Para una actividad conjunta de nuestro centro, nos pidieron que inventásemos una palabra. Esto que inicialmente puede parecer sencillo, luego descubrimos que no lo es tanto. Y menos con críos de 5 años.
Para inventar una palabra primero hay que saber para qué se quiere emplear y segundo averiguar que no existe ya. Por ello, cada una de las que nos proponían los niños/as, al rato descubríamos que ya estaba en el diccionario. Tras varios intentos cambiamos de táctica.
Volvimos a comenzar preguntándonos dónde nacen las palabras, si caen de las nubes, si salen de las barrigas, si de los huevos, de la tierra, del mar o de los árboles. Las respuestas, "en la boca", "en los libros", "en la punta de los lápices afilados", "en cabeza de los escritores"…, no acabaron de convencer, hasta que una amiga nos dijo que "las palabras nacen de una chispa que salta entre la cabeza y el corazón y sale por la boca". El problema es que a nosotros ese día no nos saltaban chispas, así que tampoco pudimos inventar palabras.
Estábamos atascados, hasta que, como caído del cielo, Sandra nos trajo el libro "
Estrambólicos", de José J. Letria, ilustrado por André Letria, publicado en La Fragatina en diciembre de 2013.
Los "estrambólicos" son unas extrañas criaturas multiformes que pueden cambiar tanto su aspecto como su nombre. En este libro, nos presentan dieciséis estrambólicos al cubo, es decir, 4.096 personajes diferentes que adquieren distintas propiedades y una identidad totalmente renovada con cada transformación. Lo definen como un libro para experimentar con las formas y hacer malabarismos con las palabras.
"*Estrambólicos" retoma la idea de cortar la página en tres partes en cada una de las que se ve un trozo de cuerpo, un párrafo que lo define y una sílaba. Así con cada movimiento de hoja surge un nuevo personaje, con un nuevo nombre formado de tres sílabas y con una nueva definición.
Nos gustó la idea para crear nuevas palabras. Cogeremos unas cuantas palabras originales que cuenten con varias acepciones, las dividiremos y sacaremos nuevas combinaciones.
Ya veremos lo que esto da de sí; si merece la pena continuar o dejar el juego.
Cuando menos ya nos hizo pensar un buen rato.
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