UniDiversidad. El blog de José R. Alonso. |
Posted: 04 Jan 2016 01:32 AM PST
El GABA, ácido gamma aminobutírico, es el principal transmisor inhibitorio en el sistema nervioso: «apaga» o «calma» los circuitos neuronales en los que interviene. Durante mucho tiempo se ha sospechado una relación entre el GABA y los trastornos del espectro autista (TEA) pero, por primera vez, Caroline Robertson de la Universidad de Harvard y sus colegas del MIT han documentado una relación directa entre los niveles cerebrales de GABA y la gravedad de los síntomas de TEA. Es un resultado importante.
Hay evidencias previas que sugerían que algo pasaba con el GABA:
Las investigadoras, las tres son mujeres, reclutaron 41 voluntarios, 21 con un TEA de leve a grave y 20 controles. Lo primero que hicieron fue demostrar que las personas con TEA tienen un marcado déficit en la rivalidad binocular, un proceso básico del sistema visual que se fundamenta, según se cree, en un equilibrio entre excitación e inhibición en la corteza visual. ¿Cómo se hizo? Usando unas gafas binoculares se le mostró a cada participante una imagen distinta en cada ojo. El cerebro lo que hace en condiciones normales es enfocar alternativamente una imagen o la otra y para hacer eso, suprime la percepción de la otra imagen mediante el GABA. Los 21 participantes con TEA eran más lentos para discernir las dos imágenes que los participantes control. Eso refleja la distinta habilidad para suprimir la imagen que compite y es consistente con investigaciones previas que muestran que muchas personas con autismo tienen dificultades con tareas que requieren bloquear sonidos, imágenes u otra información sensorial que actúan como distractores. Más aún, sus puntuaciones encajaban perfectamente con la gravedad de sus síntomas de autismo. A continuación los investigadores usaron una técnica llamada espectroscopía de resonancia magnética para medir los niveles de GABA en el cerebro de cada participante. Entre los voluntarios sin autismo, la habilidad para suprimir la imagen en competencia se incrementaba en proporción directa a los niveles de GABA en su cerebro. Por el contrario los niveles de GABA no mostraban relación con los resultados en el test entre los participantes con TEA, lo que sugiere que la relación entre el GABA y la habilidad para suprimir imágenes está ausente en el autismo y que el cerebro con autismo presenta una disrupción en la señalización inhibitoria. El estudio abre una perspectiva interesante puesto que los niveles de neurotransmisores pueden modularse farmacológicamente lo que hace pensar que una medicación específica podría aliviar los síntomas en personas afectadas por esta discapacidad. Es necesario replicar el estudio y estudiar los cambios en la concentración de GABA en distintos momentos del desarrollo cerebral y de la aparición de la sintomatología del autismo. Para leer más:
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