Reconozco que, por suerte, debido a la interacción en las redes sociales se me presentan posibilidades que, en caso de no estar inmerso en ellas, no podrían darse. Éste ha sido el caso de mi asistencia a unas sesiones de trabajo en Valencia que organizaban orientadores educativos de diferentes partes del territorio nacional. Unas sesiones de trabajo que, curiosamente, no han sido ni masivas ni difundidas ampliamente por la red. Algo que sucede cuando se ofrecen esos saraos multitudinarios que, a pesar de ser muy bonitos, sirven mayoritariamente para que alguno recargue las pilas para el curso que viene y que se sienta acompañado por compañeros que hacen cosas muy interesantes en sus centros.
He tenido la posibilidad de ver cómo trabajan los orientadores. Qué tareas realizan y algunos ejemplos que se están dando en diferentes partes del territorio. Sí, la orientación educativa es un tema que, para el resto de compañeros de otras especialidades, tiene mucho de desconocido. No son los "chicos que vienen a vigilar el cumplimiento de la LOGSE" (tal y como muchos aún siguen pensando en los centros). Son unos compañeros que realizan una labor imprescindible en nuestros centros educativos. Sí, ya sabemos que hay orientadores buenos y malos pero, lo anterior no es óbice para no tener en cuenta la potencialidad que nos ofrece dicha figura.
Ponga un orientador en su centro. Póngalo y haga transparente su trabajo. Dos de las conclusiones que he extraído de esas jornadas de trabajo maratonianas que, a pesar del calor extremo, se han llevado a cabo entre orientadores de un altísimo nivel. Los compro. Compro a cualquiera de ellos para mi centro educativo. No es cuestión banal saber que, más allá de las puertas que, en demasiadas ocasiones se encierran, hay un trabajo que implica la posibilidad que algunos alumnos puedan mejorar en sus habilidades competenciales e, incluso, obtener una salida profesional lo mejor posible. Orientación profesional. Orientación que, no es tan fácil como parece a simple vista y que va a depender de muchos parámetros más allá de lo que puedan cuantificarse y reflejarse en un boletín de notas.
Sinceramente, un orgullo para alguien que desconocía gran parte de su labor y que, por suerte, ha tenido la inmensa fortuna de poder asistir, de forma nada encubierta, a una de esas sesiones de trabajo que son de lo más útil que existen.
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