La guerra les expulsó de sus hogares, hoy están sin comida, sin agua, sin hogar... y ahora, además, con nieve y temperaturas bajo cero. Hay fenómenos que no podemos controlar, pero paliar sus consecuencias SÍ está en nuestra mano.
Un año más vemos cómo miles de niños y niñas, refugiados y migrantes, están sufriendo las inclemencias del invierno atrapados en los Balcanes o Grecia. Una crisis con rostro de niño en la que ellos, los más vulnerables, no están siendo la prioridad. Esto está ocurriendo en nuestra casa, dentro de Europa.
Detrás de esta situación hay algunas explicaciones, pero nada justifica lo que está pasando.
¡Necesitamos unir fuerzas para cambiar esta situación cuanto antes! Comparte si a ti también te indigna que haya niños durmiendo en la nieve.
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