravedad de la amenaza.

Entonces llegó la segunda semana de marzo. De un día para otro, La Rioja y Madrid comunicaban que cerraban todos los centros educativos, en las siguientes jornadas les seguirían el resto de territorios. Así la comunidad educativa debía adaptarse a esa abrupta interrupción de la normalidad hasta que reabriesen las aulas. El plazo inicial eran quince días, luego se extendió hasta el final de la Semana Santa, finalmente, el curso acabó y el alumnado no había retomado las clases presenciales. Poco a poco, docentes, alumnado y familias iban aceptando que tendrían que esperar a septiembre para que niñas, niños y adolescentes volvieran a las escuelas. Esta semana empiezan a vislumbrar la respuesta a aquello que se vienen preguntando desde hace semanas. ¿Podrán volver al cole?

Como la Sanidad, la Educación es competencia de las Comunidades Autónomas, y el modo en el que estas afrontan el comienzo de curso es diverso. Pero hay algo en lo que la mayoría de las comunidades han actuado de forma similar, según denuncian sindicatos docentes, asociaciones de padres a lo largo y ancho del Estado. No han hecho lo necesario para poder concretar una vuelta al cole segura.



A finales de junio el Ministerio de Educación presentaba un documento con las directrices para organizar un retorno a las aulas seguro. En el protocolo, en el que se apuesta por privilegiar la educación presencial, se aportaban una serie de pautas para la prevención de los contagios, que partían de la ampliación de las plantillas, la bajada de las ratio, la adecuación de los espacios, la distancia social de un metro y medio, o la incorporación de medidas de higiene.


Un corta y pega del protocolo aprobado a nivel estatal. Así define Nacho Contel, secretario de Acción Sindical de FASE CGT, muchos de los protocolos autonómicos para el regreso a las clases y en particular el que le afecta, el andaluz. En este caso un corta y pega que incorpora nuevos problemas: uno fundamental, mientras que tanto el Ministerio como otras comunidades han barajado varias posibilidades, la Junta lo apuesta todo a un supuesto: que el inicio de curso se realice en un contexto de normalidad. A medida que crecen los nuevos contagios esa posibildad parece esfumarse. Y lo preparado por la Consejería de Educación no alcanza.

"Hay un protocolo que exige una distancia de seguridad y la Junta de Andalucía automáticamente se lo salta. En lugar de asumir y pensar 'qué puedo hacer' para solucionar esto, directamente mantiene ratios ilegales. Los grupos empiezan ya a desbordar por arriba el ratio antes de empezar el curso". Al integrante de CGT también le parecen insuficientes los docentes que la administración andaluza ha dicho que iba a contratar. "Han anunciado entre 4000 y 6000 pero estamos hablando de miles de centros. Cuando se haga el reparto, en el mejor de los casos, tocarán a uno o dos por centro. Esto no soluciona nada. Y menos en infantil con los recortes que ha habido en los últimos años de docentes", apunta el sindicalista. La Junta también ha comprado miles de tablets, "ya veremos a qué empresa", deja caer.
"Hay un protocolo que exige una distancia de seguridad y la Junta de Andalucía automáticamente se lo salta. En lugar de asumir y pensar 'qué puedo hacer' para solucionar esto, directamente mantiene ratios ilegales".


Contel define la interlocución con la Consejería de Educación como insatisfactoria. "Lo que hacen es: Yo me siento a hablar con vosotros con los deberes hechos, y además no voy a cambiar una coma. Me siento con vosotros no para dialogar o consensuar sino para mostraros lo que vais a hacer", ironiza. Considera que durante este tiempo las autoridades no se han adecuado ni a las nuevas evidencias científicas ni a la incidencia actual de la pandemia, por lo cual su sindicato ha interpuesto una denuncia ante la Inspección de Trabajo.

"Llevamos años denunciando porque estamos viendo que es la única forma de que hagan mínimamente algo, no parecen servir la negociación o el diálogo". Para Contel la situación es muy seria: entre alumnado y personal profesional de distintos rubros, calcula que son dos millones de personas las que acuden a los centros educativos, un cuarto de la población andaluza expuesta al contagio si no se toman medidas. Además, recuerda que hay mucho personal de riesgo entre las personas docentes a quienes se pretende movilizar a pesar de su vulnerabilidad. Junto a la denuncia, la comunidad educativa ha convocado a la huelga el 18 de septiembre. "Si no nos movilizamos nos llevan al matadero", zanja Contel.

Desde Madrid la Secretaria General de Enseñanza de CCOO, Isabel Galvín, también encuentra aporpiado el concepto de matadero. Los principales sindicatos de enseñanza han convocado a la huelga para el inicio de curso. Denuncian, como en Andalucía, la inacción de la administración para garantizar una vuelta al cole segura.

"No es improvisación, yo creo que ellos ignoran la pandemia y siguen con su agenda, con lo que tenían previsto, los hitos que habían anunciado y por los que obtuvo el apoyo de Vox", señala Galvín. Esos hitos son la ampliación del cheque bachillerato —ayuda económica para acceder a instituciones privadas—, cuya cuantía se ha duplicado, o el cambio curricular que introduce una tercera hora de educación física a costa de reducir el tiempo dedicado a segundas lenguas y otras optativas, además de incluir la historia del pueblo judío y de Israel en la curricula escolar.
"No han tomado medidas ni para ampliar las plantillas ni para tener mayor distancia, nada para bajar las ratios, nada para mantener la limpieza, que eso preocupa muchísmo a los directores de los centros"


Sin embargo, denuncia Galvín, "no han hecho en seis meses nada para preparar la vuelta al curso. Nada. Hicieron cuatro escenarios de los cuales como mucho podríamos pensar en dos, y claramene lo que estaban pensando es en no tener enseñanza presencial porque sin enseñanza presencial el coste es menor. Ellos se gastarán lo que llegue del gobierno en sus prioridades", desconfía la sindicalista. "No han tomado medidas ni para ampliar las plantillas ni para tener mayor distancia, nada para bajar las ratios, nada para mantener la limpieza, que eso preocupa muchísmo a los directores de los centros", comenta.


"Estamos ante la situación más difícil en décadas. Todas las Comunidades Autónomas pensamos cómo hacer lo mejor para nuestros alumnos y profesores. Presentaremos próximamente nuestra estrategia, sin embargo ya tenemos la huelga pertinente. Pedimos responsabilidad", protestaba Isabel Díaz Ayuso tras el anuncio de las huelgas convocadas", para Galvín este tipo de reacciones encajan en la senda del PP aguirrista de Madrid: atacar a la educación pública y deslegitimar a los docentes. El propio consejero de Educación, Enrique Ossorio daba un buen ejemplo de ello, cuando en una entrevista afirmaba respecto al profesorado: "Durante el confinamiento les gustó comer y tener luz y había gente trabajando para ello", y señalaba el prejuicio que los mismos harían a las familias. Así mismo, afirmaba que protocolo había, en su visión serían los centros los culpables de no aplicarlo.

El anuncia de huelga —también se habla de esa posibilidad en Galicia— ha obligado a las administraciones a pronunciarse. Madrid ha anunciado que presentará su plan el próximo martes —de momento confirmando que, como Murcia, optará por un retorno semipresencial—, y Sanidad y Educación han convocado a las autonomías el próximo jueves 27 de agosto, a solo unos días de que empiece el curso.


Con septiembre a la vuelta de la esquina la distancia entre el contenido de los protocolos y los medios puestos a disposición para cumplirlos es un agujero de incertidumbre. Supone una brecha en la que equipos y directivos se dejan la salud para pensar cómo hacer sin recursos lo que se les pide. La campaña #Queremosvolver, expone en su carta abierta esta sensación de cansancio y decepción y detallan las medidas que consideran necesarias para la vuelta segura y presencial que demandan.

Para Galvín la falta de profesores extra hace inviable una vuelta segura. Y forma además parte del modelo de gobernanza del PP madrileño: "Están evitando hacer contrataciones porque no quieren aumentar el peso de lo público, lo quieren reducir", asevera. "Yo veo la misma estrategia en Sanidad y Educación, por eso no contratan".

