martes, 12 de junio de 2012

LA FAGEDA EMPRESA MODELO A SEGUIR.

La Fageda: la empresa de discapacitados que amenaza a los yogures de Danone



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“Hola, me llamo Cristóbal Colón, vengo de un manicomio, con 14 enfermos mentales y queremos montar una empresa”. Efectivamente, aquel psiquiatra se llamaba Cristóbal Colón y, efectivamente, iba acompañado de 14 internos del Psiquiátrico de Zaragoza. La frase era una declaración de intenciones a un alcalde de una población de La Garrotxa y hoy, 18 años más tarde, esa empresa es La Fageda, la tercera compañía de postres lácteos de Cataluña.
“No teníamos nada que perder. Lo único que podía pasar era que el proyecto no saliera adelante y volviéramos al manicomio”. El psiquiatra, después de diez años trabajando en el Hospital mental de Zaragoza, se dio cuenta de que “el trabajo podía ser la vía para reconstruir la vida de estas personas”.
Cristóbal Colón contó ayer en Innosfera, en La Casa Encendida de Madrid, esta historia que comenzó en un despacho del alcalde de una localidad de La Garrotxa. Eran años de crisis y no consiguieron financiación, pero les dejaron un local. Establecieron allí su sede y, “sin tener un modelo de negocio claro”, empezaron a hacer “figuritas del niño Jesús”.
Las vendían a 50 céntimos de peseta y el negocio empezó a funcionar. Eso les animó a pedir un crédito de 500.000 pesetas para dar el siguiente paso. Llegó la primera ganadería y la producción de postres lácteos. “Me dijeron que estaba loco. Me preguntaban cómo iba a competir con Danone y Yoplait. Habíamos visto un hueco en el mercado de los yogures y empezamos nuestra actividad por ahí. Durante los primeros años decían que era el lugar donde los tontos y los locos iban a pasar el rato. Ahora es la empresa que más dinero aporta a la comarca”, dijo Colón.
Ese dinero del que habló el psiquiatra se cifra en una facturación de 14 millones de euros anuales. Pero, además, 250 personas trabajan en la cooperativa, la empresa cubre 16 hectáreas y se dedica a la explotación ganadera, la elaboración de postres, el mantenimiento de zonas urbanas y la artesanía.
Los empleados son individuos con enfermedades psíquicas que han sido ‘rescatados’ por el mercado laboral pero este hecho nunca se ha explotado como argumento de marketing. “Una de las razones por las que no decimos que los trabajadores son enfermos es para que ellos no se sientan así. Las personas con problemas mentales tienden a olvidarse de sus responsabilidades y nosotros lo que pretendemos es que asuman su responsabilidad. Por eso, no podemos decirles que son diferentes”.
Pero, además, hay un argumento más. “Yo no soy experto en marketing pero soy psicólogo. ¿Tú comprarías un yogur a un loco por ser loco o por su sabor? Nosotros intentamos ganar clientes dando a probar el producto”, indicó Colón.
“Es un proyecto loco que está funcionando perfectamente desde el punto de vista empresarial”, indicó Colón. Aunque “la importancia de nuestro proyecto es hacer ver que un enfermo mental puede trabajar perfectamente”.
Porque, al final, en esta compañía y en todas las demás, en La Garrotxa y en cualquier parte del mundo, “la locura está bastante bien repartida, pero unos lo disimulamos mejor que otros”.

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