martes, 28 de octubre de 2014

Blog de Farmacia



Blog de Farmacia


Posted: 27 Oct 2014 11:35 AM PDT
Una nueva investigación mostró que más del 75% de las personas con una versión particular de un gen que hace que no produzcan olor en las axilas, hace uso de desodorantes de todos modos. El estudio se basó en una muestra de 6.495 mujeres que formaron parte de un estudio de la
Universidad de Bristol. Los investigadores encontraron que alrededor del dos por ciento (117 de 6.495) de las mujeres eran portadoras de una versión poco común de un gen determinado (ABCC11), lo que implicaba que no producían ningún olor en la axila. Mientras que alrededor del 5% de las personas que producen olor no utilizan desodorante, más de una quinta parte (26 por 117) de los que no producen olor no usa desodorante, una diferencia estadísticamente muy significativa. Sin embargo, el 78% de las personas que no producen olor, todavía usan desodorante en todos o casi todos días. Los autores destacaron que las personas que portan esta variante genética poco común también son más propensas a tener cerumen seco (no pegajoso) y que el control de la cera del oído es un buen indicador de si una persona produce olor en la axila. Estudios anteriores han demostrado que existe una relación entre una variante genética localizada en el gen ABCC11 y el olor en la axila. Las glándulas sudoríparas producen el sudor que, junto con las bacterias, resultan en olor bajo el brazo. La producción de olor depende de la existencia de un gen ABCC11 activo. Sin embargo, el gen ABCC11 es conocido por estar inactivo en algunas personas.
Posted: 27 Oct 2014 11:17 AM PDT
El tratamiento de la hipertensión con la dieta macrobiótica no sólo se limita a mejorar los síntomas y prevenirlos sino que anula las causas de dicho padecimiento. La hipertensión se puede provocar por el consumo excesivo de azúcar y harinas refinadas, aceites, lácteos, frutas, bebidas alcohólicas y líquidos en exceso. Estos alimentos provocan una elevación de la presión sanguínea,  puesto que en el aparato digestivo son descompuestos en glucosa y almacenados en el hígado como glicógeno. Cuando el glicógeno sobrepasa la capacidad de almacenamiento en el hígado, se libera al flujo sanguíneo en forma de ácidos grasos o triglicéridos, que se estacionan en los lugares más inactivos del cuerpo como las nalgas, muslos, abdomen y las caderas. Luego, ese exceso de ácido graso es atraído por los órganos más profundos como el corazón y los riñones que gradualmente se recubren de grasa y mucosidad. Esta acumulación afecta también los tejidos internos lo que provoca debilitamiento funcional de los órganos y pérdida de elasticidad de los vasos sanguíneos. La ingestión de algunos alimentos, tal como los descriptos al principio se los llama extremadamente yin, y  afectan al sistema nervioso simpático. La estimulación de estos nervios, cuyas terminaciones se extienden desde los ganglios del pecho hasta los vasos sanguíneos del estómago, hígado, riñones y otros órganos vitales, segregan hormonas que producen la elevación de la presión diastólica. Como contraparte, el consumo excesivo de alimentos como carne, huevos, quesos duros, mariscos y otros alimentos de alto contenido de colesterol y grasas saturadas, se los  llama extremadamente yang, y contraen las arteriolas, que son pequeños vasos que conectan las arterias con los capilares. Esta acción de los alimentos yang provoca estrechamiento, engrosamiento u obstrucción de las paredes arteriales, resultando una disminución del poder de contracción de las arterias, lo que aumenta la resistencia al flujo de sangre en los capilares. Cuando se consume de manera periódica y excesiva los alimentos yang, las arteriolas se van endureciendo, al igual que la aorta, incluyendo las arterias del corazón. Al ponerse rígidas, pierden su flexibilidad normal y no pueden distenderse cuando la sangre es eyectada desde el corazón. Se deben seguir algunas recomendaciones dietéticas para empezar a mejorar la condición general del organismo. Se debe mantener una alimentación equilibrada, en lo posible evitando consumir lácteos, dulces y moderando la cantidad de sal.  Hay que consumir cereales integrales 50 ó 60%, arroz integral, cebada, trigo, maíz, mijo, sarraceno, avena, centeno, pan y farináceos, fideos y pastas. Resulta muy bueno el consumo de sopas 1 ó 2 bols diarios, pueden ser de sabor moderado, de vegetales por ejemplo y puede llevar nabo, cebolla, zapallo, zanahoria, cebolla de verdeo, choclo, apio y perejil, con muy poco o nada de miso. Las verduras son muy buenas, puede ser de todos los tipos, pero hay que enfatizar las redondas como zapallo, zapallitos, verdeo y calabaza. También se recomiendan las raíces como nabo, zanahoria, rabanitos, bardana, lotus, y radicha. Hojas como hakusay, radicheta, repollo, diente de león, lechuga, son muy buenas, al igual que porotos y subproductos, porotos aduki, porotos negros, tape, lentejas, garbanzos y Tofu al menos una vez por semana. Se tienen que incluir en la dieta algas, hiziki, wakame, kombu, pickles en un pequeño volumen diario, rabanitos, pepino, bróccoli, coliflor. Y sésamo en harina, furikake de hojas de zanahoria, tomillo, orégano, canela. En el caso del aceite se tiene que usar solo en algunas ocasiones, en el caso del sésamo tostado o maíz sin refinar se puede aplicar con pincel, ningún aceite crudo. Hay que consumir fruta o postre en pequeñas cantidades. En lo que respecta a las bebidas que pueden ingerirse se destacan el té de Banchá, a cocción moderada, igual con otros tés tradicionales, jugo de manzana ácida, jugo de rábano daikón, y el té de cebada tostada o arroz tostado.
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