Frente al Paìs Valencià o Ceuta —donde se han reforzado las plantillas y habilitado otros espacios para la docencia— en la mayoria de las comunidades los reclamos son similares: faltan medios para cumplir con las recomendaciones y se espera que equipos directivos y docentes asuman la responsabilidad. En Madrid, comenta Galvín, son numerosos los directores que están actuando legalmente para declararse no responsables. Por su parte, Contel muestra los formularios con los que madres y padres están comunicando que no llevarán a sus hijos al colegio por falta de seguridad, y como denuncia a la mala gestión de las administraciones dentro de la campaña #sinseguridadnovolvemos.
LA CRISIS DE CUIDADOS QUE NO ACABA

Con el confinamiento y la educación online, la primavera trajo a las familias una evidencia: conciliar con las escuelas cerradas y sin acceso a apoyos como los abuelos suponía un gran esfuerzo. A veces los trabajos presenciales no lo permitían, a veces el teletrabajo se convertía en una actividad realizada a horas intempestivas para poder compaginar dobles y triples jornadas. Y casi siempre, las mujeres eran las más expuestas al estrés asociado a esta nueva cotidianeidad. La Confederación Española de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA) en un comunicado en el que exige que se implique a las familias en la planificación del regreso al cole planteaba la necesidad de planes de conciliación familiar y laboral, una dimensión difícil de encontrar en los discursos y protocolos.


Si hay un colectivo que sabe del laberinto que es intentar trabajar y cuidar con los colegios cerrados y sin poder echar mano de red por el confinamiento, esas son las familias monomarentales. Tras meses de hacer equilibrismos para subsistir, ante la imposibilidad de conservar trabajos presenciales o el estrés de teletrabajar con sus hijos en casa sin apoyo, ahora que septiembre está ya próximo, se les hurta la promesa de una vuelta a la normalidad, sin que se haya resuelto lo que pasaron meses denunciando. Cómo trabajar y cuidar sin políticas públicas que acompañen.


"No se ha pensado en habilitar espacios de cuidados que facilitaran la conciliación, en los distintos escenarios posibles parece que no se tiene en cuenta la dimensión de los cuidados", dice Carmen Flores, presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres Solteras (FAMS). Flores considera que tanto el derecho a la educación como la necesidad de retomar las clases en condiciones de seguridad son fundamentales, pero lamenta que, tras presentar propuestas a las diversas administraciones para facilitar la conciliación del colectivo, se sigan encontrando solas ante la incertidumbre de si podrán mantener el trabajo en caso de que niñas y niños vuelvan a quedarse en casa.



Extenuadas económicamente, muchas no han recibido el Ingreso Mínimo Vital aunque en su momento se afirmó desde el gobierno que tendrían prioridad. También, al no tener con quien dejar a sus hijas e hijos, estos estarán más expuestos a los riesgos que pueden darse en los centros educativos pues muchas madres no tendrán la opción de tenerlos en casa como modo de prevención. Y en un momento en el que en varias Comunidades Autónomas se prohiben las reuniones de más de 10 personas, muchas madres, padres y docentes sienten desasosiego ante la idea de juntar a 25 niñas y niños en un espacio cerrado, sin lugar para la distancia social ni medios de prevención.


LA MIRADA AL GOBIERNO

A finales de primavera las reuniones entre el Ministerio de Educación y las Comunidades Autónomas eran tensas. Celosas de mantener su autonomía, de tener margen de decisión en competencias que les correspondían, el consenso no parecía algo fácil. "Hace dos meses las comunidades autónomas reclamaban autonomía y autogestión, y ahora le piden al gobierno que intervenga, es un poco patético", resume el secretario de acción sindical de CGT la evolución de esta tensión, con algunas comunidades reprochándole su inacción al gobierno.

Para el sindicalista andaluz el gobierno tampoco ha estado muy ágil: que no se haya convocado desde Educación y Sanidad a las autonomías hasta la última semana de agosto da testimonio de ello. Galvín también es crítica. "El gobierno no ha liderado en educación, la propia ministra Isabel Celaá ha hecho un papel muy difícil de entender, primero dijo 15 alumnos por aula, luego veinte, luego habló de grupos burbuja que si son de 30 no pasa nada. No hay claridad. Todos sabemos que esas medidas básicas hay que consensuarlas, bajar ratios, contratar profesores y perfiles profesionales, medidas claras de higiene y prevención..."
"Lo que nos tememos es que dentro de diez años en no sé qué tipo de causa con no sé qué tipo de nombre se acabe investigando qué se ha hecho en Madrid con esos fondos"


La integrante de CC OO cuestiona por qué, a diferencia de otros planes consensuados por el gobierno con las autonomías sobre sectores como el automóvil o el turismo, donde no había claúsula de descuelgue, justamente en Educación las comunidades autónomás han tenido la opción de "descolgarse", de medidas como que los fondos fuesen a la educación pública —principio que no se mantuvo de todos modos. Y aún consciente de que una intervención del gobierno puede generar tensiones, se pregunta por qué los fondos provenientes del Estado no pueden ser finalistas, es decir, estar ligados a objetivos concretos (como la contratación de más docentes) y fiscalizados, para que Madrid "no lo gaste todo en cheques bachillerato". "Lo que nos tememos es que dentro de diez años en no sé qué tipo de causa con no sé qué tipo de nombre se acabe investigando qué se ha hecho en Madrid con esos fondos", apunta. Y otro temor, que el PP madrileño, al que tanto le gusta ahorrar en la escuela pública, le coja el gusto a la educación semipresencial, menos costosa, y perfile sobre esa base la escuela del futuro, una escuela aún más excluyente y desigual.



Septiembre se acerca, ya hemos aprendido que todo puede cambiar en una semana. En las escuelas, plantillas abandonadas a su suerte, estarán poniendo cintas en el suelo que marquen la dirección al andar, separarán pupitres conscientes de la imposibilidad de ampliar las distancias con el mismo espacio y el mismo número de alumnos, escribirán un enésimo mail preguntando por las mascarillas y los geles que no llegan, y revisarán el protocolo de su Comunidad Autónoma pensando en qué parte del mismo es factible sin que obre un milagro de por medio.


Mientras, madres y padres que vuelven a incorporarse al trabajo cruzarán fuerte los dedos, para no tener que dejar a los niños con los abuelos conociendo el riesgo, para no retomar la locura del teletrabajo con menores en casa. Y si se consigue comenzar el curso en las aulas, o incluso continuarlo, vivirán con inquietud cada décima de fiebre, cada resfriado que año tras año golpea sobre todo a los más pequeños. Rogando porque el niño no de positivo, que no haya ningún positivo entre sus compañeritos para no tener que parar quince días en un sistema que no espera a nadie.

Así son los planes para volver al cole en cada comunidad autónoma (MALDITA.ES)

Posted: 24 Aug 2020 01:43 AM PDT

MALDITA.ES publica esta comparativa de planes de vuelta a las aulas aprobados por las CCAA

La vuelta a las aulas en septiembre de 2020 se verá irremediablemente afectada por el coronavirus. Recordemos que en España las competencias en educación las tienen transferidas las comunidades autónomas, por lo que cada región puede tomar sus propias medidas, aunque el 27 de agosto se reunirán con la ministra de Educación, Isabel Celaá, el de Sanidad, Salvador Illa, y la de Política Territorial, Carolina Darias, para ponerlas en común.

En la siguiente tabla puedes ver las claves de las normas en cada comunidad autónoma. Además, debajo puedes ver una explicación más detallada de cada región.


Andalucía

Andalucía plantea la posibilidad de escalonar los horarios de entrada y salida del centro, así como buscar distintas entradas alternativas. Además, permite que algunas clases se puedan hacer por la tarde. Su plan también prevé hacer una prueba PCR a todos los docentes antes de empezar el curso escolar. También se crearán grupos de convivencia en los grupos de infantil y primaria, y los alumnos de 6 años o más tienen que llevar la mascarilla fuera de este grupo. También se intentará que cada grupo tenga contacto con el mínimo número posible de profesores, y los alumnos que vayan en transporte escolar deberán llevar mascarilla si tienen 6 años o más.

