Ya empiezan a aparecer en las redes determinados artículos y/o vídeos que hablan sobre el aprovechamiento educativo de la moda de esos aparatejos que, da la sensación, se han adueñado de muchas aulas y patios. Ya, como no puede ser de otra manera, hay personal que tiene ganas de sumarse al carro y permanecer en esas modas efímeras de propuestas educativas cortoplacistas o, simplemente, plantear siempre una vertiente educativa a cualquier cosa. Pues va a ser que, tanto en este caso, como en la mayoría de inventos, invenciones o presunciones, la realidad es que se trata de un simple elemento de juego que, al igual que sucedió con las canicas, la peonza o el yoyó, va a tener su época de apogeo y, cíclicamente, va a irse reinventando cada cierto tiempo para volver a aparecer en nuestros contextos educativos en unos años.
Fuente: Flickr CC
La verdad es que me preocupan aquellos que quieren encontrar en todo una vertiente educativa cuando, lo único que pretenden nuestros alumnos al jugar con determinadas cosas, es pasárselo bien. Intentar juzgar y controlar espacios y tiempos donde, por suerte, los chavales tienen todo el derecho a jugar a su ritmo y sin injerencias externas, es digno de un modelo muy perverso de educación. No, no todo tiene que ser educativo ni es necesario sacar las potencialidades educativas de todo lo que sucede socialmente o los juegos que, como en este caso, han aparecido y experimentado un uso más que exponencial. El objetivo de la escuela y del sistema educativo no es reformular determinadas acciones sociales de los niños para reconvertirlas en escenarios de aprendizaje, es dotar de posibilidades futuras al alumno usando las mejores herramientas posibles. Y una herramienta, por mucho que esté de moda, no debe ser encumbrada a ser tratada como lo que no es. Pero, ¿a qué estamos jugando? Bueno, ¿a quién le interesa empezar a desmontarlo todo por tener la necesidad de ir haciendo en función de lo que dicten las modas? O bien es alguien con problemas profesionales o bien, alguien que se beneficie vendiendo soluciones milagrosas de duración determinada. Que lo de montar libdubs, mannequin challenges o, simplemente, jugar con el robot de turno no tiene demasiado sentido para una concepción global del aprendizaje más duradero. Lo efímero es efímero por mucho que algunos se empeñen en usarlo como realidad imperante.
A un docente le deberían importar poco las modas, más allá de entenderlas, y sí la adaptación a las necesidades de sus alumnos para dotarles de estrategias a medio o largo plazo. No debería ir perdiendo el tiempo incorporando novedades, producto del márqueting o de la rápida mediatización de algunos productos, y sí intentando usar aquello de lo que va a disponer en un período temporal más amplio. Que algo, porque sea actual o moda, no es mejor ni debe plantearse como mejor. Hay clásicos buenos y malos. Hay modernos que, por desgracia, son más clásicos de lo que se creen. Y, finalmente, hay aquellos que, al no tener claro en qué consiste la educación, deben jugar siempre a atender una realidad gaseosa y cambiante por no saber cómo gestionar su aula.
¿Es interesante hacer una competición de estos aparatejos giratorios en horario de Educación Física? ¿Puede ser positivo construirlos en Tecnología? ¿Tiene sentido analizar la velocidad de giro en Física? O, ¿por qué no vamos a escuchar un vídeo sobre el producto en Inglés? Ya, uno puede tener la creatividad a tope y plantearse miles de posibilidades pero, ¿es necesario? ¿Es necesario coger todo lo que nos están vendiendo y adaptarlo para usos educativos? Creo que, quizás, esto de innovar se nos está yendo de las manos y estamos perdiendo el norte educativo. Más aún cuando se sabe que, al final, no es tanto la herramienta como las estrategias de adaptación al alumnado. Eso sí, queda muy bien empezar a usar estos Spinners en el aula, ir de innovadores y justificarlo bajo la necesidad de hacerlo porque están en el contexto de nuestros alumnos.
Por cierto, estoy preparando una presentación sobre el ransomware que ha afectado estos días a nivel mundial para mis alumnos de FP Básica. Ayer mis alumnos me lo pidieron por whatsapp y creo que puede ser interesante que sepan qué ha pasado y por qué. Algo que tiene muy poco que ver con la necesidad de usar o planificar el diseño de actividades porque alguien ha vendido un determinado producto. No es cuestión de conocer la herramienta, es cuestión de saber informarse y transmitir esa información. A eso, en mi opinión, se le llama docencia, a lo otro (...).
Cada uno que haga lo que quiera pero, ¿creéis que es necesario encontrarle un sentido educativo a todo? Conviene, a veces, dejar jugar a los chavales sin injerencias permanentes. Todos hemos sido niños y jóvenes... ¿es que ya lo hemos olvidado?
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