Apenas cinco años pasó Anna Leonowens en Siam pero aquella experiencia, convertida primero en relato novelado por Margaret Landon es su libro Anna y el rey de Siam y después en varias películas de Hollywood, hicieron de la existencia de esta mujer una vida de novela. Anna fue una luchadora toda su vida. Con orígenes mestizos y una viudez demasiado precoz, con dos niños a su cargo, pudo subsistir gracias a su talento como profesora y educadora. Además de ser una gran maestra, Anna dedicó parte de su vida a defender la educación y los derechos de las mujeres participando activamente en movimientos sufragistas.
Anna Harriet Emma Edwards nació el 5 de noviembre de 1831 en el distrito de Ahmednagar, en la India. Anna no llegó a conocer a su padre, el sargento Thomas Edwards, quien había muerto unos meses antes de su nacimiento. Parece ser que su madre, Mary Glascott, provenía de un matrimonio formado por un oficial inglés y una mujer de origen indio a la que la familia se esmeró en ocultar su identidad. Mary se esmeró en ocultar sus orígenes que en aquella sociedad victoriana demasiado clasista no habría beneficiado en absoluto a sus hijos.
Anna estudió con un reverendo y su esposa quienes pronto vieron en la pequeña actitudes para los idiomas y se la llevaron en sus viajes como misioneros por distintos lugares de Oriente Próximo.
En 1849 Anna volvió con su familia a la India donde contrajo matrimonio con el hombre del que siempre había estado enamorada, Thomas Leon Owens. Tanto amaba a su esposo qeu Anna adoptó sus dos apellidos y se los hizo suyos.
En 1852 viajaron a Australia acompañados por un tío de Anna. En el trayecto a bordo de un barco, Anna daba a luz al que sería su primer hijo, al que bautizarían con el mismo nombre que su padre. En Perth, Thomas encontró un trabajo de funcionario en la administración colonial mientras Anna fundaba una escuela para niñas. En 1854 nacía su segundo hijo, una niña a la que llamaron Avis Annie. Un año después, la familia se trasladaba a Lynton donde Thomas había sido trasladado. Allí nacería Louis, el tercer y último hijo de la pareja.
Pocos años después, cuando los Leonowens estaban instalados en Penang, el destino quiso que Thomas falleciera de manera inesperada de una apoplejía. El mundo feliz de Anna, se desmoronaba y de la noche a la mañana se convertía en una joven viuda con dos hijos a su cargo, Avis y Louis, pues el pequeño Thomas no había sobrevivido a la infancia.
Anna abrió una escuela infantil en Singapur para los hijos de los oficiales ingleses donde se ganó una buena reputación como educadora. Su fama llegó a oídos del rey de Siam quien la hizo llamar en 1862. El cónsul de Siam en Singapur se puso en contacto con Anna para ofrecerle la posibilidad de educar a los hijos y esposas de su rey Mongkut. Anna debería introducir a sus casi cuarenta esposas y concubinas y más de ochenta hijos en la educación occidental.
Durante casi seis años, hasta 1867, Anna Leonowens se dedicó a su papel de educadora y también ejerció como secretaria del rey. La relación entre Anna y el rey de Siam, ambos pertenecientes a culturas opuestas, no fue siempre fácil. Cuando en 1868 ella tuvo que volver por un tiempo a Inglaterra por cuestiones de salud, aquel mismo año fallecía Mongkut. A pesar de que el rey la mencionó en su testamento, no recibió ninguna compensación económica y su hijo y heredero no requirió de sus servicios.
Anna Leonowens tuvo que volver a buscar una manera de subsistir y lo hizo poniendo rumbo a los Estados Unidos. En Nueva York abrió una escuela para chicas y empezó a escribir artículos en una revista que con el tiempo se convertirían en su primer libro de memorias, The English Governess at the Siamese Court, que se publicó en 1870. Las memorias de Anna fueron muy bien acogidas aunque también fueron objeto de polémica al incluir episodios negativos y opiniones críticas sobre la corte de Siam, sobre todo en lo referente al trato que se le daba a las mujeres. Romance of the Harem, publicado tres años después, fue la segunda parte de sus memorias, donde Anna describió episodios duros como la ejecución por orden de Mongkut de una de sus concubinas.
Anna Leonowens se convertía en una reputada escritora, profesora y conferenciante que viajó por todos los Estados Unidos y por Europa. Instalada en Canadá, se involucró también en los movimientos sufragistas de Montreal donde permaneció el resto de sus días. Anna falleció el 19 de enero de 1915 y fue enterrada en el Cementerio de Mount Royal en Montreal.
Películas que hablan de ella
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