En los comedores escolares, el protocolo de la Junta especifica que se deben mantener los grupos de convivencia e insta a los centros educativos a establecer turnos de comida y la utilización de espacios alternativos.

Además, esta comunidad autónoma está preparando un convenio con Google y Microsoft en caso de que se tenga que volver a la enseñanza no presencial. Por último, habrá un profesor coordinador COVID-19 que estará en contacto con las autoridades sanitarias y tendrá que estar al día de las nuevas medidas y regulaciones.

Aragón

En esta comunidad también se crearán grupos de convivencia estable para los alumnos de educación primaria, infantil y en los centros de educación especial, que estarán formados por la clase y sus profesores. Dentro de estos grupos los alumnos no tienen que mantener distancia interpersonal ni uso de mascarillas, aunque los profesores sí deben hacerlo. Fuera de él, los alumnos a partir de 6 años tendrán que llevar mascarilla cuando no se mantenga una distancia de 1,5 metros.

También se escalonarán los horarios de entrada y salida y cuando sea posible se habilitarán entradas para los distintos grupos y se limitará el acceso de los familiares y acompañantes al centro. En el transporte escolar los alumnos tendrán un sitio fijo, y deberán llevar mascarilla los que tengan 6 o más años.

Los recreos serán escalonados, ya sea delimitando zonas para los distintos grupos o adaptando los horarios. También se permite cambiar el recreo en el patio por otro lugar como la biblioteca, el gimnasio o la propia aula.

Con respecto a los comedores escolares, el protocolo del Gobierno de Aragón explica que "se organizará" de forma que no haya "filas ni cruces de grupos", pero no especifica si se escalonarán los horarios, aunque sí contempla la posibilidad de, cuando sea posible, servir la comida en el aula.

Por último, Aragón está creando una plataforma digital educativa llamada Aeducar en caso de que se tenga que volver a las clases no presenciales.

Asturias

En el Principado de Asturias los centros tendrán que crear grupos de convivencia estable de hasta 21 alumnos en los cursos de educación infantil hasta 4º de Primaria. En estos grupos no hace falta llevar mascarilla en el aula (los menores de 6 años no tienen que llevarla nunca), que sí es obligatoria a partir de 5º de primaria si no se pueden garantizar los 1,5 metros de distancia. También se hará que los niños se laven las manos a la entrada y salida del centro, antes y después de cada actividad y después de utilizar equipos como ordenadores.

A la hora de entrar y salir del colegio se hará de forma escalonada tanto en distintos horarios como por distintos accesos para evitar aglomeraciones de alumnos. Los que lleguen en transporte escolar tendrán que usar mascarilla si tienen seis años o más. Los niños usarán siempre la misma plaza y los asientos se organizarán por cursos para que al bajar del vehículo lo haga cada grupo de forma ordenada y escalonada.

Las salidas al patio también podrán ser escalonadas tanto en tiempo como en espacio para evitar el contacto entre alumnos de distintos grupos. Con respecto a los comedores, cada grupo de convivencia se sentará en una mesa, que estará separada de otras al menos por 1,5 metros de distancia.

Los centros, además, crearán un "equipo COVID" y un "responsable COVID" que se coordinarán con las autoridades sanitarias.
Baleares

En Baleares se han previsto tres escenarios: el de la nueva normalidad, en el que todas las clases son presenciales, el de medidas restrictivas, en el que habría presencialidad para educación infantil, primaria y especial, y el de confinamiento, donde toda la educación se haría a distancia.

Para los escenarios de nueva normalidad y de medidas restrictivas se prevé la creación de grupos de convivencia hasta 4º de primaria en los que no hay que mantener la distancia interpersonal. Estos serán de un máximo de 20 niños. Los profesores y personal no docente que tengan contacto con el grupo tendrán que llevar mascarilla. Las actividades deportivas que requieran contacto físico se tendrán que cambiar por otras al aire libre que permitan mantener la distancia de seguridad. Con respecto a salidas y entradas, se establecerán turnos para que no entren todos a la vez. También se establecen turnos de recreo y de comedor. Además, en los comedores escolares cada grupo de convivencia ocupará una mesa, y los alumnos hasta 4º de primaria podrán comer en sus aulas.

Para el transporte en autobús escolar, el uso de mascarilla es obligatorio para los niños a partir de 6 años, y también se preasignarán las plazas.
Canarias

Para las Islas Canarias las opciones semipresencial y no presencial son "excepciones de último recurso". Los grupos de convivencia estable se crearán hasta 4º de primaria, en los que no hay que usar mascarilla ni mantener la distancia de seguridad. A partir de 5º de primaria, habrá que usar mascarilla siempre que no se pueda mantener la distancia de 1,5 metros.

Los horarios de entrada, salida, comedor y recreo también serán escalonados y usando distintos espacios (con la posibilidad de comer en el aula), y en el transporte la mascarilla es obligatoria para niños a partir de 6 años. Los profesores que estén con un grupo de convivencia estable tampoco tendrán que usar mascarilla.

Cantabria

Cantabria también incluye tres escenarios: nueva normalidad, educación semipresencial y confinamiento, y prevé que el curso empiece en el primero, con todas las clases presenciales. Los grupos estables de convivencia se crearán hasta 6º de primaria, y podrán ser de hasta 25 alumnos. Sin embargo, los alumnos de primaria tendrán que llevar mascarilla aunque estén en su grupo de convivencia. Los de secundaria también, aunque mantengan la distancia de 1,5 metros.

Los colegios e institutos podrán adaptar los horarios de entrada y salida con el fin de evitar aglomeraciones, con posibilidad de dar clases por las tardes. Con respecto al comedor, los grupos de convivencia estables comerán juntos, se establecerán turnos y las comidas podrán servirse en las aulas. En caso de necesitar transporte escolar, la normativa dice que el uso de mascarilla es "obligatorio para todo el alumnado". Por último, el documento del Gobierno de Cantabria indica que hay que organizar los recreos con diferentes franjas horarias y espacios, y evitar las actividades que requieran contacto físico.
Castilla-La Mancha
En Castilla-La Mancha sólo se crearán grupos de convivencia estable para los grupos de educación infantil y educación especial. Fuera de estos grupos, la mascarilla es obligatoria cuando no puedan mantener distancia interpersonal de 1,5 metros. Los profesores también tendrán que llevarla cuando no se encuentren a esta distancia de otras personas.

Los colegios e institutos podrán ofrecer un horario escalonado y diferentes espacios para entradas, salidas y recreos.

Para los transportes escolares se asignará un asiento permanente a cada alumno para todo el curso, y los alumnos a partir de 6 años tendrán que llevar mascarilla en todo el trayecto. Por su parte, los comedores podrán establecer turnos.

Castilla y León

Castilla y León sólo creará grupos de convivencia para los alumnos de infantil y los de primer curso de educación primaria. Serán de un máximo de 25 niños, que entre ellos no tienen que llevar mascarilla ni respetar la distancia máxima de seguridad. Además, su profesor tampoco tiene que llevarla. Para los cursos de 2º de primaria en adelante, tanto los alumnos como los profesores deben usar mascarilla cuando no se encuentren a 1,5 metros de distancia de los demás.

Se harán varios horarios de entrada y salida, y también se habilitarán varios espacios, al igual que para el recreo y los comedores. En el transporte escolar los asientos serán preasignados, y el uso de mascarilla será obligatorio para todos los niños mayores de 6 años.

Cataluña

En Cataluña los grupos de convivencia se crearán en todos los grupos de alumnos, independientemente de su edad. Dentro de estos grupos, como en la mayoría de comunidades, no es obligatorio usar mascarilla. Tampoco para los profesores de estos grupos si no tienen contacto con más de un grupo, aunque sí es recomendable.

