MareaVerde |
- Desde el año 2000, la Comunidad de Madrid ha triplicado el gasto en conciertos y subvenciones
- "La normalidad" (Manuel Menor)
- PP y C´S o el insulto a la inteligencia: "La paralización de la LOMCE acordada por PP y Ciudadanos es imposible" (eldiario.es)
- CCOO denuncia que el gasto público educativo ha descendido en porcentaje del PIB, perdiendo en equidad
- El Gobierno exhibe una subida de 27 millones en el gasto público en Educación tras recortes de casi 6.000 (eldiario.es)
- Atletismo y oposiciones de secundaria
- El jardín de Wert es lo de menos: así vive el exministro en París como embajador de la OCDE (eldiario.es). #DileaRajoyDóndeRecortar
Posted: 30 Aug 2016 05:32 AM PDT
Publicado en mecd.gob.es: Evolución de las cifras globales e indicadores del Gasto Público en Educación (MECD, 12-8-2016)
Entradas relacionadas: |
Posted: 30 Aug 2016 02:35 AM PDT
Manuel Menor nos envía su último artículo:
La normalidad post veraniega puede traer anormalidades sólo benéficas para unos pocos
Prosigue el lenguaje equívoco, sólo apto para la apariencia. Los "compromisos" de PP y Ciudadanos, vistos desde Educación, sólo implican continuidad de lo ejecutado estos años por Wert.
Se ha podido oír en algunas crónicas estos días que, después de las vacaciones viene "la normalidad". Claro que se dicen muchas cosas que no suelen ser verdad o sólo a medias: las palabras son ambiguas con frecuencia. En el ámbito occidental, y antes de que el llamado Estado de bienestar empezara a ser desfondado, las vacaciones –pagadas- habían empezado a constituir algo "normal" para la inmensa mayoría de los ciudadanos. Previo al panorama sociopolítico europeo del plan Beveridgeen 1942, "lo normal", sin embargo, había sido que la inmensa mayoría de la población trabajadora no tuviera pautado ese tiempo de ocio. Como tampoco tenía muchos otros derechos que se adscribieron al trabajo a partir de finales del siglo XIX. Es decir, que esta anomalía de las vacaciones –como la mayor parte de las "normalidades" sociales constitutivas del Estado social y, posteriormente, de los estados democráticos con dimensión social, son algo histórico: ni siempre han sido ni, en muchas partes del mundo, son todavía. Además, los avatares políticos y económicos, tan de la mano, han dado en rebajar estos derechos"normalizados", lo que ha venido sucediendo sistemáticamente desde 1989, incrementándose más a partir de 2010 en nuestro país.
Normalidad y banalidad
Son pocas las ocasiones en que no empleemos el término "normalidad" de manera interesada, casi siempre para defender alguna posición que consideramos incontestable o que, al menos, no deseamos nos contesten. También suele usarse a conveniencia de la pereza deontológica que suele seguir a decisiones administrativas condignas de un ambiente enrarecido. Así, una persona responsable en una asociación de cierto rango se autocomplacía recientemente diciendo que, en su ciudad, el ambiente cultural estaba mejorando afortunadamente porque ya era "normal" que más gente leyera e-books; aunque las mejores librerías hubieran desaparecido, existían todavía veintitrés, un conjunto en que lo prevalente –por los ejemplos que citaba como "buenas librerías"- eran quioscos de prensa o papelerías que, en algunos casos, vendían bestsellers; al parecer, consideraba que al buen lector le bastaba comprar comprar libros en supermercados y kioskos.Similar es el contexto de "lo normal" en estos días, en que se buscan aclamaciones después de pactos muy teatralizados y que la "normalidad" vuelva por sus fueros a donde solía. Conviene recordar que nuestros prohombres conservadores –y no sólo los de este momento- siempre han considerado sus modos de ver y actuar como "los normales". Algunos añaden que son los "naturales" e, incluso, "como Dios manda", constructo muy cercano a aquel otro que lucía en muchos cinturones militares totalitarios: "Dios con nosotros" o al que brilla en el billete del dólar americano: "In God we trust". Es la posición argumental más socorrida por todos los modos de poder que han sido, especialmente los autoritarios y despóticos desde Egipto hasta el presente, pasando por Roma, Luis XIV o Fernando VII, "El Deseado".
