Hoy hemos tenido la oportunidad de visitar una pequeña escuela rural a las afueras de San Vicente.
Solo el traslado ya ha resultado auténtico. Por primera vez hemos experimentando el transporte en una "pick-up", un camión-bus abierto en la parte trasera al que te subes prácticamente en marcha mientras un chaval va gritando hacia donde se dirige. Una cora por persona (un cuarto de dolar) y nos ha dejado en medio de una calle de tierra.
El azar nos regala unos caballos delgaditos por el camino, unos niños jugando a la cometa, una pista de baloncesto pegada a la escuela que últimamente no se atreven a utilizar por seguridad.
Al llegar las niñas y niños nos miran con ojos de expectación. Está claro que no pasamos desapercibidas.
Muy amablemente nos reciben en un despachito para platicar un poco. Manteniendo una conversación con el director del centro nos acercamos a la realidad de las maestras y maestros que allí trabajan. Es una escuela pública rural, con escasos recursos, en la que intentan trabajar activamente con la comunidad de la zona para mejorar las condiciones educativas de los escolares.
Nos habla de las ayudas que proporciona el actual gobierno en alimentos y uniforme para garantizar la escolarización. Los cursos que tienen, desde parvulario hasta noveno grado (desde 4 años hasta 15), con una ratio de unos 28 alumnos/as. Acogen a trescientos alumnos organizándose las clases tanto por la mañana como por la tarde.
Nos relata que últimamente han tenido algunos problemas con un profesor que finalmente ha sido sancionado y despedido. Los chicos y chicas parece que se van adaptando a las nuevas maestras y normalizando la situación poco a poco. Da todo el rato gracias a Dios y reza porque las cosas vayan mejorando en su pequeña escuela. Hace poco que ha tomado el mando y tiene ideas y proyectos para prosperar. Es un maestro joven, sigue yendo a la universidad, calculo que no pasa de los 30, y en su cara se lee entusiasmo.
A utilizado un refrán que ahora mismo no consigo recordar, pero que venía a decir: "No hay mal que por bien no venga". Se sienten afortunados porque, a parte de una maestra nueva, les han concedido otra a tiempo parcial que imparte EF. Afirma que los niñ@s están muy contentos y motivados y que su escuela está ganando en calidad por ello. También nos habla de un proyecto en el que están trabajando para habilitar un aula de informática.
En las escuelas todavía no se garantiza un profesor de EF por centro, y tiene difícil lo de la ropa deportiva.
Intercambiamos contacto y quedamos en hablar en otro momento para conocer a la maestra de EF y quién sabe, quizá implicarnos algo más en alguna actividad de esta escuelita.
Desde el respeto y la admiración a estas personas, gracias por compartir. Y al azar.
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