El documento del Govern dice que "todas las enseñanzas desde la educación infantil hasta la post obligatoria serán presenciales", aunque para algunas post obligatorias se pueden establecer modelos semipresenciales.

Con respecto a los comedores, habrá turnos y cada grupo de convivencia se sentará apartado de los demás. Además, se podrán habilitar aulas para comer allí. Tanto para la entrada y para la salida como para los recreos se harán en distintos intervalos. Para el transporte escolar, todos los alumnos que hagan uso de este servicio deberán ir con una mascarilla puesta.
Comunidad Valenciana

En esta comunidad se escalonarán los horarios de entradas, salidas, recreos y comedor de los alumnos para que no entren y salgan todos a la vez, y se habilitarán distintos espacios para evitar aglomeraciones. Los grupos de convivencia estable serán obligatorios en educación infantil y en 1º y 2º de primaria, en los que no es obligatoria la mascarilla ni la distancia social, y opcionales para los centros desde 3º a 6º de primaria, en los que hay que ponerse la mascarilla si no se puede respetar la distancia interpersonal, y podrán ser de hasta 20 alumnos. Estos grupos, además, se sentarán juntos en el comedor escolar.

En el transporte escolar será obligatoria la mascarilla, y las plazas irán preasignadas para todo el curso, y las aulas podrán servir de comedor.

Extremadura

Los grupos de convivencia estables en Extremadura se crean para los alumnos desde educación infantil hasta 4º de primaria, en los que no habrá que tener distancia interpersonal. Desde 5º de primaria hasta la ESO habrá que mantener una distancia de 1,5 metros y en bachillerato y formación profesional sólo de 1 metro. Este protocolo no especifica si la mascarilla debe ser obligatoria más allá de en los transportes escolares, aunque la consejera extremeña de educación ha dicho en rueda de prensa que lo será para los alumnos desde 5º de primaria.

En bachillerato y formación profesional, además, se podrán poner turnos de tarde para evitar que se aglomeren demasiados alumnos. Los comedores, por su parte, establecerán turnos.
Galicia

El protocolo de Galicia prevé la creación de un "equipo COVID" que explicará al resto de personas del centro las medidas y estará en contacto con las autoridades sanitarias. En esta comunidad la distancia interpersonal será de un metro dentro del aula, y de 1,5 metros fuera. En educación infantil y primaria se pueden crear grupos de convivencia con hasta 25 alumnos sin tener que guardar la distancia personal.

Las entradas y salidas, tanto del centro educativo como del recreo, también estarán reguladas, pudiendo hacerse por distintos accesos o en horas distintas para cada grupo. Los alumnos que vayan en transporte colectivo deberán ir con mascarilla. En el comedor también se establecerán turnos y cada grupo comerá en una mesa distinta.
Comunidad de Madrid

La Comunidad de Madrid empezará el curso de manera semipresencial, como ha anunciado su consejero de educación, Enrique Ossorio, en una entrevista en Onda Madrid el 21 de agosto. Los alumnos de educación infantil y primaria irán todos los días a clase, mientras que a partir de la ESO se combinarán lecciones presenciales con otras online.

Los alumnos de educación infantil, especial y primaria se organizarán en grupos de convivencia que no tendrán que mantener la distancia interpersonal ni usar la mascarilla. Los de secundaria en adelante tendrán que guardar una distancia de 1,5 metros o llevar mascarilla.

En esta comunidad la entrada y salida del centro y del recreo serán escalonadas y podrán ser por distintos accesos. También se creará un coordinador COVID-19. Los niños que usen el transporte escolar deberán llevar mascarilla a partir de los 6 años.

Para la hora de comer este protocolo no contempla que se creen turnos, pero sí que los alumnos coman en el aula o en espacios cercanos al comedor escolar.
Región de Murcia

Murcia ha propuesto un inicio de curso semipresencial, en el que la asistencia en infantil y primaria sería presencial cuatro días por semana en los grupos que sobrepasen los 20 alumnos por aula y en 1º y 2º de ESO cuando sean más de 24. En 3º y 4º de ESO, bachillerato y formación profesional asistirían dos o tres días a la semana.

El protocolo de la comunidad prevé la creación de grupos de convivencia de hasta 25 alumnos en educación infantil, que se dividen en subgrupos para juegos y socialización. Los demás deberán llevar mascarilla cuando no puedan mantener la distancia interpersonal de 1,5 metros, al igual que los profesores. También será obligatoria para los alumnos a partir de 6 años que usen el transporte escolar, que se deberán sentar siempre en el mismo asiento.

Los horarios de entrada, salida, recreo y comedor también se flexibilizarán. En el comedor, además, habrá un máximo de 3 alumnos por mesa y se podrán usar aulas u otros espacios.
Comunidad Foral de Navarra
Navarra pretende empezar el curso de forma presencial. La mascarilla es voluntaria para alumnos y profesores que estén dentro de los grupos de convivencia, y obligatoria cuando no se esté y haya menos de 1,5 metros de distancia. Los grupos de convivencia se crearán en educación infantil y primaria. En el transporte escolar la mascarilla será obligatoria para todos a partir de los 6 años, y los alumnos tendrán plazas preasignadas.

Para las entradas, salidas, recreo y comedor se establecerán distintos espacios y horarios.
País Vasco
En el País Vasco los grupos estables se podrán formar para los alumnos de hasta 2º de primaria. El uso de mascarilla será obligatorio a partir de 3º cuando no se pueda mantener una distancia interpersonal de al menos 1,5 metros y no será necesaria cuando los alumnos estén sentados en sus pupitres y mantengan la mencionada distancia. Los profesores hasta 2º de primaria tampoco tienen que usarla cuando están con el grupo estable de convivencia. En el transporte escolar es obligatoria a partir de los 6 años.

Las entradas y salidas al centro serán escalonadas, al igual que los horarios de recreos. En principio, los comedores no establecerán turnos.
La Rioja
La Rioja establece grupos de convivencia en educación infantil y primaria de hasta 25 alumnos. La distancia de seguridad y la mascarilla no serán obligatorias en infantil, pero sí en los demás niveles y en el transporte escolar. Además, el protocolo contempla la posibilidad de enviar a grupos de 6º de primaria a sus institutos adscritos si es posible.

La presencialidad está garantizada para todos los niveles excepto para el segundo ciclo de la ESO, bachillerato y formación profesional, donde se garantiza que el 50% de la formación sea presencial.

Los horarios también se flexibilizarán para entradas y salidas (para los que se debe ofrecer varios accesos si es posible) y recreos y comedor, para el que cada grupo tendrá un espacio definido.
Ceuta y Melilla
En Ceuta y Melilla se seguirán las directrices marcadas por el Ministerio de Sanidad, ya que no tienen transferidas las competencias de educación. Esto es: creación de grupos de convivencia hasta 6º de primaria, uso de mascarilla para niños mayores de 6 años tanto en el centro cuando no se pueda mantener distancia de 1,5 metros como en el transporte escolar y flexibilización de espacios y turnos para entrar y salir del colegio, para comer y para ir al recreo. En ambas ciudades se garantiza la presencialidad de la enseñanza.

Fecha original de publicación: 21/08/2020

Ayuso se lava las manos (Noelia Isidoro para LAMAREA.COM)

Posted: 24 Aug 2020 01:35 AM PDT

LAMAREA.COM publica este artículo



El 30 de junio corría en los grupos de WhatsApp de docentes una presentación en la que la Consejería de Educación de Madrid establecía las instrucciones para el comienzo del curso 2020-21. A menos de 15 días para el inicio de las clases, esas imágenes y un tweet de Isabel Díaz Ayuso pidiendo responsabilidad es lo único que tenemos para volver en septiembre.

Cuando en marzo la pandemia nos estalló en la cara, improvisamos, como todos. Aprendimos a usar plataformas, compartimos recursos, contestamos correos a deshoras y tratamos de calmarnos y de calmar a nuestros estudiantes para intentar salir del paso. Asumimos que la situación era nueva, incierta. Adaptamos el trabajo y los horarios. Inventamos mil y una manera de conciliar en nuestras casas y en las de nuestro alumnado.

