Déficit de atención/inatención
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Posted: 31 Jul 2012 07:27 AM PDT
La comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos es frecuente en el TDAH en las diferentes etapas de la vida. Se considera que el 60-70% de adultos presenta otro trastorno psiquiátrico conjuntamente con un TDAH. Destacan los trastornos depresivos y ansiosos, las drogodependencias, los trastornos de personalidad y los tics.
El hecho de presentar dos trastornos puede complicar tanto el diagnóstico como el tratamiento del TDAH. Probablemente, el mayor problema será que no se diagnostique el TDAH cuando el motivo de consulta es otro. Un paciente cualquiera puede ser un ejemplo claro de esta dificultad para establecer el diagnóstico de TDAH cuando el motivo de consulta es otro distinto.
Pedro, varón de 39 años, separado desde hace 7 años, sin hijos. Convive actualmente con sus padres en la ciudad. Se trata de una persona que acude a una unidad hospitalaria por dependencia de cocaína y heroína de larga evolución. Tiene estudios primarios (Certificado de Escolaridad). Ha iniciado otros cursos específicos (Formación Profesional especialidad en mecánica, mecanografía,...) aunque los abandonó antes de finalizarlos. A nivel laboral, tiene una historia de cambios frecuentes de trabajo. Actualmente trabaja como transportista.
Con referencia a su historia de consumo de drogas, Pedro empieza a fumar a los 14 años y consume actualmente 40 cigarrillos diarios. Inició el consumo de alcohol a los 16 años bebiendo de forma ocasional. Fumador de cannabis desde los 15 años hasta la actualidad. Inició el consumo de cocaína a los 16 años y cumplía criterios de dependencia desde los 22. Consume con frecuencia, entre 10 y 20 veces al mes, tanto inyectada como fumada. Empezó a consumir heroína a los 18 años a razón de 2-3 dosis diarias. Actualmente se encuentra en tratamiento en el marco de un programa de mantenimiento de metadona.
De hecho, las drogodependencias son uno de los diagnósticos que se presentan con más frecuencia asociado al TDAH. La hipótesis de la automedicación es una de las explicaciones a este fenómeno. Desde este punto de vista, se considera que un paciente podría consumir sustancias para intentar paliar el déficit y/o malestar producidos por un trastorno psíquico. En cualquier caso, sea cual sea la relación entre ambos trastornos, es importante tener en cuenta que su presencia co-mórbida tendrá implicaciones respecto a la evolución y pronóstico, y que deberán tratarse ambas problemáticas.
Otro tipo de problemas adictivos que se observan con frecuencia en el TDAH son la ludopatía y la adición a Internet. El conocimiento de las características clínicas que tiene el TDAH y su tratamiento pueden ser de ayuda para el control de estos otros trastornos.
En los últimos años existen más estudios que reconocen la coexistencia entre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad y el Trastorno Bipolar. El Trastorno Bipolar es un trastorno del estado de ánimo que simultánea períodos de bajo estado de ánimo con otros períodos de elevado estado de ánimo, euforia o expansión. No obstante, este diagnóstico comórbido entre TDAH y Trastorno Bipolar presenta cierta controversia.
Uno de los motivos que más ha dificultado la determinación del diagnóstico co-mórbido es la semejanza de alguno de los síntomas presentes en los dos trastornos. Hablar mucho, cambiar de un tema a otro, dormir poco o mostrarse irritable son algunos de los síntomas que se pueden dar de forma independiente en los dos trastornos. El inicio de los síntomas, la cronicidad del trastorno versus los períodos de hipomanía o manía, la constatación de que los síntomas inatención/hiperactividad son constantes independientemente de los cambios de humor, serán datos de vital importancia para realizar diagnósticos más precisos. Los pacientes con un diagnóstico de Trastorno Bipolar y TDAH tienen un pronóstico de enfermedad más grave que los Trastornos Bipolares solos, presenta mayor prevalencia de co-morbilidad con otros trastornos psiquiátricos y mayor dificultad para la estabilización del tratamiento.
Entre un 10 y un 40% de los adultos con TDAH también presentan un trastorno de ansiedad o depresión. En algunos casos la ansiedad y/o la tristeza serán el motivo de consulta al médico de familia o al psiquiatra.
