Nuestro hijo estudia bastante y se sabe las lecciones en casa, pero luego suspende los exámene.
¿Qué le ocurre?
Esta es una situación que puede estar asociada a diferentes causas.
Las más frecuentes suelen ser:
1º. En los exámenes, el niño se tiene que enfrentar a la prueba sin ninguna ayuda. Algunos padres piensan que su hijo domina los contenidos pero en realidad no es así. Cuando los repasan en casa, los padres les ofrecen inconscientemente ayudas como gestos o aclaraciones a las preguntas, luego tarde no tienen en la prueba escrita.
2º. Otros niños son lentos y el tiempo que se concede para los exámenes, les resulta insuficiente: escriben despacio, son perfeccionistas, necesitan tiempo para pensar y decidir, no se organizan bien...
3º. Otro motivo de que tengan peor rendimiento en los exámenes está relacionado con las dificultades de comprensión. Un niño puede haber memorizado un texto y saber responder a la formulación de la pregunta que le hacen sus padres, pero luego no es capaz de hacerlo cuando el formato de pregunta varía y no sabe qué le están pidiendo.
4º. En otros casos, los niños se precipitan, no leen los enunciados y las instrucciones de las preguntas; responden de manera impulsiva y por tanto, comenten más errores.
5º. Otros niños tienen dificultades a la hora de expresarse por escrito.
6º. Otra causa suele ser una falta de estrategia a la hora de afrontar las pruebas escritas. En lugar de responder primero a los ejercicios que dominan, resuelven las preguntas una a una, perdiendo demasiado tiempo en las que tienen más dificultades.
7º. Por último, hay niños que manifiestan una ansiedad y miedo incontrolable a las situaciones de examen, que les hace rendir mucho menos que cuando están relajados y tranquilos en casa. Lo mejor es consultarlo con los profesores para que se adopten las medidas oportunas
Por Jesús Jarque y Educapeques
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