De marzo a junio educamos sin aulas. Recibimos instrucciones contradictorias. Algunos días había que seguir como si nada, avanzando contenidos cuando sabíamos de alumnas que no tenían conexión a internet, de alumnos que compartían casa con otras dos familias y se las apañaban como podían utilizando el móvil del hermano mayor. Otros se nos pedía calificar sin tener en cuenta el trabajo de los últimos meses, de modo que en muchos casos el "aprobado general" que nunca se puso por escrito terminó por ser real.


Mientras tanto, solo ruido. El consejero de Educación hablaba del esfuerzo del alumnado sin que la Administración garantizara el acceso a la tecnología de toda la comunidad educativa. Sin que se atendiera a quienes tienen necesidades especiales de aprendizaje de forma adecuada. Se llevaban las manos a la cabeza ante la posibilidad de pasar de curso con materias suspensas, olvidando que en Madrid se puede promocionar hasta con cinco asignaturas pendientes haya o no pandemia. Y en eso, que no era lo urgente, y en anunciar medidas que ya estaban tomadas hace años y no eran ni siquiera importantes, como la prohibición del uso del móvil en clase, nos han mantenido entretenidas este tiempo.

Entretenidas y preocupadas. Inquietas porque a medida que pasaban las vacaciones y veíamos las cifras del rebrote y los cierres de centros escolares en otros países donde ya habían vuelto, seguíamos sin información sobre cómo afrontar el curso a partir de septiembre. Porque escuchamos que desde la administración se delegan responsabilidades hasta el punto de que sean los equipos directivos de cada centro los encargados de velar por la seguridad y el cumplimiento de las medidas de prevención.

Crece la incertidumbre y crece también la rabia cuando comprobamos que, pese a ser una competencia transferida, el Ministerio de Educación no ha planteado siquiera la reducción del currículum, que es una demanda repetida curso tras curso por el profesorado. Aumenta la tensión cuando se habla de "burbujas" y no se baja la ratio, otra exigencia planteada cada año. Se dispara cuando comprobamos que en Madrid el 25% de los centros públicos sufren recortes de aulas.

No hay flechas en el suelo de los pasillos que soporten la carencia de espacios ni ordenen el trasiego de estudiantes dentro de institutos masificados, con falta de auxiliares de control que ayuden en los cambios de clase. No existe la atención a la diversidad cuando se suprimen las plazas de los profesores terapéuticos, que se ven obligados a compartir centro a diario en un curso como el que nos espera ni sabemos aún cómo se atenderá a los alumnos de riesgo –a los que antes el SAED (Servicio de Apoyo Educativo Domiciliario) daba clase a domicilio– mientras haya presencialidad. No hay posibilidad de guardar la distancia requerida cuando tenemos 36 alumnos en el aula, como tampoco existe la manera de ventilar y limpiar las clases cada cierto tiempo, porque no hay personal de limpieza suficiente ni siquiera para asear cada 55 minutos espacios como gimnasios, aulas de música o talleres. El uso de los baños para el lavado de manos es mera fantasía, son pocos y mal ventilados.

Lo que sí hay es enfado. Mucho. Llevamos meses pidiendo una vuelta segura a las aulas. Reclamando una inversión que es, si cabe, ahora más necesaria que nunca. Somos conscientes de que las familias necesitan la educación presencial para poder conciliar. Nosotras la necesitamos también, pero no exponiendo a toda la comunidad educativa al contagio cuando se puede evitar. Hay enfado porque se insiste en la responsabilidad individual y se hace obligatorio lo que sale gratis (mascarillas), pero se convierte en "recomendable" todo aquello que supone una inversión. Necesitamos medios y un plan de contingencia que, seis meses después, sigue sin existir.

El ascensor social que era la educación pública lleva años roto. Volver a improvisar supondrá terminar de rematarlo y aumentar la brecha, que no es solo digital, sino social. Podrán estudiar en casa quienes tengan un cuarto propio y familias con tiempo para dedicarles paciencia y ayuda. El resto se quedará por el camino. La responsabilidad, señora Ayuso, es cuidar de la ciudadanía, sobre todo de quien necesita red para salir adelante. Lo otro es lavarse las manos.

Marea Verde Madrid llama a una movilización el 5 de septiembre para garantizar una #VueltaSegura a las aulas (Comunicado 24-8-2020)

Posted: 23 Aug 2020 03:57 PM PDT

¡Vuelve la Marea Verde! 
Se acerca septiembre y la apertura de los centros educativos y el gobierno de la Comunidad de Madrid todavía no ha aprobado un protocolo claro que garantice el inicio de curso con medidas de seguridad frente a la COVID-19. Desde Marea Verde Madrid llevamos meses criticando la inacción del gobierno y pidiendo un aumento de recursos y medidas firmes para el inicio de curso. Ante esta situación de incertidumbre total, Marea Verde Madrid llama a una movilización el 5 de septiembre para asegurar una #VueltaSegura a las aulas. 
Esta movilización no es la única acción prevista en el calendario de septiembre. Hace unos días los sindicatos de Educación convocaron huelgas para el inicio del curso escolar en las diferentes etapas educativas que confluirán en una huelga conjunta el 10 de septiembre. 
Desde Marea Verde Madrid saludamos estas jornadas de lucha y las consideramos necesarias para forzar al gobierno de Díaz Ayuso a que tome medidas que aseguren la seguridad en los centros educativos.
Queremos una vuelta a las aulas 100% presencial, pero para ello debemos garantizar unas medidas de seguridad que no pongan en peligro a los trabajadores y trabajadoras, ni al alumnado ni a familias y para que no conviertan a los centros educativos en vectores de contagio al resto de la sociedad. La gestión del gobierno de la Comunidad de Madrid está poniendo en pie de guerra a todos los agentes educativos: AMPA, docentes, sindicatos, estudiantes, familias que denuncian la falta de medidas y recursos para hacer frente a la COVID-19  en los centros. Septiembre va a ser un mes de movilizaciones en educación, a las que se debe unir toda la ciudadanía. Pues de lo contrario volveremos al cierre de los centros y a la docencia telemática lo que vulnera el Derecho a la Educación de gran parte de nuestro alumnado y genera graves problemas de conciliación en la sociedad.
Para procurar una #VueltaSegura a las aulas desde Marea Verde Madrid pedimos una reducción de ratios, desdoble de grupos para asegurar la distancia de seguridad, aumento de la plantilla de personal docente, del número de técnicos educativos, mayor contratación de personal de administración y de limpieza, contratación de Diplomad@s Universitarios de Enfermería (DUE), sin renunciar a la participación de toda la Comunidad Educativa en las decisiones y sin menoscabar la democracia en los centros. Todas estas medidas, entre otras, las hemos desarrollado en el documento "#VueltaSegura a las aulas: líneas rojas y propuestas". https://mareaverdemadrid.blogspot.com/2020/08/vueltasegura-las-aulas-lineas-rojas-y.html
Por todo ello, desde Marea Verde Madrid entendemos que todas y cada una de estas medidas afectan directamente a toda la Comunidad Educativa y a nuestra sociedad en su conjunto. Es por ello que hacemos un llamamiento a que desde todos los sectores (docentes, familias, alumnado y demás miembros de los centros educativos) asuman todas estas propuestas como reivindicaciones propias y participen en un calendario de movilizaciones para forzar su implementación. Para ello, es importantísimo coordinarnos y la asamblea  convocada el 27 de agosto a las 18 horas es el lugar para hacerlo. Porque nos jugamos que nuestros hijos e hijas pierdan la oportunidad de desarrollarse plenamente como parte de la ciudadanía
Pero estas medidas deben ir acompañadas de un Plan de Rescate de la Educación Pública a nivel estatal. El pasado mes de julio vimos cómo en la Comisión de Reconstrucción las fuerzas de izquierda cambiaban la redacción inicial respecto al destino de los fondos dedicados a educación con una enmienda que abre la puerta a la financiación con dinero público de los centros privados-concertados.  Desde Marea Verde Madrid exigimos al gobierno central que dicha financiación recaiga sobre los centros públicos que son los que de manera abrumadora acogen al estudiantado más vulnerable. Necesitamos dotar de recursos a la Educación Pública para hacer frente a la COVID-19 y esto se traduce en financiación. 
Por todo ello llamamos a toda la ciudadanía a una movilización en Madrid el 5 de septiembre a las 18.00 desde Atocha-Paseo del Prado-Consejería de Educación
Por una #VueltaSegura a las aulas
Por un Plan de Rescate de la #EducaciónPública