Los 150 compromisos de "la normalidad"
Dentro de la volubilidad acientífica que solemos confiar al término "normalidad", en este momento se pretende pasar como "normal" el pacto recién firmado entre el PP y Ciudadanos, por el que se comprometen en 150propuestas para mejorar España. Con este bagaje, en que las imprecisiones son mayores que las concreciones, pretende allanarse el debate de investidura a que aspira Rajoy sin apenas mover nada de lo hecho durante estos años mientras, al mismo tiempo, se trata de situar en "la anormalidad" a los discordantes con con quienes han tenido tiempo sobrado para enmendar el estilo errado de sus actuaciones. En esta tesitura sitúan especialmente a la actual dirección del PSOE que, con su simple abstención, podría facilitar la jugada de la investidura. Todos entonan laudes al líder todo terreno, pero nadie aclara por qué ahora le vale lo que en el mes de marzo no le valía, ni tampoco por qué no siguieron la senda de los acuerdos y el diálogo en tiempos pasados. Nada"anormal" habría en lo que han hecho en sus tiempos alternantes de gobierno, de arrogantes mayorías. Parece que lo hayan hecho muy bien y habría que asentar sus presuntos logros, ya que "España va bien" y no es cosa de volver a "la herencia" de cómo estaba hace cuatro años.
Esta película sólo la creen los muy adeptos. La macro economía y las grandes frases casa mal con la letra pequeña –pero vital- de los recortes a que han sometido todos los asuntos sociales, la precariedad de salarios y contratos y, entre otras menudencias, los gastos generales del Estado, en que se puede ver quiénes están pagando la crisis oportunista que ha dado pie a unos pocos para situarse en posición crecientemente asimétrica respecto al resto. Si se quiere algo más cercano y urgente, ahí está el uso y abuso que han hecho del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, también conocido como "la hucha de las pensiones" de los españoles. Y, por otro lado, en asuntos educativos, es fácil traer al recuerdo –la normalidad de la memoria histórica también es esto- el pacto que no quiso firmar Esperanza Aguirre en 1997, cuando era ministra de Educación; lo promovió la Fundación Encuentro y pretendía llegar a una Ley de Financiación de la LOGSE en cinco años. Tampoco es imposible acordarse de que, tanto Mario Bedera en nombre del PSOE y Sandra Moneo, del PP, han lamentado que, cuando ya estaba muy avanzado el pacto educativo de la etapa Gabilondo, fueran las expectativas electorales que auguraban la victoria del PP las que acabaron frustrando aquel intento firme y casi ya rematado. En nombre de una supuesta "calidad", de que tenían la clave ejecutiva, echaron por la borda años de posibles acuerdos de mejoras reales. No les importó.
Lo más evidente de estas medidas que sirven ahora de base para lavar la cara a las actitudes desarrolladas por el PP y su líder en el reciente pasado es que tratan de mantener el statu quo de lo reformado –o disminuido- a fin de que nos resignemos, a ser posible de manera definitiva, con que "lo normal" e inamovible es la trayectoria de lo que han hecho. Tratan de volver la situación social y política a "lo natural" y "como Dios manda" y ya desempolvan lo que en los años 70 del pasado siglo decía un distinguido médico castellano ante las demandas de los trabajadores de aquellos años inciertos: "Pero a dónde vamos a llegar, si hasta los obreros quieren llevar abrigo". Esa la direccionalidad de los firmantes de estos acuerdos que facilitarán las cosas a Rajoy en estos días venideros, dispuestos a sentar como doctrina que quienes no piensen como ellos o no les faciliten la gobernanza son unos "anormales" obcecados. En otro tiempo, añadirían seguramente algunos calificativos más que explicitaran contudentemente sus criterios de "normalidad".
La "normalidad" educativa.
Todo ello puede verse en lo firmado acerca de asuntos educativos en las páginas 27 y 28 del documento de referencia. Son once las propuestas aprobadas –de la 78 a la 88- y tocan diversas cuestiones de un amplio panorama con graves problemas. Pretenden ser transversales y, más bien, se quedan en la superficialidad, de modo que los asuntos concernidos quedan, en definitiva, tal como han sido legislados o proyectados en estos años. Últimos. Ojalá, de todos modos, que la suerte les fuerafavorable, pero con estos mimbres genéricos e inconcretos difícil, si no imposible, será una construcción coherente y estable de la educación que conviene a los españoles del común. Lo que no impedirá que se publicite ampliamente –por tierra, mar y aire- la bondad de tan feliz acuerdo, supuestamente "histórico" por ser de los pocos que se le conocen al PP en este terreno de lo simbólico.
