La verdad es que hay ámbitos en los que se hace realmente fácil convertirse en un experto. Uno de ellos es el educativo. Ámbito en el cual, por el simple hecho de haber estudiado en un sistema educativo reglado, ya tienes la capacidad previa para poder saber del tema. Una gran cantidad de años ocupando sillas más o menos incómodas (¿quién no se acuerda de ese homogéneo verde?) que ya nos dotan de una capacidad absolutista para convertirnos en los grandes gurús del tema.
Lamentablemente, la opinología no te hace automáticamente gurú. Es por ello que conviene diseñar la estrategia para convertirse, en unos pocos pasos (por cierto, más desarrollados en mi libro que en breve saldrá), en uno de los grandes expertos a tener en cuenta. Unos pasos que, de forma gratuita, voy a exponer a continuación.
1. Ten cara
Sí, ten cara, morro o rostro. No hay un mejor sistema para ser gurú educativo que tener la capacidad de ir soltando barbaridades educativas sin pestañear. Que a mayor profusión de animaladas contadas con aplomo más de uno cae en las redes de tu estrategia. No hace falta disponer de ninguna certificación que avale tus capacidades, es simplemente cuestión de autocertificarte en lo que consideres. Que necesitas hablar de pedagogía... nada, sacas de la chistera la frase "no me he certificado en ninguna Universidad porque considero que las Universidades no enseñan nada". Que necesitas hablar de TIC... simplemente recordar tus pinitos con tu Amstrad y hablar de tu temprana afición con el tema. Que lo de la programación se aprende por ciencia infusa. Y, además, la mayoría del auditorio interesa que no entienda nada de lo que dices.
2. Usa conceptos ininteligibles (y si son en inglés, mejor)
Conviene usar conceptos educativos de moda. Que si MOOC, que si ABP, que si b-learning, que si... Cualquier concepto es válido siempre y cuando se exprese en forma de siglas o en su anglicismo pertinente. Y si en ocasiones se tiene la capacidad de inventar nuevos vocablos que se difunden ampliamente por la red hasta convertirlos en novedad... un puntazo. Adórnate mediante frases lapidarias y, como no, cita a la mayoría de autores que te suenen (o que veas que son de los que se habla). Que citar a Freinet, Montessori u otros últimamente da mucho rédito guruseril.
3. Lee o hazlo ver
Suscríbete a blogs educativos, empápate de la lectura en foros, deja comentarios, critica mesuradamente en las redes sociales. Compra algún libro que, incluso que no leas, puedas tuitearlo para decir lo culto que eres.
4. Cuestiona y desprestigia
Intenta desprestigiar a todos aquellos profesionales que, por desgracia, van a cuestionarte. Limita el daño que pueden hacerte sus comentarios. Búscate un club de fans para que te adoren y sobeteen. Márcate algún detalle para intentar hacer ver que eres humano y que, alguna vez puedes bajar de los altares en los que te has encumbrado falsamente.
5. Usa las redes sociales y créate un blog
Twitter y Facebook van a ser tus grandes aliados. Si a las anteriores le añadimos unblog donde vas a escribir acerca de todo lo relacionado con el aula (que, por cierto, no vas a pisar casi nunca -si es que alguna vez lo haces-) a tienes una base sólida para hacer corrillo. Es importante presentarte como experto o evangelizador pero sin que se note. Si te equivocas, no rectifiques. Rectificar es sinónimo de debilidad para los gurús.
6. Véndete y miente
Vende que eres uno de los grandes expertos. Preséntate en diversos encuentros educativos. Establece redes con profesionales de solvencia contrastada. Haz algún material de uso educativo para compartirlo de forma gratuita (si lo pillas en inglés y lo traduces, te ahorras el tener que pensarlo). Miente en las relaciones que posees. Habla de tus relaciones con tus "colegas" y "amiguetes" incluso que no los conozcas de nada. Haz una campaña de marketing similar a la de un suplantador de identidad.
Si todo va bien y sigues este plan durante tres meses serás considerado el gurú educativo top one en el ranking. Podrás vender basura educativa y, como no, patrocinar hasta ropa interior de Woman's Secret en tu blog. Todo es cuestión de trabajárselo, seguir el plan y, como no, tener una cara más dura que el hormigón armado.
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