Pintar es representar una imagen gráfica por medio de formas y colores. La finalidad de la pintura es triple: representativa, expresiva y decorativa.
La pintura ofrece al niño la posibilidad de iniciarse en el aprendizaje de una serie de nuevas técnicas dentro del campo de la plástica. Para el niño, pintar es cubrir una superficie con color, y es precisamente este elemento, el color, el que diferencia básicamente el dibujo de la pintura.
En la pintura, el niño se expresa por medio del color, sin obligarse a reproducir formas figurativas y abriendo así su imaginación a una gama innumerable de posibilidades.
La pintura ha sido siempre la técnica que ha adquirido mayor preponderancia entre todas las que se trabajan en el área de expresión plástica. Contribuye a un dominio del gesto manual y del espacio gráfico, permite el contacto del niño con una gama más amplia de materiales y la utilización de procedimientos muy diversos.
¿ Por qué enfrentar al niño, en sus primeros años, con una multiplicidad de útiles y técnicas? Si entendemos que la pintura es para el niño un medio de comunicación, debemos estimularle a que se exprese en las formas más variadas posibles. Pretendemos que los niños/as entren en contacto con diferentes materiales, útiles y procedimientos pictóricos, que enriquezca sus posibilidades de expresión a través de todos ellos, para que luego pueda elegir libremente aquéllos más acordes con su modo de ser, su habilidades o sus gustos.
El principio básico que debe presidir toda expresión pictórica, en la Educación Infantil, es que sea ante todo una actividad lúdica. De esta forma queda asegurada la motivación así como la vertiente expresiva, de proyección al exterior, del trabajo del niño.
Los beneficios de la pintura para los niños.
A través de la pintura los niños descubren a un medio lleno de colores, formas, trazos, y de imaginación. Simbolizan sentimientos y experiencias. La pintura estimula la comunicación, la creatividad, sensibilidad, y aumenta la capacidad de concentración y expresión de los niños.
La pintura como cualquier otro tipo de actividad es un aprendizaje que se puede enseñar a través del ejemplo. Si el niño está acostumbrado a ver a su papá o mamá pintando, seguramente se sentirá atraído por los pinceles, por las pinturas, lápices, colores, formas, etc. Jamás debemos olvidarnos de que los niños aprenden todo por imitación. Despertado el interés, ahora solo queda a los padres motivarlos y orientarlos en todo lo que sea posible.
Como motivar a los niños.
La pintura no define la edad. A partir del momento que el bebé consigue sujetar un objeto en la mano, podrá empezar a hacer garabatos, a dibujar y a pintar. Es sin duda uno de los ejercicios más gratificantes para el pequeño y sus padres. La pintura es una actividad que, como muchas, debe desarrollarse siempre bajo la vigilancia de un adulto, principalmente cuando la hace un niño muy pequeño. Nunca se sabe lo que se les puede ocurrir hacer con un pincel, un bote de pintura o un lápiz.
Existen muchas maneras de llevar al niño por el camino de la pintura. Una de las alternativas son los libros especialmente preparados para pintar. En ellos encontraremos una infinidad de dibujos de flores, muñecos, animales, etc., para que los niños los coloreen, incluyendo pintura y pincel. También hay libros que incluyen espumas para que los niños aprendan nuevas técnicas, y otros incluso contienen pinturas apropiadas para que los niños pinten con sus propios dedos o manos.
A partir de los 5 ó 6 años, los niños ya querrán crear, de una forma más libre y personal. La pintura es arte, y como tal, no debe ser una actividad repetidora ni condicionada a viejos patrones. Los cursos de pintura infantil también son recomendables. En ellos los niños pueden aprender a utilizar diferentes materiales y distintas técnicas.
A través de la pintura los niños descubren un mundo lleno de colores, formas, trazos y de imaginación. Las imágenes crean claridad de expresión. Dicen que muchas veces lo que muchos no consiguen decir con palabras. Simbolizan los sentimientos y experiencias. La pintura estimula la comunicación, la creatividad, sensibilidad y aumenta la capacidad de concentración y expresión de los niños. Será por eso que la pintura está también indicada en los tratamientos terapéuticos de los niños. Con la pintura se disminuye la ansiedad y se amenizan los miedos y las expectativas. A través de un pincel o de otra herramienta, los niños expresan sus inquietudes y sus emociones, se tranquilizan y serenan, y al mismo tiempo, desarrollan sus gustos y perfil artísticos.
En resumen, la pintura es beneficiosa para los niños porque:
1- Ayuda en el desarrollo de su individualidad y de su autoestima.
2- Fomenta una personalidad creativa e inventiva.
3- Desarrolla habilidades para resolución de problemas.
4- Organiza sus ideas.
5- Estimula su comunicación. La hace más efectiva.
6- Favorece la expresión, la percepción y la organización.
7- Desbloquea la creatividad.
8- Favorece la expresión de los sentimientos.
9- Serena y tranquiliza.
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