Independientemente de que habrá que volver a estos acuerdos al ritmo de lo que se adivina, baste observar dos puntos principales. El nº 78, relativo a un "Pacto Nacional por la Educación", da por supuesto que, mientras no se logre, sólo "se congelará el calendario de implementación de la LOMCE en todos aquellos aspectos que no hubiesen entrado en vigor". No reforma prácticamente nada, pues a la LOMCE le queda poco por completarse en su aplicación; la da por válida en cuanto a currículum, selección de alumnos y diversificación y gestión de los centros, y la entiende como punto de arranque de conversaciones futuras. Además, este ítem –junto con el 86- mete en el mismo saco la "igualdad de oportunidades" y el derecho a elegir el tipo de educación y el centro donde escolarizar a los hijos". Las aclaraciones van solamente en la dirección ya conocida de perjuicio a la enseñanza de la mayoría social, la escuela pública: "continuaremos –dice de manera ambigua, aunque clara- respaldando el sistema de conciertos educativos en apoyo a la educación pública y garantizando la igualdad de oportunidades". No menos interés tiene el nº 83, que trata de que se apruebe un Estatuto del personal Docente, que, según dice, ha de estar basado en "el Libro Blanco de la Función Docente". Tal como lo dice, y conociendo los antecedentes y situación crítica a que fue sometido este libro en los estertores del gobierno de Wert en Alcalá 34 –y en los comienzos del aparentemente provisional Gómez de Vigo, siempre en compañía del omnipresente Sr. Marina-, parece que quisieran consagrar como "normal" lo que la LOMCE da por establecido: un tipo de profesorado escolar –e indirectamente, también el universitario- que más bien haga labores de estricto peonaje más que de profesionalidad competente. Cuanto más obediente a las prescripciones y dictámenes que le impongan a través de unos directores o capataces cipayos, mejor. Es decir, que el núcleo del sistema, por mucho MIR que se proponga, no pasa de aparente lavado de cara para seguir donde estaba o, tal vez, peor.
Los "normales" privilegios
En la historia de la humanidad siempre han sido "normales" algunas cosas. Primo Levi, en su alegato contra los campos de extermino nazis, tuvo muy presente la sinuosidad de las relaciones internas que allí se establecían y cómo los que menos se fatigaban derrochaban celo para conservar su posición. "Esto –dice- me llena de ira, aunque ya sepa que está dentro del orden normal de las cosas que los privilegiados opriman a los no privilegiados: es ésta la ley humana que rige toda la estructura social del campo" (Si esto es un hombre, El Aleph, 1998, p. 46). Por eso, no hay vanidad mayor que esforzarse en hacer tragar a los demás los sistemas sociales, morales y políticos, elaborados por unos pocos selectos, ungidos de verdad y razón. Educativamente hablando, no es aceptable, por muy confusos que estemos todos.
Madrid, 29/08/2016
Manuel Menor Currás
Entradas relacionadas:
|
Posted: 30 Aug 2016 02:23 AM PDT
Publicado en eldiario.es
Con esta línea, el PP parecía recular con su polémica ley educativa. Pero en realidad ni está renunciando a nada ni Ciudadanos le ha arrancado ningún compromiso concreto, más allá de que a ambos les haya servido para vender estos logros. Esto es así porque la LOMCE, con todos sus aspectos centrales, están ya en vigor. No queda nada por paralizar. Quedan por llegar al aula principalmente dos medidas: las reválidas de la ESO y Bachillerato y que la ley alcance a 2º y 4º de la ESO y 2º de Bachillerato. Aunque estas medidas no se hayan ejecutado todavía porque no ha llegado su tiempo (será este curso), los decretos que las regulan sí están en vigor, por lo que no se ven afectadas por el acuerdo, tal y como confirman también fuentes del PP. " Ese punto del texto [pág 27, punto 78] parece claro", explica un portavoz del partido a este diario. "[Afecta a] las medidas que no hubiesen entrado en vigor. Si las reválidas tal y como están han entrado en vigor, se harán", añade. ¿Se considera en vigor una medida que no se ha ejecutado aún? El Real Decreto que las regula es bastante claro: "La disposición final sexta establece la entrada en vigor del real decreto al día siguiente al de su publicación en el Boletín Oficial del Estado". Esto es, están en vigor desde el 31 de julio aunque haya que esperar hasta el final de curso, en junio, para que se celebren. Para que las reválidas no se lleven a cabo, habría que regularlo específicamente vía decreto. Si nadie hace nada, se harán en junio. "La redacción está igual que en el pacto que se alcanzó con el PSOE en la anterior legislatura, en diciembre", admite el diputado de Ciudadanos Toni Roldán. "Pero es cierto que entonces se aplicaba para este curso que empieza" (aún había tiempo), y sin embargo ahora "es imposible de parar". La idea más bien, explica Roldán, "es que haya un deadline (fecha límite) para que se haga un pacto educativo y hasta entonces no se siga avanzando". Cierto es que este primer año las pruebas no tendrán efectos académicos (en las siguientes convocatorias quien suspenda no obtendrá el título de ESO o Bachillerato) por lo que el Gobierno tendría tiempo para realizar cambios, pero cualquier modificación del sistema sería complicada porque no se pueden derogar sin más.
