"En el primero año de vida nos empeñamos en enseñarle a los niños a andar y a hablar, y en los siguientes a sentarse y estar callados."
"Con los niños hacemos las cosas al revés, cuando son pequeños los forzamos a moverse como los mayores sin darle tiempo a que ellos mismos descubran sus posibilidades motrices, y luego cuando crecen le explicamos y ejercitamos aspectos del esquema corporal, que por sí mismos, ya deberían tener asentados y consolidados."
Llevamos varios días reflexionando sobre estas afirmaciones, desde que el pasado sábado asistimos a una jornada formativa organizada por la
Red de Escuelas (0-3) Galiña Azul. Nos invitaron porque sabían de nuestro interés por las prácticas desarrolladas en el Instituto Pikler-Lóczy de Budapest, y en esta ocasión contaban con la presencia de dos voces autorizadas: la que había sido su última directora antes del cierre de la institución en el 2011,
Eszter Mózes; y la profesora de la UB,
Teresa Godall, quien realizó su tesis de doctoral sobre esta Casa Cuna, fundada en 1946 por la
pediatra húngara Emmi Pikler. Desde estos enlaces, de la asociación
Euskal Herriko elkartea y de
Rosa Sensat se puede acceder a mucha más información, sobre cómo surgió, así como sobre sus principios.
Nos hablaron de la hipótesis y convicción de Pikler, que parte de la idea de que teniendo relaciones estables, vivencias ricas, cuidados de calidad, el lactante puede desarrollarse sin la intervención directa del adulto en el campo de la motricidad y del juego. Tenemos que superar nuestros prejuicios y entender que los pequeños son competentes y que necesitan ser tratados como personas (de verdad).
Desde
este enlace se puede acceder a la publicación "Moverse en libertad. Desarrollo de la motricidad global", de Emmi Pikler y a la película "Lóczy, un hogar para crecer".
Creemos que puede ser altamente interesante para todas aquellas personas que tienen trato con los pequeños, familias, cuidadoras, educadoras y maestras de infantil.
Nunca dejamos de insistir en la idea de que, por lo general, tratamos el ciclo 0-3 como si no tuviese nada que ver con el 3-6, cuando en realidad, somos de las que pensamos que debería ser 0-6. De no ser por experiencia propia, pocas maestras y pocos centros de segundo ciclo de infantil tratan de conocer que es lo que sucede en la etapa anterior, a que dedican su tiempo, o cuál es el background que traen los niños cuando llegan a nuestras manos. Y no digamos ya de conocer cuáles son las prácticas innovadoras que se desarrollan en esta etapa. Parece que lo tenemos a menos. Una verdadera lástima, cuando los niños/as son los mismos, sólo que con un par de años más.
Al final de la conferencia le manifestamos a Teresa Godall que entendíamos podía haber mucha transferibilidad de algunos de los principios de Emmi Pikler a nuestra etapa, algo con lo que ella concordó, aún insistiendo en la la práctica Lóczy se dirige a lactantes.
Por si fuese del interés de alguna persona o grupo, en el Instituto Pikler contemplan la posibilidad de visitas de estudio, con la ventaja de que se comunican en perfecto español.
No podríamos finalizar sin agradecer al
Equipo de Atención Educativa la oportunidad que nos brindaron, y sin instar a leer más y ver los vídeos sobre Pikler-Lóczy.
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