Madrid, 24-08-2020

Marea Verde Madrid

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Los colegios van a ser la próxima trinchera donde la clase política se golpee sin piedad (Íñigo Sáenz de Ugarte para ELDIARIO.ES)

Posted: 24 Aug 2020 07:19 AM PDT

ELDIARIO.ES publica este artículo



Hace dos semanas, las aulas volvieron a abrirse en varios estados de Alemania. Otros les siguieron después y en el resto se hará en los primeros días de septiembre. Mientras en España continúa el debate sobre si es deseable que cada región tenga su propia normativa, allí no ha habido ninguna duda. Cada Estado federado tiene las competencias sobre educación y establece sus propias normas, lo que no quiere decir necesariamente que sean totalmente diferentes en los 16 länder. A veces, las normas son distintas dentro de cada land atendiendo a las circunstancias locales. Por ejemplo, en el más poblado, Renania del Norte-Westfalia, las mascarillas son obligatorias dentro del aula a partir del quinto curso. En otros estados, sólo lo son en los pasillos y al entrar en clase. La conferencia nacional de ministros de Educación ya estableció que los principios generales pactados son recomendaciones, no órdenes, porque deben llevarse a cabo "en función de las características de las condiciones locales específicas".


En España, la oposición, que gobierna en varias CCAA, ha decidido que debe ser el Gobierno central el que tome todas las decisiones para cubrir las espaldas a las autoridades autonómicas. "No puede haber 17 vueltas al cole diferentes en España", ha dicho Pablo Casado, a pesar de que la incidencia del coronavirus no es uniforme en todo el país. El consejero madrileño de Sanidad, del PP, ya ha dicho que no cree posible una vuelta al colegio totalmente presencial: "En un escenario de crecimiento de casos y con el número de contagiados que tenemos, yo no me plantearía un inicio al cien por cien".

Según la OMS, puede ser segura si la transmisión local del virus es baja. Eso no ocurre en varias comunidades de España, incluida Madrid.

"Nadie puede entender que en Málaga se vuelva al colegio y en Valladolid, no. Que en Barcelona, si hay casos en un colegio, se actúe de una manera y en Madrid de otra contraria", ha comentado Inés Arrimadas, que insiste en que eso no supone saltarse las competencias autonómicas (no dice cómo). Es fácil entender que la reapertura de los centros educativos depende de muchas variables, pero sobre todo del número de docentes. El Gobierno central no puede legalmente obligar a las autonomías a que contraten un cierto número de profesores, aunque cuenta con formas de presionarles para que lo hagan.

En Galicia, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, exige un "protocolo único" para toda España. Los sindicatos de la enseñanza le acusan de mantener la ratio de 25 alumnos por aula, cuando el Ministerio recomienda entre 15 y 20. Al igual que en sanidad, el PP exige un mando único, que era lo que permitía el estado de alarma. El partido de Casado rechazó votar a favor de la última prórroga en el Congreso, porque consideraba que vulneraba los derechos fundamentales.

Las críticas de los profesores alemanes a sus gobiernos en las últimas semanas son similares a las que se han escuchado en España. Creen que están descargando la responsabilidad de la reapertura sobre unos docentes que ya están al límite. "Siempre hay una reunión de gobernadores con Angela Merkel los miércoles y los ministros de Educación llegan a un acuerdo los jueves. El email de los ministerios no llega a las escuelas hasta el sábado, y luego se supone que nosotros debemos tener todo en marcha el lunes", dijo un profesor de Bonn a Der Spiegel.

Y no es que haya escasez de instrucciones. Ese medio cita el caso de un colegio de la ciudad de Pasewalk que había recibido 85 informes con recomendaciones a finales de julio.

Existe el convencimiento general de que los colegios no pueden estar cerrados mucho más tiempo. Los daños en la educación de niños y adolescentes pueden ser irreversibles o incluso en su bienestar mental. "No podemos tener a nuestros niños sin estudiar. No podemos hipotecar la competitividad de nuestras promociones de niños. No podemos hacer que dos promociones de nuestros niños no tengan una educación con el mismo nivel de calidad que cualquier otra", dijo Fernando Simón esta semana. El aviso es aún más claro en relación a las familias sin medios informáticos suficientes ni espacio en casa para continuar con clases online.

Si esperamos que la ciencia ofrezca las respuestas necesarias para que la vuelta al colegio sea segura al cien por cien, no vamos a encontrar esa tranquilidad de espíritu. Un estudio en Corea del Sur de hace unos meses llegaba a la conclusión de que los niños de menos de 10 años tenían una menor capacidad de contagio. Los estudios posteriores lo han desmentido. Uno muy reciente, originado en Massachusetts, sostiene que los niños contagiados tienen una carga viral, y por tanto potencial de contagio, similar a la de los adultos, aunque sus síntomas sean de menor gravedad.

Algunos gobiernos ya han anunciado en España sus planes con mayor o menor concreción. El de la Comunidad Valenciana ha prometido gastar 200 millones de euros para aumentar el número de profesores. Otros como los de Andalucía y Navarra también se comprometen a contratar más docentes. Los ministros de Educación y Sanidad se reunirán con los consejeros autonómicos la próxima semana y será entonces cuando se concreten las medidas que harán posible la apertura de los colegios. "Hoy las familias en España están llenas de dudas en relación a la vuelta a la escuela. Nosotros, los gobiernos, estamos obligados a otorgar certezas", ha dicho el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.

Cuando el número de contagiados no ha parado de aumentar día tras día esta semana, si hay algo que nadie está en condiciones de ofrecer en este momento son certezas.

41 de las 825 escuelas de Berlín ya han informado de casos de coronavirus entre sus alumnos o profesores. Centenares de ellos han tenido que quedar aislados en sus domicilios por haber estado en contacto con contagiados. Eso en un país en el que el número de nuevos casos está aumentando (el último dato diario es de 1.426), pero muy por debajo de lo que está ocurriendo en España (3.650, el viernes).

Cuando eso pase en España, veremos cuánto tardan los gobiernos en echarse la culpa mutuamente. Esa sí es una certeza que podemos tener clara.

Qué dice el primer protocolo aprobado por una autonomía para la vuelta al cole en la era COVID (Lucas Marco para ELDIARIO.ES)

Posted: 24 Aug 2020 01:23 AM PDT

Reproducimos esta noticia publicada en ELDIARIO.ES



Las medidas pactadas con la comunidad educativa de la Comunidad Valenciana prevén un "espacio COVID-19" separado para "posibilitar el aislamiento de cualquier persona que inicie síntomas compatibles" con el coronavirus

A medida que se acerca la vuelta al cole, la comunidad educativa contiene la respiración ante un inicio de curso imprevisible marcado irremediablemente por la pandemia de la COVID-19. El Gobierno central ha convocado para el próximo 27 de agosto una reunión mixta entre los ministros y consejeros autonómicos de Sanidad y Educación para abordar el delicado inicio del curso escolar. A este encuentro, el ejecutivo autonómico valenciano asistirá con el primer protocolo impulsado por una autonomía, firmado el pasado 31 de julio por la consellera de Sanidad Ana Barceló y por el conseller de Educación Vicent Marzà, y que marca las reglas del curso escolar 2020-2021 en colegios e institutos. Marzà anunció la contratación de 4.374 maestros y profesores para el nuevo curso y su departamento ha llegado a acuerdos con sindicatos y con los representantes de la escuela concertada.