Derogar el decreto
Aunque el Ejecutivo quisiera, lo cual es poco probable, eliminar las reválidas, no es posible tal y como está establecida la ley. El decreto que las regula ordena al Ministerio de Educación redactar cada curso una orden ministerial para determinar cómo serán las reválidas (el diseño y contenido de las pruebas). "No pueden no hacer la orden sin más, tendrían que derogar el real decreto", explica Montse Ros, responsable de políticas educativas de CCOO. Y la LOMCE ha suprimido las PAU (la selectividad), por lo que las reválidas se han convertido en la prueba que regula el acceso a la universidad y su supresión generaría un nuevo problema porque hace falta algún tipo de criba para ordenar a los alumnos por las diferentes carreras. Este diario ha preguntado al respecto también al Ministerio de Educación qué queda por implementar de la LOMCE, pero todavía no ha habido respuesta. El otro gran aspecto, implantar la LOMCE en los cursos pares de la ESO y el Bachillerato, llega este curso, a partir del 8 de septiembre, y nadie se plantea que no se vaya a realizar. Los cursos están estructurados ya acorde a los nuevos currículos y los colegios organizados, según estas necesidades. Aparte de estos dos aspectos, la LOMCE está a pleno rendimiento, por lo que no queda nada por paralizar. Las reválidas de 6º de Primaria ya se han realizado este año (con reticencias de algunas comunidades autónomas), la distribución de asignaturas por cursos, los currículos, qué materias cuentan para la nota media, etc., está todo más que asentado. Si acaso quedarían, apunta Miguel Recio, director de un instituto madrileño, "algunos artículos que hablaban de ampliar la FP Dual". Pero el propio acuerdo entre el PP y C's habla de "aumentar los recursos destinados a los ciclos de grado medio de FP y seguir impulsando la FP Dual", por lo que parece poco probable que se avance por esta vía. |
Posted: 30 Aug 2016 05:12 AM PDT
Según la Federación de Enseñanza de CCOO han sido los programas más compensadores: Educación Compensatoria, Becas y Ayudas, Educación para Personas Adultas, los que han sufrido una mayor reducción. Y por el contrario, han sido las desgravaciones fiscales, con más efectos en las rentas más altas y las subvenciones, destinadas a familias o centros que escolarizan alumnado de zonas de mayor renta, las que más han crecido, desviándose de esta manera los fondos públicos de su fin compensador y de búsqueda de la igualdad de oportunidades. Para CCOO, la situación del gasto público en España y la evolución en los años que llevamos de la crisis, tiene unas características muy definidas. El Gobierno español se comprometió, a través del Programa de Estabilidad 2016 (1), a reducir el porcentaje dedicado a gasto público educativo pasando del 4,15% de 2012 al 3,89 en 2016 volviendo a un nivel de gasto de los años 80. Sin embargo, en 2012 se dedicó el 4,43% y en 2014 descendió al 4,28% (2); los incrementos del Presupuestos del MEC para 2015 y 2016 se basaron en buena medida en operaciones financieras, excluidas del cálculo del porcentaje del PIB, y fueron muy escasos. Por otra parte, en 2016 el gasto de las administraciones educativas creció ligeramente sobre el de 2015, situándose muy cerca del 4% del PIB: un 20% menos que al inicio de la crisis. Sin embargo, el gasto privado educativo, sí que ha crecido. Para CCOO una de las características más significativas es que el gasto público educativo ha perdido en equidad, pues han sido los programas más compensadores: Educación Compensatoria, Becas y Ayudas, Educación para Personas Adultas los que han sufrido mayor reducción. Y por el contrario, han sido las desgravaciones fiscales, con más efectos en las rentas más altas y las subvenciones, destinadas a familias o centros que escolarizan alumnado de zonas de mayor renta, las que más han crecido, desviándose de esta manera los fondos públicos de su fin compensador y de búsqueda de la igualdad de oportunidades. CCOO también denuncia que el gasto de la llamada Formación Ocupacional, que se computa como gasto público educativo, esencial en una época de tan alto paro, especialmente juvenil, haya reducido a menos de la mitad su peso en el PIB entre 2009 y 2014, pasando el 0,16% al 0,7%, véase tabla 11.1 (2) Para CCOO esta situación es anómala en el marco de la UE y de la OCDE. En una situación de retroceso del PIB, el gasto público educativo en España ha sido uno de los principales perjudicados por los recortes, a pesar de que la crisis ha retenido en las aulas o hecho volver a ellas a los jóvenes, incrementando las tasas de escolarización. Así sale en Educacion at a glance 2015, del que se recoge este cuadro del indicador B2.4 (pag. 247 edición francesa):
