jueves, 4 de abril de 2013

ATENDIENDO NECESIDADES: Atención Temprana, Logopedia y Discapacidad

ATENDIENDO NECESIDADES: Atención Temprana, Logopedia y Discapacidad


Posted: 03 Apr 2013 09:10 PM PDT

Clive es un perro de asistencia que ayuda a un niño con autismo a hacer frente a sus miedos.


Murray Whooley y su perro Clive no son simplemente una pareja de buenos amigos, Clive un perro cruce de golden retriever y poodle ha tenido unos efectos milagrosos en la vida de Murray y en la de su familia.


Diagnosticado con un autismo cuando tenía dos años de edad, al igual que muchas personas con discapacidades, tenía muchas dificultades para comunicarse e interactuar con otras y "el mundo exterior" era un lugar particularmente aterrador para él. Incluso el hacer un recado en un supermercado daría lugar a gritos, rabietas y a veces vómitos.

Clive ha transformado su mundo. El perro de pelo rizado adorado por todos se ha integrado como un miembro más de la familia. No sólo la familia de Clive quiere tomarse fotos con él, gente famosa como la estrella del pop Ronan Keating, el ex-futbolista Roy Keane o el primer ministro irlandés Enda Kenny se han hecho fotos con Clive.

Clive y Murray se conocieron por primera vez después de que Fiona, madre de Murray, viera un artículo en un periódico sobre los perros de asistencia en el autismo, que forma parte de un programa piloto llevado de la mano de "Irish Guide Dogs for the Blind".
Un nuevo programa donde los perros fueron especialmente entrenados para ayudar a niños pequeños con autismo, había sido llevado a cabo con éxito en Canadá y estaba siendo probado en Irlanda.

Se necesitaban solicitantes para probar el programa y enseguida Fiona tuvo la corazonada de que esto era la solución para Murray. Tras una evaluación, Clive pasó un día con Murray para ver como iba. "Clive es un perro enorme, con mucho ánimo y muy cariñoso, enseguida subió las escaleras hacia el dormitorio de Murray". "Yo sólo pensé, Oh Oh ¿cómo este perro tan grande, nervioso va a ser capaz de ayudar a mi niño?. Por aquel entonces Murray tenía seis años y a su lado parecía enorme. Se veía tan bonito pero a la vez era tan grande". "Murray no podía dejar de reír  Él lo quiso de inmediato y después de irse, el niño no paraba de hablar de él", explicaba Fiona.

Fiona pasó una semana con el perro en Cork (Irlanda), donde tiene su sede el centro de formación, antes de que se le permitiera al perro entrar en la casa que la familia tiene en Dublín. Allí Clive creó un vínculo con Fiona, una vez que el perro se puso la chaqueta de trabajo era un perro totalmente diferente.

La relación entre Clive y Murray floreció rápidamente y con un cinturón alrededor de la cintura de Murray que lo unía a Clive ambos salieron de casa. Fue un salto enorme para Murray y un gran alivio para su familia. Al poco tiempo de que Clive se unió a la familia, Murray ya tenía la suficiente confianza como para ir de tiendas, a los restaurantes y al cine siempre con Clive a su lado. Por primera vez los Whooleys eran una familia normal, algo que temían a que nunca sucediera.

Hoy en día este joven de 14 años puede ir a lugares muy concurridos como a Croke Park, un estadio en el que entran unas 82.000 personas, para ver a su equipo de fútbol favorito. Un logro impresionante para alguien con autismo, ya que las personas afectadas por el autismo tienen un gran sentido del sonido, taco y olfato que en lugares ruidosos puede llegar a ser abrumador.


Posted: 03 Apr 2013 09:01 PM PDT
El síndrome de Wendy es un trastorno que se fundamenta en la necesidad de satisfacer al prójimo. Miedo al abandono, al rechazo y un constante deseo de complacer a todos pero, en especial, a la pareja.

