Posted: 20 Mar 2016 06:28 AM PDT
Cuando en la España de principios de siglo las mujeres no tenían demasiadas opciones de vida, una muchacha apasionada por los astros, escogió su propio destino y se convirtió en la primera mujer en obtener un doctorado en matemáticas en la Universidad de Barcelona. Aprendió de su familia la pasión por las estrellas y gracias al esfuerzo de su padre que permitió a todos sus hijos, hombres y mujeres, acceder al conocimiento, Assumpció Català se convirtió en una de las mujeres científicas más destacadas de nuestro país.
Assumpció Català Poch nació el 14 de julio de 1925 en Barcelona. Era la mayor de los cinco hijos, cuatro chicas y un chico, de la pareja formada por Albert Català, un hombre dedicado al mundo de la banca, y su esposa, Assumpció Poch, quien dejó su trabajo de maestra cuando contrajo matrimonio. Algo habitual en aquella sociedad de principios de siglo en la que las mujeres solamente podían trabajar fuera del hogar mientras permanecieran solteras.
La familia Català se trasladó a vivir a Montblanc por razones laborales de su padre cuando Assumpció era una niña pequeña. Allí inició sus estudios básicos pero pronto volvieron a Barcelona donde continuó con sus estudios primarios en las Escuelas Católicas del Sagrado Corazón y María Inmaculada de las Hermanas Paüles. Assumpció continuó sus estudios de bachillerato en el Instituto Maragall y empezó su carrera universitaria en 1947 en la Universidad de Barcelona. Su padre Albert fue un hombre con ideas poco extendidas en su tiempo pues aceptó que todos sus hijos, fueran hombres o mujeres, debían estudiar si así lo querían. Por eso trabajó siempre duro para poder darles una buena educación.
Assumpció Català descubrió su pasión por la astronomía de la mano de Jaume Poch i Garí, su tío abuelo quien ejerció de abuelo con ella y sus hermanos. Catedrático de Geografía, Jaume solía salir a pasear con sus sobrinos nietos por la montaña de Collserola y, a modo de juego, les hacía adivinar la hora del día según la sombra que proyectaba una rama sobre el suelo o buscar los puntos cardinales. Cuando oscurecía, observaban el cielo y Jaume les enseñaba a descubrir los secretos del universo. Jaume Poch estuvo siempre al lado de Assumpció a la que transmitió su pasión por las estrellas y la astronomía.
Cuando Assumpció empezó a estudiar matemáticas, la carrera en la podía estudiar astronomía, eran apenas unas seis chicas en el aula. En tercero, solamente continuaba ella, por lo que empezó a ser conocida en la facultad como "la chica de tercero". En 1952 finalizaba sus estudios universitarios. Poco después aprobó unas oposiciones para ejercer como profesora, profesión que ejerció desde 1963 hasta 1975 en el Instituto Infanta Isabel de Barcelona. Por aquel entonces llevaba años preparando su tesis doctoral, Contribución al estudio de la dinámica de los sistemas estelares a simetría cilíndrica, que aprobó en 1975 y empezó a trabajar como profesora en la universidad de Barcelona en el departamento de Astronomía. Assumpció ejerció su labor docente, que también había heredado de su familia, hasta 1990 cuando se jubiló.
Mujer incansable, además de dar clases en la universidad, Assumpció dedicó parte de su vida a la investigación científica sobre el sistema solar, cálculo de órbitas y eclipses. Su labor se vio publicada en distintos libros universitarios y en varias publicaciones de divulgación científica. Assumpció también investigó, estudió y enseñó historia de la ciencia.
Durante quince años representó a España en la comisión para la enseñanza de la astronomía en la Unión Astronómica Internacional; desde 1957 gasta 1969 fue ayudante de la Sección de Astronomía del Seminario Matemático de Barcelona, institución dependiente del Patronato Alfonso X el Sabio del CSIC. Fue también miembro de la Sociedad Astronómica Europea, de la Sociedad Española de Astronomía, de la Sociedad Catalana de Matemáticas, de la Sociedad Catalana de Historia de la Ciencia y la Técnica y fue asesora científica de la Sección de Astronomía de la edición española de la reputada revista National Geographic desde 1997 hasta poco antes de su muerte, el 3 de julio de 2009. En 2004 fue nombrada profesora titular emérita a título honorífico y en 2009 recibía la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya.
Assumpció Català tuvo una vida apasionante, pudo dedicarse a lo que más quería y le apasionaba, sin olvidarse de los suyos. A pesar de que nunca se llegó a casar, sus seres queridos la recuerdan como una mujer familiar, cercana, que se hizo cargo de sus padres hasta que fallecieron y cuidaba de sus sobrinos siempre que podía. Sus familiares recuerdan con cariño que siempre acudían a ella cuando tenían un examen de matemáticas o alguna duda sobre ciencia. Y algunos han llegado incluso a heredar su pasión por las estrellas, por lo que en los hogares de la familia Català no faltan los telescopios.
El último inaugurado en España ha recibido su nombre. El pasado 4 de marzo, el Centro de Observación del Universo situado en el Parque Astronómico del Montsec, en Lleida, inauguró el primer telescopio del estado que lleva el nombre de una mujer científica. La elección de Assumpció Catalá no podría haber sido más acertada.
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