Puedes descargar la Nota de prensa con gráficos en fe.ccoo.es.
Publicado en www.fe.ccoo.es/ensenanza/
Entradas relacionadas:
|
Posted: 30 Aug 2016 05:34 AM PDT
Publicado en eldiario.es
El gasto público en Educación aumentó por primera vez en 2014 desde que Mariano Rajoy llegó a la Moncloa tres años antes. Y el Ministerio que dirige Íñigo Méndez de Vigo se felicita ahora –cuando ha cerrado la estadística de ese año– por esa subida, del 0,1%, en una nota de prensa en la que presentan un resumen de los datos definitivos de las cuantías que se gastaron en esta materia en ese año. El Gobierno habla de un "cambio de tendencia después de los ajustes" tras la subida del gasto total de 44.491 millones de euros a 44.518. La cifra aumenta en 26,7 millones, y eso es una buena noticia para el Ejecutivo. La otra cara de esa moneda, la menos amable, es que desde 2011 la cifra total había caído en 5.826. Los números que aporta la estadística de Educación no están ajustados a la inflación. Según ha calculado eldiario.es, con el ajuste pertinente no se produciría crecimiento en el gasto público entre 2013 y 2014. Por el contrario, se observa un descenso en la cifra.
En la misma nota de prensa, el Ministerio de Educación avanza subidas del 2,4% y del 3,3% en el gasto en los años 2015 y 2016, aunque de momento los datos no están completos –solo conocemos las previsiones de presupuesto que aportan los presupuestos generales del Estado a la espera de que cada comunidad autónoma –con parte de las competencias transferidas– vaya aportando sus propias cifras. Analizamos y desglosamos los números que sí publica el Ministerio en una estadística con baremos similares a los ofrecidos por carteras homónimas en otros gobiernos de la Unión Europea.
Suben las becas... pero hay más recortes
Las becas son una de las piedras angulares de los presupuestos educativos, un dinero que esperan miles de estudiantes cuyo futuro pende de esta cuantía. El presupuesto en ayudas al estudio, tanto de educación universitaria como no universitaria, se aporta por curso académico, no por año. La estadística de Educación incluye para el año 2014 un aumento de 342 millones de euros en el gasto respecto a 2013 (un 22%). Es el gasto –cuyo cálculo por ejercicio anual (y no por curso) no explica el Ministerio– que más sube: de 1.530 millones a 1.872. Desglosado, son 187 millones más para niveles no universitarios y 49 para niveles universitarios, además de 95 destinados a los estudiantes exentos de pagar la matrícula en las facultades. La estadística también contempla otros 9.200 millones cuyo nivel de destino no está especificado. Este medio ya analizó cómo se han ido distribuyendo desde 2011 las ayudas a los estudiantes, a cuántos llega, de qué enseñanzas y con qué cuantías. También, aunque no con tanto brío, sube el gasto en la administración general. El dinero para educación especial, actividades extraescolares o anexas y formación del profesorado también aumenta aunque mucho más sensiblemente. Las bajadas siguen siendo más numerosas, pese a que el cómputo general queda positivo. Cae el desembolso en Educación Secundaria, Formación Profesional y Educación No Reglada. La peor parte se la lleva la Educación Infantil y Primaria, con un recorte de 127 millones de euros en 2014 respecto a 2013. También desciende el gasto dedicado a Servicios complementarios (comedor, residencia y transporte) y Educación Compensatoria, la Educación en el Exterior y la de Adultos. Los mayores tijeretazos se produjeron en 2014 en los puestos en las universidades (214 millones menos) y en el Ministerio y las consejerías de Educación (247 millones).