El protocolo, el primero establecido en España y que ya han secundado más de una quincena de autonomías, pretende asegurar el cumplimiento de los "objetivos educativos y de sociabilidad" y ofrecer un "entorno seguro" para el alumnado y los trabajadores. "No está demostrado que el cierre de escuelas como medida restrictiva para el control de la epidemia sea más efectiva que otras medidas, como el cierre de empresas o el control de otro tipo de interacciones sociales", señala el documento.

A la información sobre la COVID-19 y las medidas preventivas se suman la limitación o el control del contacto interpersonal. Sólo estarán exentas de acudir al centro educativo aquellas personas que presenten cualquier sintomatología asociada al coronavirus (no podrán volver hasta que un profesional sanitario confirme la ausencia de riesgo) o que hayan estado en contacto estrecho con una persona afectada. Los trabajadores vulnerables sólo podrán regresar al trabajo cuando su condición clínica esté "controlada y lo permita".

Los grupos de convivencia estables para el alumnado menor de edad es la "opción que mejor puede garantizar la trazabilidad y gestión de los casos de contagios" y la posibilidad de que los pequeños puedan socializar y jugar entre ellos. En educación infantil y en primero y segundo de la educación primaria estos grupos serán de como máximo 20 escolares (en infantil podrán configurarse con alumnos de hasta tres niveles educativos y en los dos primeros cursos de primaria de dos niveles). En educación infantil de primer ciclo, se deberán cambiar diariamente las sábanas y cojines de los colchoncitos que usan los más pequeños para dormir la siesta. Después del cambio de pañales, se desinfectará el cambiador.

En tercero, cuarto, quinto y sexto de primaria también tendrán un máximo de una veintena de alumnos y podrán juntar a dos niveles educativos consecutivos. Así, "las personas miembros de los grupos de convivencia podrán socializar y jugar entre si, sin tener que mantener la distancia interpersonales de manera estricta ni usar mascarilla", reza el protocolo de la Generalitat Valenciana, que también recomienda evitar la interacción entre los diferentes grupos o limitar al máximo los contactos. Los centros de educación especial se deberán organizar por tutorías y crearán "núcleos de convivencia" por etapas (de como máximo 20 alumnos) o según el criterio que establezca la dirección de cada centro.

La mascarilla es obligatoria a partir de la educación secundaria y en el transporte escolar. En infantil no es obligatoria y tampoco en primaria siempre que se trate de un mismo grupo de convivencia estable. Para el profesorado de infantil y primaria, el uso de la mascarilla con el grupo de convivencia estable es voluntario mientras que a partir de la secundaria es obligatorio (además de la distancia interpersonal de 1,5 metros).

El protocolo prevé un "espacio COVID-19" separado para "posibilitar el aislamiento de cualquier persona que inicie síntomas compatibles" con el coronavirus. La sala tendrá buena ventilación y la persona adulta que detecte el caso deberá acompañar al alumno hasta que un familiar o tutor legal lo recoja. "El centro se pondrá a disposición de los servicios asistenciales y de salud pública para facilitar la información que se requiera para organizar la gestión adecuada de posibles casos y el estudio y seguimiento de contactos", señala el documento.

En cuanto a las zonas comunes, el protocolo apuesta por priorizar la utilización de espacios al aire libre y medidas de distanciamiento en el patio como el escalonamiento de los horarios de descanso o el refuerzo de la vigilancia, entre otras. Además, los centros deberán reducir las interacciones con el personal externo. En el caso del alumnado con necesidades específicas, el asistente personal sólo podrá tener contacto con el grupo de alumnos, deberá utilizar mascarilla y mantener la distancia interpersonal de 1,5 metros.

Al entrar y al salir del comedor escolar, los alumnos deberán hacer un "correcto lavado de manos con agua y jabón" y el personal encargado deberá recordar a los críos que no deben compartir alimentos, utensilios o bebidas. El centro debe organizar el espacio del comedor y los horarios "de tal forma que se posibilite el cumplimiento de la distancia interpersonal de 1,5 metros, a excepción de que sea un grupo de convivencia estable. En el suelo se deberá habilitar un circuito, en el que será obligatorio el uso de mascarilla, para señalizar la entrada y salida del recinto y los espacios de espera y el comedor deberá ser limpiado y ventilado con "especial atención a las superficies de contacto más frecuentes", según indica el protocolo. El documento firmado por Educación y Sanitat también prevé el uso de las aulas para comer sólo si se trata de grupo estables.

Los centros deberán fomentar el transporte a pie o pedaleando de sus alumnos y trabajadores y promover, en colaboración con los ayuntamientos, rutas seguras y aparcamientos de bicicletas. Dentro del centro, la dirección deberá reducir al máximo los desplazamientos de los escolares y propiciar, mediante lineas de separación en el suelo, un tránsito y un acceso a las aulas ordenados.

Las actividades extraescolares de este curso "se ajustarán a la evolución de la pandemia". En el transporte escolar será obligatorio el uso de mascarillas para mayores de seis años y recomendado en mayores de tres años, a excepción de causas justificadas como dificultades respiratorias. El protocolo también recomienda al servicio de transporte que, en coordinación con el centro, disponga de mascarillas en el vehículo por si a algún alumno se le olvida o se le cae al suelo. La asignación de asientos se organizará de manera que las interacciones físicas se limiten al máximo. Los usuarios del transporte escolar deberán desinfectarse las manos con gel hidroalcohólico y la empresa contratada se encargará de asegurar la limpieza, la desinfección y la ventilación de los vehículos.

Los centros deberán poner especial atención a la limpieza y a la desinfección de las instalaciones con la ventilación diaria al menos cinco minutos antes de iniciar una actividad o el reforzamiento de la limpieza de los filtros de aire. Al menos una vez al día se limpiarán y desinfectarán las instalaciones, especialmente pomos, mesas de uso común, teléfonos o ratones de ordenador. Además, la ropa específica para actividades del centro (baberos o batas) se recomienda que sea lavada a diario.

Los centros educativos tiene, según indica el protocolo, "un papel fundamental en el desarrollo de la infancia y de la sociedad en general". "El derecho a la educación y el derecho a la protección de la infancia deben ser una prioridad en la recuperación después de una crisis", concluye.

Castilla y León pide una declaración responsable a los maestros y profesores interinos que acredite que tienen material para impartir clases telemáticas y luego la retira de la web (Ángel Villaescusa para ELDIARIO.ES)

Posted: 24 Aug 2020 01:19 AM PDT

ELDIARIO.ES publica esta información



La Federación de Sindicatos de Trabajadoras y Trabajadores de la Enseñanza de Castilla y León STECyL-i ha denunciado este jueves que las Direcciones Provinciales de Educación de Valladolid y Salamanca han solicitado una serie de documentos para el próximo nombramiento de interinos del curso 2020-21, entre los que figuraba una declaración responsable de disponibilidad de medios mediante la que se pedía al profesorado interino que acreditase "que dispone de los medios informáticos y de conexión a internet adecuados para ejercer la actividad docente no presencial". La Junta de Castilla y León la ha retirado de la web y ha reconocido que se trataba de un "error" y no será necesaria.

Desde el sindicato educativo consideran "lamentable" que se exija para el nombramiento de la vacante obtenida la disponibilidad de medios informáticos propios e incluso de una conexión a internet adecuada, más cuando los miles de interinas que van a acceder a las vacantes en la Comunidad, no conocen si en los centros escolares (urbanos o rurales) se va a disponer de conexión, o si en sus nuevos y futuros domicilios hay fibra óptica o línea adecuada.Documento en el que se exige entregar la declaración responsable.Así, el sindicato reclama que sea la administración educativa la que proporcione el material informático necesario para realizar, en el caso necesario, enseñanza a distancia e ironizan si "lo siguiente será pedir carnet de conducir o coche propio para ejercer la docencia". El sindicato ha reclamado la retirada inmediata de las webs oficiales y del listado de documentos la Declaración, que ha estado subida durante varias horas hasta que la Consejería de Educación la ha eliminado.

