He tardado un poco en compartir esta reflexión, esperando que se posaran las emociones que se desatan ante las listas de admisión de los colegios cada año en estas fechas.
Y es que miro alrededor, y compruebo que es un momento de mucho estrés, e incluso angustia, el que se genera cuando quieres una opción escolar para tu hijo, y el conseguirla parece una lotería.
Y conste que no hablo aquí de mi situación personal, sino que realmente estoy expresando algo que veo cada año, dado que siempre conoces casos de niños que acceden a la escolarización por primera vez, o quieren cambiar de centro, por no hablar de
si se trata de niños con necesidades educativas especiales (N.E.E.), en cuyo caso sueles tener la desagradable sensación de que no tienes voz ni voto. Bueno, no: no es una sensación, desgraciadamente
es una realidad.
Y es injusto. En tanto que haya familias que no puedan acceder al centro educativo que desearía, a la opción que consideren más adecuada para sus hijos, es injusto. Además, es la premisa de un interesante debate: por qué una mayoría quiere determinados centros, y por qué no se mejoran los centros menos demandados, trabajando en sus puntos débiles. Bueno, por mencionar un par de puntos, porque este debate tiene mucha miga...
Veo madres exultantes porque sus hij@s han conseguido plaza en el centro elegido en primera opción, madres preocupadas porque sólo han conseguido plaza en la segunda o tercera opción, e incluso madres desesperadas porque no han conseguido en ninguna de las opciones elegidas y es la junta escolar correspondiente la que determinará a qué centro (y a saber dónde) enviará a sus hij@s. Ninguna capacidad de decisión: son otros los que deciden, y da igual el ideario del centro, el método o corriente que puedan seguir.
Te toca ahí, y punto.
Y ojo, que no hablo de elegir entre público, privado o concertado.
No sé dónde está la solución a todo esto, pero lo veo cada año y pienso que algo está mal en este sistema (bueno, sí, ya, como tantas cosas), y que lo peor es que ya lo asumimos así, como defectuoso, como una lotería en la que si tienes suerte, podrás elegir, y si no, te aguantas. Y no me gusta. La escolarización es un período fundamental, que sienta las bases de tantas cosas, que no debería llevarse a cabo en un lugar con el que no estuvieras conforme, con cuyo ideario no comulgaras o simplemente no pensaras que es el mejor lugar para tu hij@. Y son muchos años y mucha convivencia.
En el caso de los niños con N.E.E. todo esto se complica aún más, determinado por los recursos de que dispone cada centro, cuestión especialmente acentuada por los recortes que, como siempre, a los que más afectan es a los más necesitados.
Tenemos que hacer oir nuestra voz.
Nuestros hijos tienen derecho a una educación con garantías. No aceptéis promesas incumplidas ("necesita educador y el cole no tiene, pero que empiece y ya lo enviarán..." por mencionar una frecuente). Es duro tener que estar reclamando, protestando y "aporreando puertas" (como oímos hace poco) cada dos por tres, pero callando no se solucionan los problemas, y tu hijo necesita que reclames sus derechos si éstos no se están cumpliendo. Igual que tienes derecho a poder elegir, a participar en el proceso de escolarización de tu hij@. No dejes que te lo quiten. Infórmate bien.
Así que... ¡mucho ánimo! lavad las mallas y planchad las capas ;-)
Esto es un desastre hay que seguir luchando día a día y este quien este en el poder con perdon pero es una mierda
ResponderEliminarSiempre somos los mismos los que tenemos que dar la cara para acceder a nuestros derechos que luego nos los niegan
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