Marcadas diferencias entre comunidades
Aunque el Ministerio de Educación es un eje central si hablamos de gasto público, la mayor parte de competencias en la materia están transferidas a las comunidades autónomas, responsables de decidir cómo gestionan su presupuesto.
España, a la cola de la UE
A pesar de la sensible subida, España se coloca con estas cifras en el grupo de países que menos porcentaje de su PIB invierte en Educación, un 4,1%, solo por delante de Rumanía y en la misma situación que Bulgaria Eslovaquia e Italia, según los datos aportados por el propio Ministerio a Eurostat. Los datos que aporta Educación en su estadística no corresponden exactamente con los que proporciona Eurostat para ese mismo año porque la agencia europea barema con los criterios uniformes para todos los países. Hay por tanto entre los datos de la oficina europea y los del Ministerio, a favor de la cifra aportada por este último, de dos décimas (4,28%). La media de la Unión Europea, según estas cifras de Eurostat, se sitúa en un 4,9%. Y por encima de esa cifra escalan los países nórdicos, la vecina Portugal, Malta, Francia, Hungría, Polonia y un largo etcétera. En los primeros puestos de la lista se quedan Islandia y los países nórdicos, con un 7,7% del PIB destinado a la educación de sus ciudadanas y ciudadanos.
Ver gráfico: Gasto público en Educación respecto el PIB entre los países europeos en 2014
Entradas relacionadas:
|
Posted: 30 Aug 2016 05:40 AM PDT
Ariadna nos envía este artículo publicado en ariadnaggarcia.blogspot.
El actual sistema de acceso a la enseñanza pública nos equipara a los profesores con los atletas. Cada dos años –últimamente la convocatoria es incluso anual– nos obliga a asistir a una prueba para demostrar nuestra valía, ignorando las marcas –las notas– alcanzadas los años previos. Pero tal equivalencia es un auténtico error. En la prueba de los 100 metros lisos de los campeonatos del mundo hay que demostrar cada dos años quién es la mujer o el hombre más veloz, no te guardan la marca de una cita para otra. Es una prueba que evalúa el presente. No sanciona quién tiene aptitudes para la velocidad o el atletismo, sino quién es el atleta imbatible ese año. Esto es así porque la fortaleza del cuerpo se deteriora muy rápido. La vida de un atleta es efímera y apenas dura un tiempo. ¿Pero qué pasa con la vida profesional de los profesores? ¿Por qué tienen éstos que examinarse cada dos años, igual que los velocistas o los lanzadores de disco? Los conocimientos demostrados en una oposición se almacenan en la memoria durante décadas. No se desgastan ni se debilitan con la edad. ¿Entonces? Las oposiciones de enseñanza secundaria no deberían estar pensadas para saber quién es el mejor opositor en una determinada convocatoria, sino para saber quién reúne los conocimientos, las habilidades y las destrezas que le vayan a servir para toda su carrera docente, que se puede prolongar durante más de treinta años. De lo contrario, si sólo importa lo que seas un año concreto, una convocatoria precisa, entonces nada exime al claustro en su conjunto (funcionarios interinos, en expectativa y de carrera) del deber de demostrar su valía en una prueba externa que lo examine curso tras curso hasta el día de la jubilación. ¿Por qué sobre los profesores interinos –la mayoría hemos aprobado la oposición de secundaria varias veces, y con muy buenas notas– recae la sospecha de que puedan perder conocimientos y aptitudes de un año para otro, y sobre los funcionarios de carrera, no? ¿Qué malformación genética se desactiva cuando se consigue la plaza? Lo mismo el profesor interino no tiene ninguna tara genética, y como el funcionario de carrera, posee una gran capacidad de almacenaje de información, de entusiasmo, de adaptación y de innovación, de modo que no tiene porqué pasar año tras año por los campeonatos de las oposiciones, porque sus facultades intelectuales y pedagógicas ni se desgastan con la edad ni se menoscaban, ni se pierden, ni se deterioran. Por eso, es necesario el NAD, un nuevo acceso a la función docente más razonable y justo que el tenemos ahora. El NAD pide la no caducidad de notas de los opositores, de modo que se les sume la nota de baremo (según los criterios de ponderación estatales) para entrar directamente en la lucha por una plaza. La Educación Pública ganará en calidad en cuanto la administración deje de jugar con la vida de sus profesores; liberados de una oposición que ya han aprobado tendrán más tiempo para invertir en sus estudiantes, más ánimo y más energía que la que ahora les agota una prueba absurda que ya han superado varias veces. |
