Aula propuesta educativa |
Posted: 11 Feb 2014 11:01 PM PST
Autismo: 3 pasos para abordar los problemas de conducta en casa
Los problemas de conducta en el hogar suponen un reto para los familiares de los más pequeños de la casa. Todos los niños presenta problemas de conducta en alguna etapa de su desarrollo, sobretodo en la infancia y adolescencia. Muchas veces los familiares no disponen de estrategias para abordar las conductas disruptivas de forma eficaz.
Habitualmente los problemas de conducta en los niños/as pueden derivar de:
Algunas de las técnicas en modificación de conducta más utilizadas son las siguientes:
Las familias de niños/as con autismo hacen frente diariamente a los problemas de conducta en casa con un handicap añadido; los problemas de comunicación de sus hijos/as. Muchos padres no pueden dar solución a una conducta desadaptativa, principalmente porque desconocen su origen.
Conocer la causa u origen de un problema de conducta no es la solución, pero sí es una parte esencial de dicha solución. El origen, por tanto, determinará el tipo de estrategia o técnica a utilizar .
No existen conductas buenas o malas sino que éstas pueden ser adecuadas o inadecuadas dependiendo del contexto en el que se realicen. Por ejemplo saltar y correr en una plaza es una conducta adecuada, pero hacerlo mientras comemos es una conducta inadecuada.
Para dar solución a los problemas de conducta en casa es importante que seas paciente, constante y observador. Toda conducta es modificable, por supuesto, no diré que es una tarea fácil pero es posible si sigues estos tres pasos.
3 Pasos para abordar los problemas de conducta en casa
1. Realiza un análisis funcional
Ante la presencia de problemas de conducta en casa es necesario hacer un Análisis Funcional exhaustivo de cada conducta para poder comprenderla contextual y funcionalmente. Esto quiere decir que debemos valorar en qué lugar ocurre, qué variables ambientales interfieren y cuál es el propósito de esa conducta, es decir, su función.
Para ello elaboraremos un registro de conducta e iremos anotando durante varios días o semanas cada conducta inapropiada que veamos en nuestros hijos y queramos cambiar o simplemente entender. Podemos pedir a un familiar, amigo/a que registre, ya que a veces resulta complicado participar en la situación que se está produciendo, y registrarla.
El registro de conducta debe contemplar los siguientes apartados.
Ejemplo práctico. Registro de conducta.
Niño 5 años. Se comunica con su agenda a través de pictogramas y algunas palabras.
Rutina : Ver la tele Lugar: Salón Hora de inicio : 17.30 Hora final: 17.55
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2. Realiza hipótesis sobre el propósito
Una vez hecho el registro se realiza una hipótesis acerca del propósito de la conducta, es decir, tenemos que averiguar qué función cumple la conducta inapropiada. Esta es la clave para poder poner en marcha posteriormente la técnica de intervención adecuada.
En ocasiones la fase de hipótesis es realmente difícil, es por ello que si contamos con varios registros de una misma conducta en días diferentes y con distintas personas será más fácil averiguar el porqué de dicha conducta.
Para ayudarte, a continuación señalamos las causas más comunes por las que se producen los problemas de conducta en casa.
Causas más frecuentes de los problemas de conducta en niños/as con autismo:
Algunas conductas desadaptativas de origen sensorial tienen una función autoestimulatoria (movimientos corporales mediante los cuales busca conseguir estimulación sensorial) o por el contrario presentan demasiada estimulación y necesitan apartarse del ambiente.
La presencia de hipersensibilidad e hiposensibilidad da lugar a un conjunto de conductas catalogadas como inapropiadas pero que muchas veces protegen al niño y son necesarias para su bienestar emocional, como puede ser balancearse ante una situación de estrés o taparse los oídos ante un ruido no esperado.
Algunos signos de que puede haber un dolor pueden ser: morderse en alguna parte del cuerpo para intentar aliviar el dolor, se golpea la cabeza, su expresión facial es de angustia, no responde a objetos favoritos, está demasiado quieto o demasiado activo…
3. Elabora las estrategias de intervención
Elaborar las estrategias de intervención para los problemas de conducta en casa no es tarea fácil, puedes pedir ayuda y consejo a los diferentes profesionales que conocen tu hijo. A grandes rasgos enumeraremos las diferentes técnicas en modificación de conducta:
Aunque es imprescindible contar con la ayuda de un especialista en integración sensorial para poder abordar las conductas de origen sensorial debido a su complejidad, apuntamos algunas soluciones. Limita la exposición de tu hijo/a a ciertos estímulos y ambientes que le provoquen nerviosismo o malestar.
En los casos en los que el niño está enfermo, es normal que muestre rabietas y conductas inapropiadas en casa. Nuestra labor es enseñarle a comunicar e identificar que está enfermo o que le duele algo. Ignorarlo ante dicha situación solo empeorará la conducta del niño.
Para ello muéstrale el pictograma de enfermo cada día que permanezca malito. “Mira Juan: estás malito”. Puedes elaborar un “panel de pupa” donde pueda señalar qué parte del cuerpo es la que le duele.
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Retomando el caso práctico expuesto anteriormente, estas serían nuestras hipótesis y sus correspondientes estrategias para la conducta de Juan.
1ª Hipótesis- Función comunicativa:
Estrategia: le enseñaremos a usar el picto de comenzar o rebobinar para que pueda pedirlo.
2ª-Hipótesis- Función sensorial.
Estrategia: Enseñaremos a Juan a usar el mando para bajar y subir el volumen. Intentaremos tener las persianas bajadas en los momentos de ver la tele.
3ª Hipótesis-Función orgánica.
Estrategia: asociar el pictograma al malestar del niño. E intentar aliviar el dolor, evidentemente.