Es una conducta compleja que no presenta ninguna patología a simple vista y está muy relacionada con el Síndrome de Peter Pan, que se refiere a todos aquellos hombres y mujeres que no quieren crecer. 


Wendy, ¿quién es? Wendy es aquella persona que se encuentra detrás de un Peter Pan, siempre tiene que haber una persona, hombre o mujer, que se encargue de hacer todo aquello que no hace él. Peter Pan no existe si no hay una Wendy. 

El síndrome de Wendy es el conjunto de conductas que realiza una persona por miedo al rechazo, por necesidad de sentirse aceptado y respaldado, y por temor a que nadie le quiera, por una necesidad imperiosa de seguridad. Estas conductas las podemos encontrar dentro del núcleo familiar, en los padres o madres sobreprotectores, y en las relaciones interpersonales, con personas muy cercanas. La madre que está excesivamente pendiente de sus hijos, le hace los deberes, lo despierta todas las mañanas para ir a clase, o la esposa que hace todas las tareas en la casa y asume un rol de esposa-esposo perdonando o justificando en todo a su marido. Estamos ante una Wendy.

Las conductas más significativas de este síndrome son:

- Sentirse imprescindible. 
- Considerar que el amor es sacrificio y resignación.
- Buscar por todos los medios que el otro no se enoje. 
- Intentar continuamente hacer feliz a la pareja. 
- Insistir en hacer las cosas por la otra persona. 
- Pedir perdón por todo. 
- Necesidad imperiosa de cuidar del prójimo. 
- Convertirse en un progenitor o progenitora en la pareja. 

En algún determinado momento de la vida todas las personas pueden actuar de esta forma, es por eso que, para hablar de síndrome de Wendy, todas estas acciones deben tener como base el miedo al abandono y ser constantes en el tiempo. 

Este síndrome puede afectar tanto a hombres como a mujeres, si bien es más frecuente entre estas últimas. Y es que el síndrome de Wendy depende de un conjunto de variables, como la educación recibida, la personalidad y las circunstancias que rodean a la persona. Sin embargo, ninguna de estas variables por separado sería la responsable de su aparición. No es fácil detectar este problema. 

Los afectados dicen que no están felices con su vida y sienten una insatisfacción total en sus relaciones de pareja. Una sensación que también afecta a madres que ven que sus hijos no quieren crecer y evitan tomar responsabilidades acordes con su edad. Es por eso que este síndrome de Wendy se relaciona con el de Peter Pan, porque es frecuente que madres Wendy generen hijos Peter. 

No existe una edad definida en la que pueda aparecer, aunque es en los últimos años de la adolescencia cuando se pueden observar los primeros signos que delatan que la persona pueda sufrir este síndrome en algún momento. Maneras de superarlo Muchas veces son los mismos afectados quienes recurren al especialista porque no saben lo que les pasa y se sienten mal. 

Para quienes sufren este trastorno su forma de actuar es una necesidad y no consideran que lo estén haciendo mal, sino que cubren unas necesidades de afecto, pertenencia y seguridad. 

La superación depende de la capacidad de quien lo sufre y de reconocer que sus conductas son equivocadas. Se trata de: 

- Establecer relaciones equitativas con las personas. 
- Aumentar la autoestima. 
- Aprender a decir "no". 
- Madurar, pensar que cada uno es responsable de su vida. 
- No asumir los deberes y responsabilidades ajenas. 
- Ser consciente de que los cambios de hábitos son lentos. 

Estas pautas sirven como prevención y superación. 
La conducta Wendy está basada en el miedo al rechazo personal, en el complejo de inferioridad y el impulso por agradar a todos. Es por eso que, si se enseña a la personas a desarrollar una sana autoestima, a aprehender unas adecuadas habilidades sociales que hagan de las relaciones sociales un foco de satisfacción y gratificación, las personas estarán más preparadas para evitar el sufrimiento que supone este síndrome.
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