Posted: 30 Aug 2016 03:28 AM PDT
Publicado en eldiario.es
El contrato, con un valor estimado de 775.655 euros que finalmente se queda en menos de la mitad, se ha adjudicado para el mantenimiento durante dos años de estas zonas comunes verdes que comparten la embajada y la cancillería. Es decir, no se destina a un lugar de uso particular del exministro y, según ha comprobado este medio, tiene un coste similar al del cuidado de las mismas zonas en otras embajadas. La información –publicada el martes por La Vanguardia– apareció en varios medios y aún se movió más rápido en redes sociales, hasta el punto de que Wert se convirtió en trending topic. Pero el jardín es lo de menos. ¿Cómo es la nueva vida del exministro? ¿Cuánto dinero emplea el Estado en pagar su trabajo y su estancia en la capital francesa? Con los datos públicos no es posible calcular el salario total que percibe el que fuera el ministro "peor valorado" del Ejecutivo de Mariano Rajoy, al frente durante tres años –hasta julio de 2015– de la cartera de Educación. El sueldo inicial asociado a este cargo en 2014 era de 60.846 euros brutos. A esta retribución anual se suman al menos: un complemento de destino y un complemento específico, además del pago del coche con chófer, gastos de representación y la residencia. El alquiler del apartamento de 500 metros cuadrados, donde trabajan dos personas de servicio, tiene un coste de 11.000 euros al mes. Además de esta ristra de extras, el salario de los embajadores se debe multiplicar –según consta en el real decreto que regula el particular sistema de retribuciones del cuerpo diplomático– por dos módulos: el de equiparación al poder adquisitivo y el de calidad de vida. El segundo índice crece a medida que lo hacen factores "como lejanía, clima, insalubridad, incomunicación, situación de violencia o guerra, inseguridad ciudadana, y otros similares que puedan disminuir la calidad de vida del funcionario en relación a España". Ninguno de estos índices es público.
Un destino "codiciado"
Este medio ha preguntado sin éxito por la agenda de José Ignacio Wert al Ministerio de Asuntos Exteriores. En términos generales, según la web de esta cartera, el embajador español ante la OCDE tiene la función de "representar y defender a España ante los distintos órganos de la OCDE, exponer y defender la posición del Gobierno español en el Consejo, en los distintos comités y en los grupos de trabajo y participar en la dirección y gestión de la organización". El destino donde Rajoy colocó a Wert es, según fuentes consultadas, uno de los más codiciados. Como ministro, el ahora embajador tenía asignada, según consta en el Portal de Transparencia, una retribución anual de 68.981 euros brutos al año. Su nombramiento en el nuevo cargo tras su salida se efectuó directamente tras aprobarse en Consejo de Ministros el 31 de julio. Al pasar a formar parte de un organismo internacional, no requiere del plácet del otro país –manifestación que hace el Estado receptor de que no tiene nada que oponer a la persona que el Estado solicitante se propone nombrar–, necesario en el caso de los embajadores ordinarios. Al final de su etapa al frente de la cartera de Educación, Wert y Gomendio –ya exsecretaria en ese momento– se alojaron durante un viaje privado en una residencia del Ministerio con plazas limitadas reservadas para investigadores, estudiantes y profesores que necesitan alojamiento por motivos docentes o de investigación, según el reglamento. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario