Por la noche cierro los ojos para poder dormir, aunque en ocasiones algo me obligue a abrirlos.
No puedo dormir, pienso en situaciones que he vivido durante el día que no me dejan. Vuelvo a recordar el momento en el que hacía una fotografía a un grandioso paisaje, pero algo hizo que mis manos girasen 20 grados hacia la derecha y vieran otra realidad, favelas y pobreza.
Sigo sin poder dormir, estoy triste, recuerdo todo lo vivido en San Vicente, recuerdo a todos los alumnos y a los Licenciados que nos han hecho sentir tan bien durante todo este tiempo. Ya nos queda muy poco para dejar de disfrutar de ellos…
Pienso en la gente que nos ha ayudado, en sus tragedias, en sus experiencias, en su forma de vida, en que nos han dado todo lo que tenían …… a veces eso es muy duro.
Me acuerdo de los que no están, de mi abuelo, que me ha ayudado a pasar los momentos menos buenos. Él nos dejó en enero, pero su presencia la siento en El Salvador. El reloj que me dio mi abuela, me ha acompañado durante todas las clases de Educación Física.
Pero en El Salvador nadie se rinde, aquí se pueden ver cosas inimaginables en España, como fotos del Che Guevara, al lado de mitos de religiosos de El Salvador (Monseñor Romero).
Un ejemplo de lucha y resistencia es Santa Marta, un pequeño cantón situado en el departamento de Cabañas. La historia de este pueblo hace que se te pongan los pelos de punta, es en esencia, un ejemplo de superación.
DEJAMOS DE TEMER, AQUELLO QUE APRENDIMOS A ENTENDER.
Ramón Casas
No hay comentarios:
Publicar un comentario