Lo que en los países más desarrollados puede parecer un gran aguacero, sin apenas consecuencias, en zonas como Centroamérica las consecuencias son fatales.
Me imagino que os habréis enterado del temporal por el que ha pasado Centroamérica. Un huracán que azotó México, ha dejado durante más de dos semanas unas intensas lluvias en el país. Nicaragua ha sido el país menos afectado, pero países como el Salvador y Honduras, han sufrido grandiosas pérdidas y más de 80 personas han perdido la vida en Centroamérica.
En Nicaragua han muerto unas ocho personas, pero en las zonas más rurales, en el norte del país.
Para el que no haya estado por estos países, aquí cuando llueve, llueve. En menos de cinco minutos las aceras se desbordan y la ciudad se paraliza por completo.
Yo me encuentro en una ciudad, por lo que este temporal lo único que ha paralizado ha sido el trabajo y la educación, pues la mayor parte de los estudiantes o profesores que vienen de fuera de la ciudad no puede viajar ya que las carreteras están cortadas o hay poco transporte. Es por eso por lo que durante estas dos semanas, mi proyecto ha estado un poco paralizado, sin embargo han surgido otros que ya os contaré!
La verdad que no somos conscientes de lo que es un gran temporal. Desgraciadamente en uno de mis viajes locos por los volcanes de Nicaragua, sufrí una tormenta (de lo más normal en Nicaragua) pero esta vez, en la ladera de un volcán. Esa vez sentí lo que es estar a la intemperie, sin apenas un lugar donde refugiarte y con una riada bajo tus pies. La tormenta duro una hora, y a los cinco minutos el agua me llegaba por los tobillos. Fue una de las pocas veces que recuerdas las palabras de tu madre "Asun, ten cuidado, que tú eres muy loca, cuídate". Pero bueno, ahora lo vemos como una experiencia más, aunque en esos momentos lo pasamos bastante mal… el frio, la lluvia, incomunicados y sin saber cuándo parará…
Ahora me pongo a pensar en mi aventura y me pongo en el lugar de esas familias, que viven en el campo y lo que estas tormentas pueden llegar a causar. La tierra es el propio suelo de las casas, los tejados son de chapa y las paredes de barro. Pero lo peor no es eso, es que después de la tempestad llega la calma, pero ¿qué calma les queda a los que no tienen nada y lo pierden todo?
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