Hoy queremos reflexionar sobre un tema que de partida ya nos supone posicionamentos contrarios. Se trata del absentismo escolar en educación infantil.
Para comenzar apuntamos cuál es nuestra opinión en cuanto a la escolarización en educación infantil:
1º Estamos de acuerdo con que no se considere una etapa obligatoria.
2º Aun escolarizados, no creemos en la necesidad de períodos tan prolongados con la rigidez horaria que se le aplica, 5 horas lectivas y 30 minutos de recreo para niños de 3-6 años no tiene sentido.
3º Respetamos la decisión de algún padres/madres que teniendo debidamente atendidos a sus hijos/as, deciden no escolarizarlos. Nos referimos tanto a los que se apuntan al
homeschooling,
unschooling, el
whitout schooling, o a aquellos que sin adherirse a ningún movimiento, deciden no supeditarlos a la tiranía de los horarios, normas, condiciones, etc.
4º No siendo partidarias, entendemos que la educación infantil, en algunos casos supone una compensación, un respiro para niños en situación familiares de riesgo.
5º Sabemos que a pesar de las estadísticas muestran que los niños escolarizados en educación infantil obtienen mejores resultados académicos en las etapas posteriores, en los países a la cabeza de las evaluaciones internacionales externas no escolarizan a los pequeños hasta los 6-7 años.
Aun atendiendo a lo anteriormente expuesto, y justo en este momento en el que se están manteniendo reuniones informativas con las familias del alumnado que ingresará el próximo cursos, creemos que se les debería hacer saber que si deciden escolarizarlos tendrían que aprovechar debidamente esa plaza escolar que ocupan.
Lo que vamos a decir puede que sólo les afecte a un pequeño número de centros, como en los que nosotras trabajamos, con mucha demanda de plazas y largas listas de espera.
Las razones que nos llevan la esto:
1º Cuando se disfruta del derecho de tener una plaza escolar en un centro público hay que asumirlo con todos los deberes que esto supone, de lo contrario, sería mejor que le dejaran la otro/a aprovechar esa oportunidad. Ya sabemos que la administración debe ofertar plazas que cubran la demanda existente, pero también sabemos que no siempre hay cercanas al domicilio.
2º Se agrava esto si la atención al niño/a requiere de la intervención de especialistas, PT o AL, ya que estas profesionales organizan su horario en función de ellos y si no asisten, supone una pérdida para otros. Lógicamente estamos a hablar de razones diferentes a cuestiones de salud.
El absentismo escolar en infantil es un terreno delicado e "inexplorado", no habiendo nada estipulado al respeto debido a esa concepción de etapa no obligatoria -que no sin obligaciones-, incluso no hay consenso entre la propia comunidad docente. Hay que se pregunta si se puede comparar el absentismo no justificado con el justificado (motivos de enfermedad), incluso entre el absentismo por motivos culturales o religiosos del que se produce por períodos vacacionales de los progenitores.
No debemos olvidar nuestra responsabilidad, en cuanto a que una ausencia prolongada puede estar ocultando una situación de desamparo o desatención de los niños. Y esto también está sucediendo, por lo que instamos a que:
a) La administración educativa dicte instrucciones sobre el absentismo: medidas, intervención, justificación de faltas, actuaciones en cuanto a notificaciones, evaluación de este alumnado, etc.
b) Que se estreche la relación entre el centro educativo y los servicios sociales de los ayuntamientos, indagando, interviniendo y ayudando a algunas criaturas a tener una mejor calidad de vida.
En algunas comunidades autónomas y/o ayuntamientos ya se hizo, y aquí se hace necesario iniciar algún protocolo de intervención.
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