Las botellas sensoriales son botellas de plástico que rellenamos con objetos que estimulan la curiosidad de un niño. Pueden ser educativas, temáticas o simplemente para la diversión.
Si las tenemos rellenas con agua y objetos que se mueven en su interior al agitar, conseguimos un efecto calmante al colocarlas sobre una mesa y ver cómo los objetos se recolocan al "caer".
Si las agitamos delante de la mirada del niño, podemos lograr seguimiento con los ojos, También propiciar que extiendan sus bracitos para cogerlas.
Hay innumerables formas de hacerlas. En esta entrada vamos a ir presentando muchos modelos muy fáciles de Hacer, gracias a la colaboración de las Hierbitas. Podemos hacerlas con agua o secas.
Hacer botellas sensoriales
Comienza con una botella de plástico limpia, vacía. Retira la etiqueta, pero guarda la tapa. Una vez que llenes la botella, pega la tapa en la parte superior con pegamento blanco o caliente. Coloca cinta alrededor de la tapa para mayor seguridad después de que el pegamento se haya secado.
Ideas de uso
Llena una cesta con una amplia variedad de botellas sensoriales, y colócala en un centro de juegos o de aprendizaje. O bien, haz sólo una para que el niño puedea comprender mejor un aspecto que le estés enseñando: na lección sobre el océano, por ejemplo, puede ilustrarse con una botella sensorial de ola o una botella llena de arena y pequeñas conchas. Anima a los niños a rodar, agitar y explorar las botellas.
Por ejemplo, también puedes reforzar los conceptos numéricos, letras y colores pidiendo al niño que cuente el número de canicas que haya en una botella, o que encuentren artículos en la botella que comiencen con uan letra determinada.
Ejemplos:
esto es un resumen de la entrada. Para leerla completa y descargar el material, puedes entrar en el blog. Se agradece tu visita siempre.
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