(Des)haciendo "medios"
Pero es que resulta más sorprendente que siempre se olvide citar datos de PISA que a los privatizadores no les interesa difundir, como que los profesores españoles son los que más horas de formación realizan de forma voluntaria (como confirman los CPR) y los que más y mejor absorben las diferencias sociales de la zona en la que se inserta en centro educativo. Así, como el mismísimo informe PISA, -sagrado para algunos políticos y otros muchos que no conocen su funcionamiento; incompleto, irreal, virtual… absurdo para otros pocos que lo manejamos bien de cerca desde hace años- mientras en Finlandia, Suecia, Japón, Corea u Holanda, cuando los alumnos provienen de niveles socioeconómicos inferiores obtienen mayores fracasos escolar que en España, donde los profesores saben paliar mejor esas diferencias. El problema en este caso, como es evidente, es que es nuestro país entero el que está varios escalones socioeconónimos por debajo de esos otros, de lo cual, no habría ni que mencionarlo, no puede culparse al profesorado.
El problema es que en ese caso habría que hablar también de temas espinosos para algunos como la verdadera gratuidad de la educación en países como Finlandia -donde llega incluso a niveles más altos que la pseudo gratuidad española agravada con la retirada de bonolibros y de recursos económicos a los centros educativos destinados a material de aula. Eso es solo una gota en un inmenso océano de posibilidades que el tema nos ofrece. Pero si queremos comparar sistemas educativos deberíamos hacerlo en serio y de forma coherente y detenida, cuidando mucho más lo que sobre temas como este decimos (o como loros repetimos) y más aún cómo, dónde y cuándo lo decimos porque en numerosas ocasiones a más de uno nos da la sensación de que están jugando vilmente con el futuro de una sociedad completa y no solo no les quitamos el balón, si no que encima le validamos los goles producidos en claro fuera de juego.
La pobreza se cuela en clase
Los recortes y la crisis dañan las posibilidades de los alumnos con menos recursos
Los centros privados ceden estudiantes a los concertados y estos, a los públicos
Las dificultades de Polo son comunes en el arranque de un curso escolar: el creciente deterioro económico, con una cuarta parte de la población activa en paro, ahoga a un número creciente de familias y los recortes presupuestarios diezman ayudas como las de libros o comedor. Unas dificultades que, para muchos expertos, conllevan otra pesada factura que se verá más a largo plazo: el deterioro de la igualdad de oportunidades.
Pero la crisis también pasa factura a la clase media: provoca un trasvase de alumnos de la enseñanza privada a la concertada, y de esta, a la pública, cuyos medios se recortan.
La dotación de dinero público para libros —rebajada a 8.111 euros— quizá permita paliar la falta de volúmenes en los pupitres, pero ¿y la comida en un colegio donde 3 de cada 10 alumnos tenía beca el año pasado? Esas ayudas se han sustituido por precios mínimos: 1,20 euros diarios para los alumnos que antes no pagaban, 3,40 para aquellos con renta per cápita inferior a 2.450 euros al año y 4,80 para el resto. "Para muchos niños, es la única comida decente que toman al día", asegura Ruth Fernández, presidenta de la asociación de madres y padres del centro.
"Acabo de recibir a una madre que venía con una nota del profesor: 'Su hijo no trae los libros y no hace las tareas'. 'Pero es que yo no puedo comprárselos', me ha dicho", relataba este viernes la pedagoga María Paz Pardillos, coordinadora del programa de infancia de Cáritas Segovia. En las últimas dos semanas ha recibido 52 peticiones de ayuda para la vuelta al cole. "En situaciones de crisis, los niños son los más vulnerables y a veces sus necesidades quedan en segundo plano. Primero hay que pagar el alquiler, la comida. Los libros tienen que esperar".
"Está claro que una situación así merma la igualdad de oportunidades", reflexiona esta experta.
Recorte sobre recorte en educación
La educación española se enfrenta a un recorte sin precedentes. El Gobierno prevé que entre 2010 y 2015 el peso de la inversión pública en educación se reduzca del 4,9% al 3,9% del PIB, según el
documento de ajustes enviado a Bruselas por el Ejecutivo. Y España ya estaba por debajo del PIB medio europeo. Esa bajada equivaldría a la pérdida de unos 10.000 millones de euros en cinco años.
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