UniDiversidad. El blog de José R. Alonso. |
Posted: 08 Jan 2016 03:10 AM PST
Con alguna frecuencia me invitan de un cole para que les cuente cosas sobre el autismo. El motivo es siempre el mismo: cada vez tienen más niños en clase afectados por un TEA y quieren saber más. Es una gozada que quieran aprender, que estén decididos a hacer mejor las cosas cada día, que quieran ayudar aún más a sus alumnos. El punto de partida para escribir este post ha sido información diversa:el blog Quirks and Chaos que escribe Lisa Smith, una madre de siete hijos, dos de ellos con necesidades especiales y los consejos aportados por Pat Hensley, una maestra jubilada y Ellen Notbohm. Como en otras ocasiones integro sus comentarios, aporto mi experiencia e intento adaptarlo a nuestra realidad, que no siempre es igual que una clase en los Estados Unidos. Muchos profesores conocen bien estas cosas pero nadie mejor que ellos sabe que un repaso siempre viene bien y quizá para otros pueda ser de utilidad. Estos son los mensajes clave:
El autismo es un trastorno de espectro. Quiere decir que hay mucha variabilidad de un niño a otro. Los maestros y maestras que han tenido algún niño en clase con autismo ya tienen una idea de qué va pero es importante que tengan claro que no todos los niños con TEA son iguales y que van a tener que adaptarse a ese muchacho concreto. Lo que para un niño funcionó el año pasado puede que no sea así este curso y viceversa. A los padres les gustará que les preguntes sobre su hijo, valorarán tu disposición y su información te ayudará a que la clase vaya mejor. El comportamiento es comunicación. Un comportamiento negativo puede ser una forma de queja, un intento de salir de una situación en la que se siente abrumado o necesitado de una respuesta. Ningún niño quiere portarse mal. Intenta encontrar la causa, puede ser útil anotar qué es lo que sucedía antes de ese cambio en el comportamiento, con qué personas estaba, la hora del día, el contexto… Es ideal si consigues encontrar una pauta que te ayude a prevenirlo o evitarlo. Adapta lo que puedas tu enseñanza a su aprendizaje. Aprovecha, como con cualquier otro niño, sus fortalezas y sus peculiaridades. Algunas ideas:
Un respiro puede ser una gran ayuda. Un muchacho con TEA puede beneficiarse de tener un lugar tranquilo donde retirarse y autoregularse. En circunstancias ideales puede ser una esquina tranquila, con cojines y alfombra, con algún libro y un mp3 con audífonos con alguna música favorita. Tras relajarse un poco puede reintegrarse a las tareas de la clase. La comprensión del lenguaje y la expresión verbal son dos cosas diferentes. Muchos niños con autismo entienden mucho más de lo que sus profesores piensan y puede ser que no sea capaz de expresar todo lo que realmente quiere decir. A veces, por el contrario, es capaz de recitar frases largas y complejas pero sin entender en realidad nada de lo que está diciendo. Hace falta interactuar con él y explorar para ver lo que realmente entiende y lo que requiere volver sobre ello. Los niños con TEA son literales. Les cuesta mucho, siempre en general, el lenguaje figurado, el pensamiento abstracto, cualquier cosa parecida a una metáfora. Si en una excursión dices «coged mi ritmo», los otros alumnos entenderán sin problema que tienen que andar un poco más rápido y seguir tu paso pero es posible que ese niño se ponga a buscar el «ritmo» por el suelo. Pasa continuamente y aunque hay momentos divertidos, hay otros que son frustrantes. Cuidado con las frases hechas como «hablar por los codos» o «dormirse en los laureles». No suelen entender el sarcasmo. Si al pasar junto a tu mesa tira los papeles y dices «¡Genial!», puede pensar que ha hecho algo bien e intentará repetirlo. También sucede con preguntas que en realidad son instrucciones. Es decir, si le dices «¿Quieres leer la siguiente página?», la respuesta puede ser «no». Si lo que quieres es que lea, díselo y mejor para todos. Una frase como «has dejado el pupitre muy desordenado», para él es la descripción de un hecho y de ahí no se infiere necesariamente que lo tiene que ordenar. Los niños con autismo se focalizan en un tema. Muchos muchachos con TEA tienen «su tema». Pueden querer hablar sobre ello durante horas y no va a ser fácil sacarles de ahí. Muchas veces son temas que no tienen interés para los otros niños ni para el profesor ni para nadie. El sujeto preferido a veces puede usarse como palanca para aprender cosas (en vez de sumar manzanas puedes sumar dinosaurios si ese es su tema), o como recompensa tras la consecución de una tarea (puede abrir un rato el libro de los dinosaurios), pero lo más normal es que le distraiga de lo que tiene que hacer en clase pues le interesa menos que volver a su tema. Los niños con TEA necesitan ayuda en sus interacciones sociales. Muchas veces estos muchachos parecen no tener interés en sus compañeros y si se le deja «ahí» no aprenderán las habilidades sociales básicas, fundamentales para su vida. La escuela es un ambiente ideal y en algunas cosas tiene condiciones que no se pueden reproducir en el hogar.
Los niños con TEA tienen estereotipias. Las estereotipias son movimientos estereotipados o comportamientos repetidos que pueden parecer muy raros a sus compañeros. Se suelen producir cuando está excitado, aburrido o estresado. La atención y la guía durante el tiempo que está en el colegio harán que sean menos frecuentes. Puede ser útil explicar a sus compañeros lo que es el autismo. Se trata de explicar a sus compañeros, de forma lógicamente adaptada a su edad y mejor con el acuerdo de los padres, las cosas básicas de los TEA:
El resto del personal también puede ser de gran ayuda. El conductor del autobús, el personal del comedor, los alumnos en el prácticum… todo ellos pueden también aprender y echar una mano. Nuestro nivel como sociedad lo marca el cómo tratamos a los que son algo diferentes. Para leer más:
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