viernes, 10 de mayo de 2013

¿Parentalidad positiva?




Entrada nueva en InnovArte Educación Infantil Español

¿Parentalidad positiva?

by Ángeles Abelleira e Isabel Abelleira
Encontramos encima de la mesa de la sala de maestros tres documentos sin conexión aparente entre ellos, pero que nos llevan a hacer una reflexión conjunta sobre ellos.
El primero era el folleto informativo de un ayuntamiento con la oferta de campamentos de verano, entre los que se incluían dos categorías: uno para los niños/as de "1º y 2º de Educación Infantil" (confirmamos posteriormente se referían a 4º y 5º, es decir, 3 y 4 años), con una duración de 2 días con pernocta de 1 noche.; y otra para 3º de EI (6º, 5 años), 3 días, 2 noches.
El segundo era un folleto similar de una Universidad, también con la oferta de los campamentos para el verano 2013, que se los ofrecen a niños y jóvenes de entre 3-13 años.

El tercero, una publicación en CD de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), que recoge tres estudios que promovieron en los que analizaron las líneas de actuación destinadas a fomentar las políticas locales de apoyo a la familia, así como orientaciones para favorecer el ejercicio de las responsabilidades parentales desde las corporaciones locales.
Tras la contrariedad que nos produjeron los dos primeros, abrimos el tercero para ver qué se entiende por "políticas locales de fomento de la parentalidad positiva". En el estudio, se dice que siguiendo las indicaciones del Consejo de Europa, se refieren «al comportamiento de los padres fundamentado en el interés superior del niño, que cuida, desarrolla sus capacidades, no es violento y ofrece reconocimiento y orientación que incluye el establecimiento de límites que permitan el pleno desarrollo del niño". Dada la diversidad de opiniones que podrían derivarse de esta directriz, estipulan unos principios de parentalidad positiva que fomentan el bienestar físico y mental de las criaturas, entre los que se recogen:
-Vínculos afectivos cálidos protectores y estables para que los menores se sientan aceptados y amantes.
-Entorno estructurado, que proporciona modelo, guía y supervisión para que los menores aprendan las normas y valores.
-Estimulación y apoyo al aprendizaje cotidiano y escolar para el fomento de la motivación.
-Reconocimiento del valor de los hijos y hijas, mostrando interés por su mundo, validando sus experiencias, implicándose en sus preocupaciones, respondiendo a sus necesidades y a sus capacidades.
-Capacitación de los hijos y hijas, potenciando su percepción de que son agentes activos, competentes y capaces de cambiar las cosas, e influir sobre los demás.
-Educación sin violencia, excluyendo toda forma de castigo físico o psicológico degradante.
Bien, visto esto, nos preguntamos sobre si la oferta de campamentos para niños de 3, 4, 5 años pode ser entendida como una política de fomento de la parentalidade positiva. A tenor de lo que acabamos de leer, no.
Cualquiera que conozca o conviva con niños pequeños sabe que por las noches es cuando más precisan a sus figuras de referencia, de la angustia que sienten por estar solos y de lo que los inquieta no tener a su padre/madre cerca en 24 horas. No hay más que recordar cuando a las familias les surge algún problema, hospitalización, etc, que les impide estar con sus hijos y de cómo esto les afecta. Incluso los episodios de llanto que surgen al largo de las 5, 6, 7, 8, 9 o 10 horas en las que permanecen en el centro y no ven a sus padres.
No quiero que nadie me hable de conciliación, de aprendizaje ni de socialización como argumento que justifique la oferta de campamentos a niños de 3-5 años durmiendo fuera del hogar. Hablemos de egoísmo, de insensatez, de desarraigo, de irresponsabilidad, de maltrato psicológico y de otras lindezas que configurarían una larga lista sobre los padres y madres, que son quienes las demandan desentendiéndose de sus responsabilidades parentales. Y a los ayuntamientos u otras organizaciones preocupadas e investigadoras sobre la parentalidad positiva, les pediría coherencia; cuando menos que no gasten el dinero en estudios que luego vulneran con sus actuaciones. Y ya no les quiero contar lo que me parece como contribuyente que se inviertan mis tributos en ese tipo de actividades mientras se recortan en otros ámbitos prioritarios que tendrían una incidencia más positiva en la vida de los niños y de las niñas.
¿Esto es parentalidad positiva? Para notras, no.
Ángeles Abelleira e Isabel Abelleira | 10/05/2013 en 07:01 | Categorías: RebelArte | URL: http://wp.me/pYgj5-Vz
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