UniDiversidad. El blog de José R. Alonso. |
Posted: 25 Feb 2015 05:21 AM PST
El show de Truman (una vida en directo) es una película dirigida por Peter Weir y protagonizada por Jim Carrey y Ed Harris. El argumento se centra en la vida de Truman Burbank, un hombre sencillo y un poco ingenuo que tiene una tranquila existencia en uno de esos pueblos pequeños y simpáticos, donde nunca pasa nada. Sin embargo, todo eso cambia de repente: unos extraños sucesos —un foco que cae del cielo, movimientos coreografiados de la gente— le hacen sospechar que hay algo que no encaja y finalmente descubre que su vida es parte de un reality show, que sus supuestos amigos y parientes son actores, que la ciudad donde vive es un puro plató.
Desde antes de nacer, su vida está siendo filmada y emitida, y los propios sucesos de esa vida dependen de las decisiones del director y los guionistas y del seguimiento del público. Truman intenta escapar y no le voy a contar más por si acaso no ha visto la película. Curiosamente existe un tipo de trastorno mental que se llama el Fenómeno Hollywood o el síndrome del show de Truman. Como quizá haya imaginado se trata de un tipo de delirio en el cual el paciente cree que está siendo filmado y que la película —en realidad, su propia vida— está siendo retransmitida para el entretenimiento de otros. Los delirios, creencias falaces y fijas, son síntomas que en ausencia de un problema orgánico indican una enfermedad mental. El tipo y características del delirio varía enormemente de persona a persona, tanto como permite la imaginación. No obstante, los que han sido analizados clínicamente tienen frecuentemente tres tendencias: persecución, grandiosidad y erotomanía. En el caso del síndrome del show de Truman, las cámaras le persiguen a todas horas, su vida es el centro de interés de millones de personas y eso le convierte también en un personaje atractivo y deseable. Así lo describía uno de los pacientes:
Me di cuenta de que era y soy el centro, el foco de atención para millones y millones de personas… Mi familia y toda la gente que conocí eran y son actores en un guión, una charada cuyo único propósito es hacer de mí el foco de atención del mundo.
Dos de los investigadores más famosos sobre el síndrome del show de Truman y quienes le pusieron nombre son los hermanos Gold. Joel es psiquiatra en el Hospital Bellevue de Nueva York mientras que su hermano Ian es catedrático de Filosofía y Psiquiatría en la Universidad McGill de Montreal. Ellos han entrevistado a unas 50 personas con este trastorno, la mayoría hombres, blancos y con edades entre 25 y 34 años, algo normal pues los episodios psicóticos se suelen iniciar entre los 18 y los 30 años. Es posible que en nuestro mundo actual, con el formidable impacto de la televisión en general, y los realities en particular, esta particular forma de delirio vaya a más. Paolo Fusar-Poli, un psiquiatra que trabaja en Londres estima que, de los aproximadamente diez pacientes nuevos que ve cada semana, uno o dos muestran síntomas de tener un truman: «vemos muchos, muchos jóvenes que han tenido la sensación de estar siendo filmados».Algunos casos clínicos de síndrome del show de Truman:
A veces vemos los trastornos mentales como algo intemporal, a menudo descrito desde los tiempos de Hipócrates, pero este síndrome está fundamentado en inventos del siglo XX, el cinematógrafo y la televisión. Quizá el equivalente siglos atrás del síndrome de Truman serían esos delirios con los libros, sentirse parte de una trama, ajena claro a la realidad, que tan bien retrata Miguel de Cervantes en su personaje don Quijote y los libros de caballerías. El psiquiatra Joseph Weiner comentaba que «en la década de 1940 los pacientes psicóticos expresaban delirios acerca de que sus cerebros estaban controlados por ondas de radio, ahora estos pacientes se quejan habitualmente de que les han implantado un chip informático». Los delirios se «actualizan». Los reality shows son una parte fundamental de la cultura popular en las últimas décadas del siglo XX y las primeras del XXI. Baratos de producir y capaces de generar enormes audiencias para ver y escuchar las miserias de unos personajes patéticos, generan un interés que hace que encajen bien en una persona psicótica. Frente al personaje clásico que piensa que la CIA le espía, en el truman tenemos personas que creen que están siendo continuamente filmados, observados y comentados por una audiencia millonaria. El show de Truman fue elegido una de las diez películas de ciencia ficción más proféticas de la historia. Los programas televisivos, aunque los llamen realities, poco tiene que ver con la realidad. El grupo es falso —no se aguantan pero están juntos—; el escenario —me da igual que parezca una vivienda, una tertulia o un bar— es falso; la línea principal del guión es falsa —te pagan por en teoría ser tu mismo, simplemente por vivir, cuando nunca has mentido tanto, ni has ocultado tanto tu verdadero rostro; las tramas son falsas —los guionistas las manipulan a su antojo, … es comprensible que le pueda encajar a un psicótico. A Truman le dice el director:«Ahí fuera no hay mas verdad que la que hay en el mundo que he creado para ti». Confirmando ese sentido profético, un año después de El show de Truman se estrenó uno de los programas de más éxito de la historia de la televisión: Gran Hermano. Para leer más:
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