Según el modelo cognitivo de Safren, el paciente con TDAH presenta unas alteraciones neurobiológicas que afectarán directamente a los síntomas claves del TDAH. Será un sujeto que desde muy pequeño presentará problemas de inatención, hiperactividad e impulsividad. Si no son tratados correctamente, estos síntomas clave del TDAH llevarán al sujeto que los padece a tener un bajo rendimiento escolar, dificultades en las relaciones sociales y dificultades familiares que a la larga se irán percibiendo como una historia vital de fracasos personales y sociales.
Estos fracasos constantes y mantenidos a lo largo de la vida llevarán sin duda la sujeto a tener una serie de pensamientos y creencias totalmente disfuncionales del tipo: "soy un inútil", "no sirvo para nada", "es mejor que no empiece nada porque fracasaré",... A este tipo de pensamientos se le une una dificultad real para utilizar estrategias compensatorias de organización, planificación,... Todos estos problemas que presentan algunos de los sujetos con TDAH no tratado se traducirán en alteraciones del humor como ansiedad, depresión, culpabilidad o rabia. En estos casos, estas alteraciones del humor son un ejemplo claro de las consecuencias de no tratar los síntomas y las dificultades que lleva asociado el TDAH.
Los tics motores y fónicos son una de las características principales del Trastorno de Tourette, aunque no son la única manifestación clínica del mismo. Con elevada frecuencia, otros trastornos pueden interferir de forma significativa en la calidad de vida de las personas que lo padecen.
La evolución temporal del Trastorno de Tourette muestra una tendencia a la remisión de los síntomas con el paso de los años. A pesar de ello, un grupo de pacientes presentarán tics durante la adolescencia y la edad adulta. En estas etapas de la vida se pueden presentar además otros trastornos de tipo psiquiátrico. Uno de los más frecuentes es el TDAH. La frecuencia con que se presenta el Tourette asociado al TDAH en la adolescencia y edad adulta obliga a realizar de forma rutinaria la evaluación de este último en todos los pacientes con Tourette.
La comorbilidad TDAH y Tourette tiene un origen multifactorial, destacando los factores de tipo genético. Los estudios indican que existe una vulnerabilidad genética común entre ellos, de forma que la presencia de uno predispone a un mayor riesgo a sufrir el otro. El tratamiento deberá adaptarse a la situación clínica del paciente, teniendo en cuenta los dos trastornos.
Según el DSM-IV-TR, un trastorno de la personalidad es un patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de lo esperable por la cultura del sujeto. Tiene su inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o prejuicios para el sujeto. Es decir, un patrón de personalidad estable y desadaptativo que comporta deterioro a la persona que lo padece.
Dentro de los 10 trastornos específicos descritos en el DSM-IV-TR, el TDAH se asocia más comúnmente al diagnóstico de Trastorno Antisocial de la Personalidad (TAP) y al Trastorno Límite de la Personalidad (TLP).
La característica esencial del TAP es un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás, que comienza en la infancia o el principio de la adolescencia y continúa en la edad adulta. Este patrón, también denominado psicopatía o sociopatía, se caracteriza principalmente por el engaño y la manipulación. Más prevalente en hombres que en mujeres, se encuentra más asociado al TDAH de tipo hiperactivo-impulsivo o combinado y también se suele dar asociado a trastornos por consumo de sustancias.
A diferencia del Trastorno Antisocial, el Trastorno Límite de la Personalidad se diagnostica de forma más prevalente en mujeres. El TLP se caracteriza por un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la afectividad, y por una notable impulsividad que comienza y que se manifiesta en diversos contextos.
Finalmente, otro trastorno de la personalidad co-mórbido con el TDAH es el Trastorno Obsesivo de la Personalidad. Está definido por una preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia. Las características esenciales del trastorno obsesivo de la personalidad parecen ser generadas como estrategias compensatorias a los síntomas claves del TDAH, como dificultades para organizarse, despistes y olvidos.
Los trastornos de la conducta alimentaria comprenden la anorexia nerviosa, la bulimia o el trastorno por atracones. Estas patologías son características, aunque no exclusivas, de las mujeres. Precisamente en las adolescentes con TDAH se ha observado un mayor riesgo de presentar estos trastornos tres veces mayor en comparación con la población general. El por qué de esta asociación todavía está en estudio, pero es probable que los problemas de organización y planificación, la dificultad para mantener una constancia en la dieta y la impulsividad, tengan un papel importante.
NOTAS CLAVE:
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