Magda Campins: "Si los grupos por la calle no pueden ser de más de 10 personas, en la escuela tendría que haber también ratios pequeñas" (Pau Rodríguez para ELDIARIO.ES)

Posted: 24 Aug 2020 01:24 AM PDT

ELDIARIO.ES publica esta entrevista



Al frente del servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del hospital más grande de Catalunya, el Vall d'Hebron de Barcelona, Magda Campins observa con preocupación el aumento sostenido de los contagios de coronavirus en España, sobre todo en comunidades como el País Vasco o Madrid. "Vamos hacia medidas más restrictivas, pongo la mano en el fuego", advierte.


Una de las medidas que considera positivas y que se han empezado a llevar a cabo en Catalunya y Madrid –validadas por el Ministerio de Sanidad– son los cribados masivos, aunque advierte de que para que funcionen deben aplicarse en áreas muy acotadas y como complemento a un sistema de rastreo de casos robusto, algo de lo que carecen, dice, las comunidades más pobladas.

Sobre todo para hacer frente a un septiembre con la vuelta al trabajo de miles de empleados y, al colegio, de miles de alumnos. Para esto último, asegura que deberían bajarse las ratios, que en la mayoría de administraciones autonómicas no se han tocado y se plantean como grupos burbuja de 25 niños y niñas o más.

Catalunya y Madrid han puesto en marcha estos días cribados con test PCR para detectar contagios en determinados barrios. ¿Cómo ve esta nueva estrategia?

Me parece una medida fundamental, porque con ello se pueden detectar casos asintomáticos, personas infectadas con capacidad de transmitir la enfermedad y que, al no tener síntomas, hacen vida normal. Dar con ellos sirve para luego aislarlos, rastrear sus contactos, ponerlos en cuarentena y, por lo tanto, cortar de forma eficaz cadenas de transmisión. Pero se debe complementar con las medidas básicas.

¿Tiene sentido si no hay un sistema eficaz de rastreo y supervisión de contactos?

Si haces solamente el cribado y no eres capaz de hacer los rastreos, te quedas a la mitad. No tendría efecto, o sería muy limitado.

En Barcelona han aflorado más de un 2% de asintomáticos. ¿Es también una evidencia de que hay cadenas de contagio que escapan al radar del sistema sanitario?

Sí, claro. Si estuviesen en una lista de contactos, hubiesen sido detectados como tales. En Catalunya hemos detectado más de 300 asintomáticos con estos cribados. Es un volumen importante. Y hay muchos más jóvenes que mayores, esto también hay que destacarlo.

Al inicio de la epidemia se habló de que hacer tests masivos a toda la población no tenía sentido, en parte porque una PCR negativa no garantiza que no te puedas contagiar en los días siguientes. ¿En el contexto actual sí lo tiene?

Al principio de la pandemia tampoco había capacidad para hacerlo. Había que restringir el uso de los laboratorios. Una vez tenemos esa capacidad, tiene sentido hacerlas de forma masiva en aquellos sitios o colectivos donde vemos un incremento importante de la transmisión. Lo que no tiene sentido es hacerlo de forma indiscriminada.

Y sí, como ya hemos dicho, si hoy sales negativo en una PCR esto no quiere decir que en una semana o en un mes no te puedas contagiar. Todavía hay mucha confusión entre el valor de estas pruebas, que son una detección momentánea y puntual, y las de serología [que detectan anticuerpos], por eso es importante que los profesionales sanitarios lo expliquen muy bien cuando hacen los cribados.

¿Cómo ve la evolución de la epidemia en España? Los contagios están subiendo en varias comunidades, especialmente en Madrid, y todavía estamos en agosto ¿Vamos hacia un nuevo confinamiento?

Vamos hacia medidas más restrictivas de las que hay ahora, pondría la mano en el fuego. Llegar a un confinamiento total como el de marzo, eso esperemos que no. Significaría que hay un colapso a nivel hospitalario y que el volumen de ingresos en UCI nos obligan a cortar cadenas de forma drástica. Por eso es importante que toda la población se conciencie de las medidas como llevar mascarilla o no hacer reuniones de grupos muy grandes. Si no, la tendencia será mucho peor cuando llegue otoño, porque además se mezclará con el virus de la gripe y el virus respiratorio sincintial.

Y un circuito de detección y aislamiento de contagiados que funcione. ¿Se han contratado suficientes rastreadores?

Creo que no. En áreas pequeñas probablemente sí. Hay comunidades autónomas con pocos casos y pocos brotes, como es Asturias, donde han podido hacer un buen rastreo sin aumentos importantes. En sentido opuesto, probablemente la comunidad que está peor es Madrid. No cuadran mucho los números que dan: hace semanas su volumen de pacientes ingresados no eran compatibles con el de casos que declaraban diariamente, lo que indica que su capacidad de rastreo y diagnóstico precoz no era la adecuada.

Usted fue muy crítica con la Generalitat durante los brotes descontrolados de julio al decir que se necesitaban unos 2.000 rastreadores. Ahora hay unos 500, llamados 'gestores covid'. ¿Es suficiente?

Por lo que me consta, aunque no llegamos a 2.000, en estos momentos con los 'gestores covid', que están en casi todos los ambulatorios, se puede hacer un listado de contactos en las primeras 24 o 48 horas. Parece que las cosas ahora se hacen mejor. Pero si la situación va a peor y hay que hacer más rastreos, se necesitarán más.

¿Cómo ve la vuelta al colegio con grupos estables pero sin reducir ratios por debajo de los 25? En Madrid los sindicatos ya han anunciado una huelga.

Hay que bajar las ratios. Si una de las medidas de salud pública es que los grupos en la calle no pueden ser de más de 10 personas, tendríamos que intentar que en la escuela sean lo más pequeños posibles. Quizás diez es impensable, porque no hay suficientes espacios o profesorado para lograrlo, pero se tendría que intentar entre 15 o 18. Esto haría que un positivo transmita a menos personas y obligue a poner en cuarentena también a menos. Hacer grupos burbuja más pequeños debería complementarse además con otras medidas: que los alumnos más mayores hagan algunas clases no presenciales –eso esponjaría espacios para los más pequeños–, que coman cada grupo en su aula o que los más mayores lleven mascarilla.

Las familias se quejan de que si envían a casa a sus hijos por haber estado en contacto con un positivo, nadie les dará un permiso para que puedan cuidar de ellos.

Tiene que haber ayudas sociales desde el punto de vista económico. Se deberían buscar personas que puedan hacerse cargo del cuidado de estos niños cuyos padres tienen que ir a trabajar. Hay que plantearse alternativas o será inviable. Y, si no, que uno de los dos progenitores pueda cogerse la baja.

Este domingo hubo en Madrid una manifestación de personas que no creen en la existencia del virus o en la eficacia de las medidas que lo combaten. ¿A qué cree que se debe este negacionismo?

Me cuesta muchísimo entender que haya gente que pueda pensar de esta forma. Sobre todo grupos tan numerosos. Ya estamos acostumbrados por ejemplo a los antivacunas, que son una corriente que existe desde hace años, pero por suerte los efectos de su posicionamiento no eran muy visibles porque en España hay una inmunidad de grupo muy grande. Con la mortalidad que ha habido, con lo que ha vivido el sistema sanitario, el confinamiento estricto, el impacto en todo el mundo… Que piensen que es un complot político no me entra en la cabeza. No sé qué ideas pueden tener para pensar que es mentira o que estamos jugando con su libertad. La salud pública está por encima de eso.

¿Cómo cree que hay que actuar con estos colectivos? ¿Es útil la vía punitiva? ¿O más bien la pedagógica?

No los vamos a convencer. Algunos llevan años con este discurso, como es el campesino Josep Pàmies. Además, estos arrastran a mucha gente. Si generan problemas de salud pública, como es el caso, hay que ir a medidas drásticas: restricciones y penalizaciones. La ley lo contempla.
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