Recuerda, que toda conducta tiene una función, y nuestro objetivo es ser proactivos, enseñándole nuevas conductas adaptativas, nuevas habilidades, y dotarle de recursos para que esas conductas disruptivas vayan extinguiéndose. No se trata de enfrentarnos a ellos. Y no olvides que tú eres quien mejor conoce a tu hijo/a.
Infografía: pictogramas de Arasaac
Autismo; 3 pasos para abordas los problemas de conducta en casa.
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Posted: 11 Feb 2014 10:37 PM PST
Cuando se trata de niños, hoy en día la gente no piensa lo suficiente en la felicidad. Hubo un tiempo en el que la infancia era un sinfín de días que se pasaban en la calle con muy poca televisión. La imaginación volaba salvaje y los niños se divertían con unos cuantos coches y una caja de cartón. Jugaban, aprendían y socializaban. Pero sobre todo, se divertían. La vida está demasiado guionizada hoy. Atrás han quedado los días de juego gratis y de crear algo de la nada. Muchos niños simplemente siguen un guión. Eso no quiere decir que los niños no sean felices, porque muchos niños sí lo son. Muchos niños viven una vida llena de aventuras y maravillas en sus propias casas. Pero muchos no. Muchos simplemente siguen el plan. Y eso es una pena, porque la infancia debería ser todo felicidad. ¿Cómo podemos centrarnos en la felicidad cuando siempre hay tanto que hacer? Podemos empezar por hacer una pausa (no te preocupes, esa pila enorme de ropa te va a esperar), y fijarnos en algunas pistas de niños felices. 7 secretos de niños muy felices: 1. Comen a su hora. Sé lo que estás pensando; esto es demasiado simple para ser una estrategia real de crianza. Piénsalo otra vez. ¿Has tenido alguna vez tanta hambre que tenías ganas de gritar? Así es como se sienten los niños cuando no les das la merienda o cuando tienen que esperar dos horas para participar a una cena familiar de lujo. Comer a intervalos regulares reabastece sus cerebros y sus cuerpos en crecimiento y mantiene el hambre bajo control. Cuando los niños están tranquilos y satisfechos, experimentan una mayor felicidad. 2. Tienen buenos hábitos de sueño. Lo sé, lo sé, algunos niños duermen mejor que otros. Aunque sin duda eso es verdad, no es excusa para los malos hábitos de sueño. Los niños tienen que aprender a dormir. Enseñarles depende de nosotros. Cuando están completamente agotados, se ponen de mal humor. Cuando están bien descansados y listos para empezar el día con energía, son más felices. Haz del sueño (y de una hora fija para acostarse) una prioridad. 3. Juegan sin instrucciones. El juego no estructurado parece ser un arte extinguido estos días. Antes los niños se encargaban de su propia diversión. Hoy en día los niños están sobreprogramados, marcados y reverencian los juguetes que juegan por ellos. Claro, todos esos camiones de basura con sus campanas y silbatos son bonitos, pero asegúrate de mezclarlos con camiones de madera y bloques de construcción. Y, por favor, revisa la apretada agenda y busca algo de tiempo todos los días para que los niños se dediquen solo a jugar. El juego es bueno para el alma. 4. Se les permite expresar sus emociones. Los niños gritan cuando están enfadados. Lloran cuando están tristes. Puede ser que incluso zapateen y corran en círculos cuando no están seguros de qué sentir. Y a veces, si tienes suerte, lo hacen todo a la vez en medio del pasillo 9 del supermercado de tu barrio. Déjales. Los niños necesitan expresar sus emociones. Mientras que los adultos saben llamar a un amigo para desahogarse cuando las cosas se ponen difíciles, los niños son un poco más primitivos. Hacerles callar y avergonzarles públicamente no ayuda. Déjales que se desahoguen a su manera y luego ofréceles ayuda. Soportar un berrinche público puede resultarte abrumador en ese momento, pero es mejor que una vida de interiorizar las emociones negativas, que podrían conducir a problemas alimentarios, de depresión u otros problemas emocionales de tu hijo. 5. Pueden tomar decisiones. Los niños tienen muy poco control sobre sus vidas. Constantemente se les dice a donde ir, qué hacer y qué comer. Un poco de control les da alas para sentirse feliz. Deja que tus niños elijan su ropa. Permíteles escoger el menú de la cena una noche por semana. Pregúntales a qué clases se quieren apuntar. Dales la oportunidad de tomar algunas decisiones y a cambio les verás sonreír. 6. Se sienten escuchados. Los niños son intuitivos. Incluso los niños más pequeños se dan cuenta de cuando sus padres se desconcentran y les responden con el piloto automático. Cuando los niños sienten que sus padres realmente les escuchan (desde la mejor carrera de Rayo McQueen hasta lo que han aprendido en la escuela), se sienten más conectados. Esto aumenta su confianza en sí mismos y su felicidad en general. Escucha a tus niños cuando hablan. Es la mejor manera de construir una relación abierta y honesta con tu hijo y le hace feliz. ¿Sigues conmigo? Porque este último es importante. 7. Sienten un amor incondicional. Los niños se equivocan. Les dices que no se salta en el sofá una y otra vez, pero lo hacen igualmente. Y luego lloran. La infancia se basa en gran medida en el ensayo y error, y algunas veces los niños tienen que arriesgarse. Perdónales. Quiéreles de todos modos. Cuando los niños saben que sus padres les quieren y les apoyan sin importar nada, son más propensos a tomar riesgos saludables. Son confiados y están seguros de sus decisiones. Aprenden que las personas a veces cometen errores, pero que siempre hay una oportunidad de corregirlo. Cuando los niños saben que sus padres siempre estarán ahí para ellos, para bien o para mal, son felices. Seguir a Katie Hurley en Twitter: www.twitter.com/katiefhurley |
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